Crítica publicada durante el 25º Festival de Málaga
En la recta final del festival de Málaga parece que será el cine andaluz el encargado de subir la media del cine español de esta edición, en la que salvando honradísimas excepciones como Alcarrás, Cinco Lobitos y Mi vacío y yo, nuestro cine ha lucido más en la alfombra roja que en las salas de cine, y ha sido goleado por un cine latino en plena explosión creativa.
Juan Miguel del Castillo ha optado por la tercera vía para adaptar a la gran pantalla la novela homónima de Benito Olmo. Ni puro entretenimiento destinado a un olvido inmediato. Ni críptico cine autoral para deslumbrar a la crítica más sesuda. Quizás sea esa la fórmula ideal para conquistar a un público, mucho más exigente de lo que se dice, cansado de contenidos audiovisuales que deberían encontrar su espacio, pero en otro lugar que no sea las salas de cine.
La maniobra de la tortuga se disfruta como un buen clásico de Howard Hawks y su particular definición de una buena película: tres grandes escenas, ninguna mala. Esas tres escenas haberlas haylas. El derrumbamiento emocional del inspector Manuel Bianquetti cada vez que escucha el mensaje de su hija; el monólogo de la mejor Natalia de Molina (impresionantemente conmovedora), “solo contamos cuando no estamos, mientras salimos baratas”; y los balones de oxígeno que libera con brillo la impagable actriz, Mona Martínez.
Violencia machista, sistema judicial incapaz de actuar a la velocidad que requiere la situación, venganza contra justicia, hastío y desmotivación de funcionarios policiales, La maniobra de la tortuga combina, gracias a la hábil dirección de Juan Miguel del Castillo, temas necesarios con un logrado tono de cine negro y unos justificados toques de thriller de acción.
En esta lograda tarea el director ha sabido contar con otros tres grandes aliados: la gran partitura de Xavi Font (autor de O que arde), al cine negro sin una buena música le cuesta despegar, la minuciosa dirección de arte de Vanesa de la Haza, que hace dialogar cada imagen y concepto visual con cada uno de los protagonistas, y la inspirada fotografía de Gina Ferrer que transforma Cádiz en el escenario ideal de cualquier thriller.
Mención especial merece el actor protagonista Fred Tatien, un coloso tierno que debería estar entre los candidatos a mejor actor. Evidentemente junto a Leonardo Sbaraglia, en Ámame, otro impresionante personaje tortuoso. Estamos en marzo y queda mucho año, pero será difícil no contar con La maniobra de la tortuga en la próxima temporada de premios.
Largometrajes Sección Oficial del 25º Festival de Málaga
Título original: La maniobra de la tortuga. Dirección: Juan Miguel del Castillo. Reparto: Fred Tatien, Natalia de Molina, Mona Martínez y Nacho Mateos. Guión: Juan Miguel del Castillo y José Rodríguez. Música: Xavi Font. Fotografía: Gina Ferrer. Dirección de arte: Vanesa de la Haza. Duración: 103 minutos. Distribución: A Contracorriente Films. Estreno: 13 de mayo de 2022
Sinopsis: El inspector Manuel Bianquetti se ve forzado a aceptar un traslado a la comisaría de Cádiz. Su tranquilidad inicial se verá rota por el hallazgo del cadáver de una joven que le recordará un pasado que le atormenta. Pese a la oposición de sus superiores, Bianquetti emprenderá una cruzada solitaria para atrapar al culpable, siguiendo unas evidencias que podrían ser fruto de su imaginación. Su vecina, una frágil enfermera acosada por su expareja, parece ser la única persona que está de su lado.
Excelente película por su contenido, desgraciadamente viva actualidad y ejecución. Dirigida magistralmente por Juan Manuel del Castillo, que supo escoger un buen texto de Benito del Olmo y unos buenos actores entre los que destacan Fred Tatien y Natalia de Molina.