Teoría y práctica de espejos para mujeres contemporáneas

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23 Mar 2022
Carlos Loureda
the nest

Desde su origen el cine ha utilizado los espejos, siguiendo la ancestral tradición de los cuentos infantiles, como el arma definitiva del conocimiento. A través de ellos, la persona se desprendía del sujeto y se convertía en objeto diferenciado. Rememorar el pasado, como en el clásico de El crepúsculo de los dioses; conocer una realidad externa como si se estuviese presente, en Blancanieves y los sietes enanitos; establecer una nueva identidad, como si la protagonista de Elena, de Andrey Zvyagintsev, solo pudiese reconocerse en realidad, tras el asesinato que ha cometido, si se sienta frente al espejo; o utilizarlo como un ajuste de cuentas contra todo un sistema, como Orson Welles en La Dama de Shanghai.        

Frente al espejo los protagonistas se encontraban, sobre todo, ante la posibilidad de aceptarse o rechazarse. Y la tercera e impresionante película de Adrián Silvestre, Mi vacío y yo, podría disfrutarse como un apasionante, inmersivo y fascinante recorrido por todos los reflejos de los cristales y espejos de su protagonista, Raphi (al menos, unos siete, perfectamente situados a lo largo del metraje, que van haciendo avanzar este sublime viaje). Un sendero sinuoso de aceptación, reconocimiento y sinceridad consigo misma que hipnotiza, desde el primer segundo, al espectador.

Raphi es burbujeante, soñadora, con un alma de artista y un corazón a flor de piel, ingenua y, ante todo, muy sensible. Catalana de adopción tiene una diferencia que la hace diferente de los demás: un acento francés, como dirían en su tierra ‘para cortar con cuchillo’, entre otras circunstancias personales. Esas condiciones personales atraen a unos, hacen huir a otros y generan preguntas y dudas, en la mayoría.

Adrián Silvestre, en la línea de su anterior película, Sedimentos, continúa con su habitual lucidez de mirada, atenta escucha de sus protagonistas y meditada planificación de la narración. Este cineasta se ha convertido en uno de los faros de lo mejor que está logrando nuestro cine actual. Por buscar un término se podría definir como la ‘ficción documentada’.

Un género que, desde hace años con Isaki Lacuesta, es de lo más resaltable, a nivel nacional e internacional, del cine español. Junto a él, Carla Simón, Neus Ballús, Núria Giménez Lorang, Ainhoa Rodríguez, Chema García Ibarra, Diana Toucedo… El protagonismo de actores naturales, una sabia mezcla de realidad y ficción y procesos diferentes de construcción narrativa son, con variantes, las notas principales de una forma de concebir un cine que está dando unos frutos extraordinarios. Solo en los dos primeros meses del año, Adrián Silvestre fue seleccionado en el festival de Rotterdam y Carla Simón se llevó el Oso de Oro en Berlín.

Mi vacío y yo ejemplifica, a la perfección, estas ficciones documentadas. Una protagonista encarnada en una actriz muy natural, un elaborado proceso de puesta en ficción cinematográfica de una realidad vivida y un elaborado equilibrio que transita con elegancia por la no ficción son las mejores bazas de una película que sorprende por su naturalidad y su anclaje en la realidad. Acompañar en el camino a Raphi es una de las mejores y más intensas experiencias que se van a vivir este año en el cine español. Por si fuera poco, cuenta además con la fotografía de una verdadera hada de la luz, Laura Herrero Garvín.

Evidentemente, Raphi llegará al final (que en los cuentos de hadas puede ser un principio y, en la realidad todo lo contrario… o no) y se enfrentará a otro espejo (siempre tiene que haber un último reflejo) y en ese preciso momento, quizás, se acuerde de lo que escribió Ortega y Gasset, hace casi un siglo, en Meditaciones del Quijote. Una frase que pasó a la historia: «Yo soy yo y mi circunstancia». Lo más interesante es saber si recordará o no cómo continuaba la cita: «… y si no la salvo a ella no me salvo yo». Respuesta en tu sala de cine más próxima. Te va a encantar.

Sección Oficial Largometrajes del 25º Festival de Málaga

Título original: Mi vacío y yo. Dirección y montaje: Adrián Silvestre. Reparto: Raphaëlle Pérez, Alberto Díaz, Marc Ribera, Isabel Rocatti. Guión: Adrián Silvestre, Raphaëlle Pérez y Carlos Marqués-Marcet. Fotografía: Laura Herrero Garvín. País: España, 2022. Duración: 89 minutos. Distribución: Filmin.

Sinopsis: Raphi es una persona joven, andrógina y algo naíf. Escribe poemas y sueña con enamorarse de un príncipe azul. De su Francia natal se traslada a Barcelona, donde la realidad está muy lejos de ser como la proyecta. Todo su entorno le dará consejos, soluciones y recomendaciones, pero solo el tiempo y la experiencia ayudarán a Raphi a encontrar su lugar en el mundo.


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