Orlando, ma biographie politique, del filósofo español más universal, es su bellísima e inteligente carta-respuesta cinematográfica a Virginia Woolf

https://filmand.es/wp-content/uploads/2022/03/Loureda.png
19 Feb 2023
Carlos Loureda
the nest

La expectación en la Berlinale ante la novela de Virginia Woolf, Orlando. Una biografía (1928), en manos de Paul B. Preciado, no podía ser mayor. ¿Cómo iba a filmar uno de los más influyentes filósofo, escritor y artista del s. XXI, el clásico de 1928 de una de las mujeres más vanguardista y referente del feminismo internacional del s. XX? El secreto, por fin, se ha desvelado. El pensador ha conseguido lo que la escritora logró en su época: romper esquemas, expandir visiones y proponer un cine no binario para un espectador no formateado.

Cuando le proponían a Paul B. Preciado que escribiese su autobiografía, él reconocía la imposibilidad de hacerlo porque, un siglo antes, una escritora ya la había escrito en su lugar. La musa de Orlando para Virginia Woolf fue Vita Sackville-West, mujer que la deslumbró nada más conocerla a finales de 1922 en una cena en casa de su cuñado, y con la que mantuvo relaciones íntimas. Orlando siempre ha sido la musa y el acompañante de Paul B. Preciado.

Por ello, Orlando -un joven aristócrata que atraviesa el tiempo, y tras un profundo y reparador (literalmente) sueño, se transforma en mujer-, contenía toda la materia necesaria y perfecta para filmar su propia biografía. Pero atención, el filósofo que convierte el pensamiento en acción política, también metamorfosea el cine en arma de transformación social. De ahí, que el Orlando de Paul B. Preciado también sea su Political Biography.

Como en I’m Not There, biopic sobre Bob Dylan de 2007 dirigida por Todd Haynes, Orlando está performado por casi una treintena de actores, profesionales y naturales, entre 8 y 70 años (del centenar audicionado), que encarna al personaje y se encarnan, al mismo tiempo, desde sus propias vivencias. Una existencia orlandesca en la que las vicisitudes victorianas del protagonista de la novela se mezclan con los trazos de sus vidas presentes, sus concepciones vitales y sus declaraciones de intenciones.

El Orlando, de Paul B Preciado es punki, divertido, irreverente, catalizador y, sumamente, inteligente. El martes 20 de marzo de 1928, Virginia Woolf le escribía una carta a su amante para decirle que Orlando estaba terminado, “¿no sentiste una especie de tirón, como si te hubiesen partido el cuello, el sábado pasado a la una menos cinco? Es a la hora que Orlando murió, o más bien que dejó de hablar, con tres puntitos suspensivos… Ahora cada palabra deberá ser reescrita”. La cineasta Sally Potter lo hizo en 1992 y ahora Paul B. Preciado vuelve a escribirla en forma de película, para que Orlando no deje de hablar, casi el mismo día en que se aprobó, por fin, la Ley Trans española.

Hace unos años el director afirmaba que “el cambio de sexo y la migración son las dos prácticas de cruce que, al poner en cuestión la arquitectura política y legal del colonialismo patriarcal, de la diferencia sexual y del Estado-nación, sitúan a un cuerpo humano vivo en los límites de la ciudadanía e incluso de lo que entendemos por humanidad. Lo que caracteriza a ambos viajes, más allá del desplazamiento geográfico, lingüístico o corporal, es la transformación radical del no solo del viajero, sino también de la comunidad humana que lo acoge o lo rechaza”.

Paul B. Preciado con su película añade una tercera práctica de cruce: el cine. Una creación generosa y dionisíaca, en la que también participan sus amigos con sabrosos cameos (los fotógrafos Pierre y Gilles convertidos en doctores o Virginie Despentes como jueza), para transformar al espectador con un cine terapéutico, al cuestionar estructuras sociales y políticas y proponer alternativas. Orlando, ma biographie politique, de Paul B. Preciado, es ya un imprescindible del cine de 2023. Además de toda una declaración de principios: el más que centenario séptimo arte, uno de los espacios más libres existentes hoy en día, sigue creando nuevas narrativas y, por supuesto, el buen cine no tiene género. ¿Teddy Award? Muy probable. ¿Teddy Award no binario? Seguro.


Un comentario sobre “El ‘Orlando’ de Paul B. Preciado revoluciona la Berlinale con su cine no binario para espectadores no formateados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.