Miguel Ángel Caro estrena el 5 de abril su ópera prima, Marilyn y las avispas, un largometraje de ficción protagonizado por Sara Galisteo y producido por La Favorita Produce, Grupo Tranquilo y producción asociada de Fourminds.
La película cuenta en su reparto con Sara Sara Galisteo, Manel Torquet, Astrid Albornoz, Carmen Vilas, Joana Vilá, Jorge Salinas y Lucía Jurgo. La dirección de fotografías es de Gemma Rogés e Iñaki Gorraiz y la música original, de Rafael Domínguez.
Sonya es una aspirante a actriz que revive la última noche de Marilyn Monroe para una obra teatral y descubre así que perseguir tus sueños se puede convertir en tu peor pesadilla. Conforme se va acercando al personaje más cerca está de descubrir por qué le tiene fobia a las avispas.
Hablamos con su director.
¿Cuál es el origen de esta película?
El origen fue la rabia. Era otro proyecto el que se había puesto en marcha que, por motivos ajenos, se suspendió (espero poder retomarlo). Hubo una catarsis. Caí al fondo del abismo donde más de una vez todas y todos nos hemos visto inmersos, y después de lamerme las heridas, esa catarsis/crisis me llevó a escribir de manera salvaje y sin cortapisas. El guion lo hice en 20 días, sabedor de los flecos que quedaban por atar. Se lo envié a mi equipo técnico habitual y a Fidel (De La Favorita Produce), les gustó y todas y todos, que están más locas y locos que yo, me animaron a que levantáramos este pequeño proyecto.
¿Cómo se llevó a cabo el rodaje?
Pues de una manera muy orgánica y con total libertad, dentro de nuestras propias limitaciones. Hubo jornadas duras y otras de auténtico deleite. Hubo técnica e improvisación. Se reescribieron secuencias en ensayos previos y se volvieron a reescribir en el propio rodaje. Fue tan emocionante que tengo mis dudas de que vuelva a tener esa libertad a la hora de rodar.
¿Por qué optaste por Sara Galisteo para el papel protagonista?
Llevo trabajando con Sara desde que nos conocimos hace 9 años y tenemos un hijo en común (vamos que si no la cogía después de haber hecho una obra de teatro inspirada en la última noche de Marilyn Monroe, y estar casados me plantaba los papeles del divorcio. Risas). Bromas aparte, ella me inspiró y además es una actriz de alma, trabaja desde las tripas, entrando y saliendo del personaje con mucha facilidad. 
¿Qué te motivó a centrarte en un tema como las agresiones sexuales?
Como dije al comienzo, empecé a escribir desde las entrañas, desde la rabia, desde el conocimiento, por experiencias propias y ajenas, algunas cercanas y otras testimoniales, proyectándome, en parte, en todos y cada uno de los personajes que pululan en la trama , sacando miedos que, a la postre tenían que haber salido antes, pero qué bueno, han salido cuando era necesario y al final, pues se ha convertido en la película que debía de hacer.
¿Tras casos como el de Weinstein o Vermut, qué reflexión crees que debe hacer el sector sobre estos delitos tan graves?
El caso de Wenstein, pues me pilla bastante lejos, no por ello menos condenable. El caso de Vermut es algo que me dejó bastante tocado la verdad. No porque no imaginasen que en la industria no ocurriera, sino porque me cogió a contrapié por alguien a quién admiro creativamente. Me dejaron K.O los testimonios de las víctimas y me aterraron las respuestas del director en el artículo que publicó El País.
Hay que hacer mucha autocrítica por parte de una industria que conozco de lejos (soy bastante independiente, al menos de momento). Como hombres, hemos de estar del lado de las víctimas, callar para que se oigan fuertes las voces de las que tienen que hablar y solo hablar para, como he dicho, hacer autocrítica y aprender o, mejor dicho, re-aprender.
Hay también una recreación del ambiente de la pandemia. ¿Qué matiz era más importante para ti?
Quise hacerlo así, quise recrearlo en un momento de transición (mascarillas sí y mascarillas no) un momento en el que nos relajamos pero en el que seguía habiendo muertos, de igual manera que (no hago spoilers) al comienzo de la peli hay noticias en la radio en las que se habla de aquellas maniobras militares de Rusia en la frontera con Ucrania y por aquel entonces silbábamos pensando que Putin se marcaba un farol. Toda una metáfora de que lo que le ocurre al personaje le puede estar pasando a tu hermano/a, vecino, comoañera y tú o no te das cuenta o haces como si nada. He ahí el matiz de que estuviera enmarcada en la fecha que está ambientada Marilyn y las Avispas.
¿Qué aspecto te atrae especialmente del personaje del Marillyn Monroe?
En realidad quién me atrae es Norma Jean Baker, el nombre real de Marilyn. Una mujer con tantas luces y sombras como fama. Poliédrica, queriendo salir del personaje para ser persona, pero el personaje la devoró. Leídas sus biografías y sus propios testimonios en su diario nunca sabremos quién estaba a cada lado del espejo. Hay una anécdota que me fascinó, y e que un día, en una cena, no recuerdo si fue Truman Capote, la encontró hablando consigo misma en el espejo del baño del restaurante.
Más allá del mito, Norma Jean es todo un enigma a quien la historia, la industria y la propia sociedad no le han hecho justicia.
¿Qué apoyo te ha brindado tu productora, andaluza, para rodar en tu ciudad de residencia, Barcelona? ¿Por qué te decidiste por ellos?
Llevo viviendo en Barcelona la friolera de 17 años y a Fidel, antes de tener La Favorita, lo conozco desde el 2002, ha trabajado para mi y he trabajado para él. Como ese palo del flamenco, Cantes de ida y vuelta, y sabe como me muevo, escribo y dirijo. Al ser una producción tan independiente, me dio carta blanca por la parte que les tocaba, además yo también soy productor ejecutivo del proyecto. Fidel, y luego Dani Pérez de Grupo Tranquilo y los productores asociados, Fourminds, y los colaboradores, David Arasa SLU y Cincomonos Espai d’art, son gente de cine para el arte, de los que apoyan de manera incondicional, de los que le dan la mano al arte sin pretensión de que la industria les mire a los ojos, más Quijotes que Sanchos, con los que yo siempre querría jugar, digo, rodar.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Pues además de los trabajos de publicidad que me ayudan a pagar los pañales de mi hijo, tengo otro guion de largometraje , co-escrito con Sara Galisteo, que tiene muchas papeletas de ser mi segundo largo, además de estar desarrollando la adaptación de un relato corto para largometraje.
