El hombre que ama las imágenes tanto como los números. Juan Antonio Vigar nos desvela el presente del festival de Málaga y todos los proyectos de futuro.

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18 Mar 2022
Carlos Loureda
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Existe una idea que recorre el conjunto de la estrategia y pensamiento del director de festival de Málaga y que también estructura todas sus acciones: la utilidad. Juan Antonio Vigar, una de las personas que más han reflexionado sobre la función social y económica de los festivales del siglo XXI, va más allá de un certamen como lugar de exhibición de películas, el director ve la necesidad imperante de quedeben aportar una probada utilidad al lugar donde se celebran, tanto a nivel local como internacional”. Y no solo se trata de una reflexión teórica, el director la pone en práctica en el festival de Málaga con resultados espectaculares.

Juan Antonio Vigar es la persona que mejor conoce el festival de Málaga. En su estructura organizativa desde su segunda edición, en la cuarta ya desempeñaba las funciones de adjunto a la dirección, en 2011 era su coordinador general y director del festival, desde 2013. Excepto la primera edición y un breve paréntesis de 5 años por circunstancias profesionales, entre 2006 y 2011, el director ha vivido todos y cada uno de los años de su existencia.

Hace una década se iniciaron los cambios más sustanciales en su desarrollo”, afirma el director, pero a nivel de repercusión se empezaron a notar hace 5 años. El año clave del festival es 2017. El certamen tiene el honor de haber pensado en global mucho antes que otros y justo en ese año cambió su denominación de festival de cine español a cine en español. Con ello, por fin se integraba un mercado de más de 550 millones de hispanohablantes y se adecuaba a la realidad de la industria, una pléyade de coproducciones con los países latinoamericanos.

El segundo hecho imprescindible para el festival también se realizó en 2017: “el regreso a los mercados del cine a Málaga”. Su labor más relevante y que está situando al festival en un ámbito que va mucho más allá del nacional, despertando el interés a nivel internacional. Y esto solo acaba de empezar…

En un país en que las ayudas al sector cinematográfico se sitúan alrededor de los 60 millones de euros (en Francia, Alemania o Italia el montante es 10 o 12 veces superior) y al no existir un organismo de su promoción en el extranjero, como Unifrance o CinemaChile, este trabajo se está realizando desde nuestros festivales, como el de Málaga o San Sebastián, y no tanto por Acción Exterior, a falta de presupuesto, medios y personal cualificado, para el agitadísimo territorio comanche que representan los mercados internacionales.

Juan Antonio Vigar ha creado una sólida cadena de valor en sus LAB, WIP, exhibición y Spanish Screenings, el proyecto de internacionalización más relevante del sector audiovisual español, que se verá ayudado por los fondos de recuperación europeo y cuya primera cita del mercado de cine español se celebrará en los próximos días en el marco del Festival de Málaga.

Entre Málaga y San Sebastián han imaginado la versión Spanish Screenings XXL, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte. En breve, a “los encuentros de contenido (ahora en esta edición de Málaga) y financiación-tecnología (en septiembre en el festival de San Sebastián, actividad ya iniciada en 2018) en los que estarán presentes más de 600 compradores internacionales, se añadirá la joya de la corona: el programa On Tour” en que se saldrá, de verdad, al exterior a defender y comercializar nuestro cine (con alguno de los mercados objetivos en Asia o Europa del Este). En resumen, el festival de Málaga es mucho más que una reluciente alfombra roja, es mucho negocio, mercado y estrategia comercial de un sector, cada vez, más importante en el PIB de los países occidentales: el de las industrias audiovisuales.

El futuro pinta muy bien en el festival y preguntado por su futuro inmediato, Juan Antonio Vigar ve tres líneas de actuación interesantes: “consolidar el abrazo latinoamericano para convertirlo en una referencia a nivel europeo; integrar las tres semanas previas de actividades, desarrolladas como un prólogo al festival en Málaga, hasta crear un evento, todo un mes, de presencia en la ciudad del cine como locomotora del resto de las artes creativas; y, por supuesto, consolidar estos prometedores, y tan esperados por el sector, Spanish Screenings XXL”.

El director tampoco olvida a las nuevas audiencias, los jóvenes verdadero futuro de nuestro cine, con el programa ProFestivales 21 (proyecto de los festivales andaluces, con Huelva y Sevilla, al que ya se han unido otros festivales como Seminci o Sitges) y “por el que ya han pasado 200.000 escolares de estas comunidades”.

Juan Antonio Vigar se encuentra navega con la misma facilidad por los números como por las imágenes y, para comprobar la utilidad del festival, más allá de su evidente función social, realizó un estudio de impacto económico del festival por una empresa independiente. En 2014 el estudio mostró que “por cada euro que recibía el certamen, la ciudad obtenía 21,4 euros (o sea, un 2.140% de retorno). Años después, y pese a ser año de pandemia, la cifra se dobló y el festival de Málaga obtuvo 53 millones de repercusión económica”. Una buena manera de demostrar que la Cultura es Segura, necesaria y muy productiva. El festival de Málaga disfruta de un excelente vigor (y de un sereno y visionario Vigar).


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