Para quienes les aburra el buenrollismo navideño, Esther Lopera les trae una lista de las mejores películas que le dan una vuelta de tuerca a la Navidad

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24 Dic 2021
Esther Lopera
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La Navidad es un tema recurrente en el cine. Prueba de ello es la programación televisiva que te encuentras estos días. Mientras las calles rebosan montones de Papá Noel moviendo sus bracetes al ritmo de oh-oh-oh y la banda sonora de tu vida se convierte en un bucle de Last-Christmas-I-Gave-You-My-heart y Felis-Navidad-Próspero-Año-Y-Felisidá, la televisión se plaga de telefilmes soporíferos. Tú también te has zampado –al menos alguna vez– esos pasteles de sobremesa tipo The Holiday (Nancy Meyers, 2006), y no vale como excusa que arrastres esa resaca mortal que te convierte en poco más que un guiñapo.

Por suerte, entre tradición y aburrimiento, surgen directores weirds que deciden dar una vuelta de tuerca al costumbrismo y nos regalan momentos brillantes en ese cine que etiquetamos vulgarmente como “Navideño”. Estos valientes son los enfants terribles de la Navidad y merecen ser revisionados, porque hay que tener un par de pelotas (de nieve) para cargarse la tradición.

 

GREMLINS  (Joe Dante, 1984) – Una rave de orejones peludos

Gremlins nació cuando un joven productor llamado Steven Spielberg escogió a un –entonces comedido– Joe Dante para rodar una historia basada en un relato de la serie fantástica The twilight zone. La idea era aprovechar el tirón de la Navidad para hacer el gamberro y para ello se teje una historia en torno a un padre que decide comprar a su hijo Billy un “Mogwai”, algo así como mascota monísima peluda que canta y al que bautizan como Gizmo. Billy debe cuidarlo bajo tres reglas básicas: no exponerlo a la luz, no mojarlo y –la más importante– no darle de comer después de medianoche.

Evidentemente, Billy incumple las tres reglas y malcría a Gizmo. Cuando el tierno bicho se pone a zampar tras las cero hora la pesadilla se desata y Gizmo se reproduce a base de bolas de pelo, dando lugar a una pandilla de Mr. Hydes que la lían parda. Todo el film juega con las tradiciones navideñas, aunque el mejor momento es cuando la actriz Phoebe Cates cuenta su trauma familiar a Billy que no es otro que la trágica muerte de su padre, asadito como una hamburguesa, cuando se cuela por la chimenea fingiendo que es Santa Claus para impresionar a su hija. Una obra maestra divertidísima que se ha convertido en todo un icono para un buen puñado de generaciones. Debe ser uno de los films más vistos y venerados en el mundo y Gizmo, el muñeco más demandado a los Reyes Magos.

 

EDUARDO MANOSTIJERAS (Tim Burton, 1991) – El peluquero de la Navidad

Tim Burton creó en 1991 la que se reconoce como su obra maestra: Eduardo Manostijeras. Se trata de una fábula presentada como un cuento de Navidad en la que se explica la dificultad de un personaje, tan mágico como oscuro, para integrarse en una sociedad de cartón. El propio director reconoció que su relato es en gran parte autobiográfico. Interpretada por un joven Johnny Deep, este outsider es una especie de Robert Smith, con cortes en la cara, látex negro y cinturones plateados. Tiene tijeras en lugar de manos. El esperpento intentará mezclarse entre el vecindario, guiado por una estilista que intenta humanizarlo. Esta bella historia muestra el peculiar universo de Burton: el barrio donde se desarrolla la historia tiene todos los pantones de mundo y el lugar donde se esconde Eduardo es una mansión oscura y gris, llena de polvo.

La Navidad que nos dibuja el director es calurosa y es el propio protagonista el que permitirá que su enamorada, encarnada por Winona Ryder, vea la nieve por primera vez, a partir de la impresionante poda que le propaga a un gran trozo de hielo. Eduardo siluetea los setos del jardín creando formas de ciervos y personas y pela las pelucas de sus vecinas que es un primor. Nunca Johnny mojó más a las amas de casa. Ojito que la magia que crea este film no tiene parangón.

 

RARE EXPORTS – Jalmari Helander, 2011 – Papá, Santa Claus es un monstruo

Cuento de terror valiente y navideño, firmado por el finlandés Jalmari Helander, que produjo grandes sensaciones en los mejores festivales de género de su promoción. Cuenta cómo un grupo de científicos se encuentra en el norte de Finlandia investigando extraños sucesos que guardan relación con la existencia de una misteriosa criatura. Siguiendo sus pasos, el pequeño Pietari descubrirá la verdad oculta tras el rostro de Santa Claus.

Aquí, el entrañable abuelete de barba blanca es un ser malvado y los elfos lacayos resultan mal-rolleros y perecen anoréxicos. Helander nos regala una fotografía estupenda y un puñado de escenas sangrientas para retratar una navidad que en realidad, mal nos pese, defiende los valores clásicos. Aun así, Rare exports es una rareza que merece ser vista, aunque solo sea por descubrir la visión distorsionada de un director que ha nacido en el mismo lugar que Santa Claus.

 

EL DÍA DE LA BESTIA – Álex de la Iglesia, 1995 –Un macho cabrío viene a vernos

Ángel Berriatúa es un sacerdote vasco del Santuario de Aránzazu que cree haber descifrado el mensaje secreto del Apocalipsis, según San Juan Evangelista. Está convencido de que el Anticristo nacerá en Madrid el 25 de diciembre de 1995. Su misión es evitar el nacimiento satánico y, para ello, se alía con José María, un fanático del Death Metal, y con un presentador de televisión de un programa de ciencias ocultas. Con esta premisa, el film de Álex de la Iglesia navega entre rituales al más puro estilo del Cuarto Milenio, un macho cabrío con cuernos muy grandes y un montón de escenas bizarras.

Una obra de culto que marcó una estética en el cine español de los noventa, y una línea a seguir que se convertiría en el sello del director. Además, escoger el día de la Natividad del Señor para que nazca el Anticristo es toda una osadía que hizo las delicias de los haters del momento. Atención al temazo ‘El día de la bestia’ de Def Con Dos, responsables de la canción principal de la banda sonora; y a la escena de Álex Angulo y Santiago Segura agarrándose al famoso cartel de Schweppes del Hotel de la Gran Vía de Madrid. TOP.

 

LOS FANTASMAS ATACAN AL JEFE – Richard Donner – Espíritus con ética y moral

Richard Donner dirigió en 1988 esta sátira del popular cuento de Charles Dickens, Cuento de Navidad, con Bill Murray como protagonista y se convirtió en uno de los títulos inolvidables de los ochenta. Este particular cuento de Donner relata las alucinaciones de Frank Cross, un implacable e insensible ejecutivo de televisión cruel, tacaño e ingrato que despide a todo el mundo cuando un programa de Navidad fracasa.

Antes de que termine Nochebuena, Frank recibirá la visita de tres fantasmagóricos personajes que le harán recordar cómo fue su pasado y le advertirán del futuro que le espera, si no cambio su actitud. Sí, la moralina que supura es bastante obvia, pero Murray consigue salvarla con creces. A manos de Donner, el bueno de Bill tuvo que improvisar gran parte de su interpretación y se dejó la piel para interpretar al despiadado jefe. Un clásico que te arrancará una sonrisa melancólica en cuanto veas los efectos visuales que se hicieron para dar vida a los fantasmas. Amazing!

 

UN PADRE EN APUROS – Brian Levant, 1996 –No sin mi Turbo Man

El caso de Brian Levant, director de El regalo prometido, es algo distinto. Aquí, el espíritu de la navidad queda intacto y no se le da una vuelta de tuerca. La historia gira sobre un padre de familia (Arnold Schwarzenegger)que necesita conseguir el muñequito “Turbo Man” para su hijo, justo antes de Navidad. Desafortunadamente, el muñeco está agotado en todas las tiendas y debe viajar por toda la ciudad. Esta tontuna de guion en realidad refleja muy bien el espíritu de la Navidad y muchos nos hemos identificado con ciertas escenas de esta comedia tan típica como efectiva.

El film es un fiel reflejo de lo que significan estas fechas para muchos: días de estrés y agotamiento físico en los que nos abandonamos al consumismo letal con el único objetivo de intentar hacer feliz al otro, a base de regalos absurdos y caprichos temporales. Schwarzenegger encarna muy bien al padre desgraciado al que no le queda otra que pelearse con todas las marujas de turno para conseguir el muñeco de moda que, por supuesto, está agotado. ¿Y quién no ha querido estrangular a la dependienta de El Corte Inglés un 24 de diciembre alguna vez?

Publicado originalmente: 24 de diciembre 2018

 


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