El Teatro Cervantes de Málaga vivió la magia de las primeras ocasiones. Aquellas en las que, a sabiendas de que aún queda todo por hacer, se impone la sensación reconfortante de que por lo menos (y no es poco), ya estamos donde deberíamos estar. Esto es, en la senda de reivindicar el arte propio. Fue la primera gala de los Premios Carmen; primera fiesta oficial del cine andaluz. Uno de sus momentos cumbre fue, como cabía esperar, el de la entrega a Antonio Banderas del galardón honorífico a toda su carrera.
Después de un vibrante montaje a partir de las imágenes, frases y canciones con las que el actor malagueño ha ido construyendo una de las filmografías más impresionantes del planeta cine, tocó escuchar las palabras del intérprete homenajeado. Fue un discurso cargado de pasión, pero sobre todo de lucidez, a la hora de marcar la gran línea maestra que deberían conseguir estos premios: que una tierra se sienta invencible gracias al orgullo que pueda llegar a sentir por sus artistas.
El discurso de Marta Velasco, presidenta de la Academia de Cine Andaluz, fue en la misma línea, la de reivindicar una industria con el suficiente músculo productivo (y por supuesto, amor propio) como para levantarse ante los peores golpes, y emprender, con máxima decisión, ese camino que al final debe situarla en el lugar de privilegio que se merece. Y así fue pavimentándose la vía, a base de premios (con la friolera de más de veinte estatuillas entregadas) que, además, acertaron en aquello que, a priori, se les pedía: poner el foco sobre un talento que, efectivamente, merece estar muy arriba.
Condujeron la gala Adelfa Calvo y Pedro Casablanc, una velada humilde pero inventiva, que en sus momentos álgidos cantó y bailó a ritmo de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Maui de Utrera, Toreros con Chanclas o Danza Invisible, quienes invocaron, una vez más, esas canciones que tan buena compañía nos han hecho durante esta última temporada cinéfila. Ya solo quedaba que el palmarés siguiera con dicha labor.
En este sentido, La hija siempre podrá decir que erigió en gran vencedora de los primeros premios Carmen. Ahí se fueron los reconocimientos más importantes (Mejor Película de Ficción, Mejor Dirección para Manuel Martín Cuenca y Mejor Guion, firmado por el propio cineasta de El Ejido, y por Alejandro Hernández), además del de Mejor Maquillaje y Peluquería, otorgado a la estupenda labor de una Yolanda Piña que, además, ya estaba nominada por otros trabajos.
Algo similar ocurrió con Manolo Solo. Quien pasa por ser uno de los mejores actores del panorama nacional, se alzó con el Premio a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto por su papel en El buen patrón, aunque también habría podido hacerlo por su intervención estelar en Sevillanas de Brooklyn. Hablando de la multi-nominada cinta a los Goya, lo nuevo de Fernando León de Aranoa se hizo también con el Carmen a la Mejor Interpretación Femenina Revelación (para una emocionada Mara Guil) y a la Mejor Dirección Fotografía (por el trabajo de Pau Esteve).
Entre un estallido de alegría y el otro, Operación Camarón iba sumando premios. Lo nuevo de Carlos Therón puso en su vitrina el Premio a la Mejor Interpretación Femenina de Reparto para Natalia de Molina, el Mejor Vestuario por el trabajo de Esther Vaquero, el Mejor Sonido, gracias a la labor de Daniel de Zayas, Mejor Música y Mejor Canción Original (para Riki Rivera y Violetta Arriaza), Mejor Dirección de Producción para Manuela Ocón.
La vida era eso, de David Martín de los Santos, conquistó el Premio a la Mejor Dirección Novel y el de la Mejor Interpretación Femenina Protagonista, para Petra Martínez. Por su parte, Hombre muerto no sabe vivir, de Ezekiel Montes, se hizo con el Carmen a los Mejores Especiales (estatuilla otorgada a Eduardo Pérez, Juan Ventura y Víctor Alcalá) y con el Premio a la Mejor Interpretación Masculina Protagonista, para Antonio Dechent.
La lista de afortunados y afortunadas la cerraron Ana Álvarez-Ossorio (Mejor Montaje por Sevillanas en Brooklyn), Pepe Domínguez (Mejor Dirección Artística por Alegría) e Ignacio Nacho (Mejor Interpretación Masculina Revelación por La mancha negra). En otros formatos, el Carmen al Mejor Largo Documental fue para Algo salvaje. La historia de Bambino, de Paco Ortiz, mientras que el Mejor Corto Documental fue Paraíso en llamas, de José Antonio Hergueta, y el Mejor Corto de Ficción fue Xun, de Angel Tirado.
PALMARÉS
MEJOR LARGOMETRAJE DE FICCIÓN
La hija – La Loma Blanca PC
MEJOR DIRECCIÓN
Manuel Martín Cuenca – La hija
MEJOR GUION
Alejandro Hernández y Manuel Martín Cuenca – La hija
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA PROTAGONISTA
Petra Martínez – La vida era eso
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA PROTAGONISTA
Antonio Dechent – Hombre muerto no sabe vivir
MEJOR DIRECCIÓN NOVEL
David Martín de los Santos – La vida era eso
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA DE REPARTO
Natalia de Molina – Operación Camarón
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA DE REPARTO
Manolo Solo – El buen patrón
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA REVELACIÓN
Mara Guil – El buen patrón
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA REVELACIÓN
Ignacio Nacho – La mancha negra
MEJOR LARGOMETRAJE DOCUMENTAL
Algo salvaje. La historia de Bambino – Sarao Films
MEJOR MONTAJE
Ana Álvarez-Ossorio – Sevillanas de Brooklyn
MEJOR DIRECCIÓN DE ARTE
Pepe Domínguez – Alegría
MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA
Pau Esteve – El buen patrón
MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN
Manuela Ocón – Operación Camarón
MEJOR MÚSICA ORIGINAL
Riki Rivera – Operación Camarón
MEJOR CANCIÓN ORIGINAL
Riki Rivera y Violeta Arriaza – Operación Camarón
MEJOR VESTUARIO
Esther Vaquero – Operación Camarón
MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
Yolanda Piña – La hija
MEJOR SONIDO
Dani de Zayas – Operación Camarón
MEJORES EFECTOS ESPECIALES
Eduardo Pérez, Juan Ventura y Víctor Alcalá – Hombre muerto no sabe vivir
MEJOR CORTOMETRAJE DE FICCIÓN
Xun – Tarkemoto Ficción
MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
Paraíso en llamas – MLK Producciones