Laura Hojman ha dirigido el único documental que está nominado a todos los grandes premios de la temporada: Goya, Feroz, Forqué y Carmen. Su homenaje a María Lejárraga ha dado sus frutos y difundido su figura hasta el punto de que se haya reeditado su gran obra, Cartas a las mujeres de España, que da nombre a su largometraje: A las mujeres de España. María Lejárraga.
La película de la cineasta también ha encontrado su eco internacional a través del Festival Global de Santo Domingo, que se proyectará el viernes 27 de enero en el Blue Mall de la capital dominicana. Hojman confiesa estar “supercontenta de que mi María Lejárraga vaya a cruzar el charco. Como pone de manifiesto mi querida Vanessa Monfort, esa memoria histórica de las mujeres que pone de manifiesto el documental es algo que no solo atañe a un país o a un periodo tiempo, sino a toda la humanidad y a dos milenios.
El tiempo de la palabra
Y añade: “Estoy segura de que muchas mujeres van a sentirse también representadas y de que muchas personas van a ver la necesidad urgente de acabar con ese tiempo del silencio y de comenzar con el de la palabra, que es el arma más bonita y poderosa que tenemos”.
María Lejárraga fue la escritora que pasó toda su vida escribiendo tras un particular pseudónimo. El de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Suyas son, por poner un par de ejemplos desde Canción de cuna, obra de la que existen varias adaptaciones cinematográficas, al libreto de El amor brujo, la célebre obra de Manuel de Falla.
Donde Lejárraga sí apareció con nombres y apellidos fue en su vertiente activista de la II República. Ahí queda Cartas a las mujeres de España, donde trata “temas sobre los que se trabaja hoy en día desde el feminismo y de los que María ya hablaba en la España de 1916”.
Un concepto vitalista del feminismo
Cuenta Hojman que de Lejárraga le enamoraron muchas cosas: “su talento como escritora, su sentido del humor, su concepto tan vitalista del feminismo, su compromiso social, su modernidad… Creo que es imposible leer a María y no enamorarse de ella. Fue una mujer de una inteligencia desbordante, con un discurso muy contundente, pero al mismo tiempo luminoso, bello. Ese fue el tono que quise trasladar al documental”.
El documental cumple un doble propósito: “Hacer que la gente conociera a María, supiera de su talento, de su luz y de su importancia no solo en la literatura, sino en la sociedad y en la política. Y por otra parte, plantear cuestiones sobre el olvido y el silencio al que se han visto sometidas las mujeres como María, la importancia de los referentes o la necesidad de revisar la historia oficial. En definitiva, hacer memoria histórica de nuestras mujeres”.
Hacer justicia
Para Hojman, con este documental “sentía una necesidad de hacer justicia con María y con las mujeres de su generación, a las que tanto debemos, nombrarlas para recordar que existieron y que hicieron de nuestro país un lugar mucho más avanzado, justo y libre. Quería hablar de un país que nos han hecho desconocer y hacer pensar sobre la necesidad de elaborar una historia con mucho más rigor, que tenga en cuenta a las mujeres”.
La cineasta considera que su estilo es “contar desde la emoción. Para mí, el arte es emoción y siento el impulso de hablar de las cosas que me conmueven, que me remueven por dentro. Creo que ahí está la verdadera capacidad de conectar, y para mí el cine es maravilloso por eso, porque nos conecta con otras personas, descubrimos que cosas que pensábamos que nos pasaban solo a nosotros, son comunes a más personas, que sienten como nosotros, que ríen o que sufren con lo mismo. Y entonces, nos sentimos menos solos”.
