Lala Obrero, responsable de la dirección de arte en títulos como ‘Solas’, ‘Jaulas’ o ‘La lista de los deseos’, recibe este jueves Premio Asecan Josefina Molina en la Muestra de Cine Español Inédito de Jaén

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6 May 2021
Juan Antonio Bermúdez
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A Lala Obrero siempre le gustó el cine. Quiso estudiar Bellas Artes, pero su madre decía que “no le pagaba carreras a bohemios”. Y así ella se licenció en Farmacia y ejerció como farmacéutica durante unos años, aunque siguió intentando colaborar puntualmente en proyectos audiovisuales, hasta que finalmente consiguió dedicarse profesionalmente a la que era su vocación y pudo dejar el mostrador desde el que dispensaba supositorios y jarabes.

En el audiovisual, ha tocado muchos palos, aunque casi siempre ha estado vinculada al departamento de arte. Suyos son el diseño de producción de la histórica Solas (Benito Zambrano) y la dirección artística de filmes como A puerta fría (Xavi Puebla), Jaulas (Nicolás Pacheco), La lista de los deseos (Álvaro Díaz Lorenzo). Este juevess 6 de mayo recibe el Premio Asecan Josefina Molina en la Muestra de Cine Español Inédito de Jaén.

Tu llegada al cine no fue demasiado convencional…

Yo trabajaba de farmacéutica y me pedí una excedencia para poder trabajar en Caín, una película de Manuel Iborra, que fue la primera que hice, en 1986. Rodamos en Chiclana e hicimos allí también una serie. Cuando terminé ese rodaje, volví a la farmacia y poco después me salió la oportunidad de trabajar para televisión, en la serie Juncal, como regidora durante ocho meses. Y ya ahí nunca más volví a ser farmacéutica, decidí que ya no quería más mostrador en mi vida y el cine me permitió dejar el mostrador de la farmacia.

¿Pero tu vocación por el cine era anterior a tu trabajo como farmacéutica?

Sí, claro. Yo siempre quise estudiar Bellas Artes, pero mi madre decía que ella no le pagaba carreras a bohemios, así que me costó mucho terminar en esto. Me vine a Sevilla a hacer la carrera de Farmacia y, como el cine me encantaba, acabé colaborando con quien necesitaba algo en cualquier rodaje.

Y tú que tienes esa formación completamente ajena, ¿qué perfil crees que es el idóneo para trabajar en algo como la dirección artística de una película?

Yo me he formado trabajando, como te contaba, pero entiendo que una base de Bellas Artes es fundamental. Y ahora también es importantísimo saber manejar programas y aplicaciones informáticas que se utilizan para diseñar y trabajar en esto. Yo suplo mis carencias intentando rodearme de gente que sabe complementarme en algunas tareas.

Y a la hora de afrontar cualquier proyecto desde la dirección artística, ¿cómo es tu dinámica de trabajo?

Lo primero que hago es empaparme de lo que el director busca. Después me documento. Luego trabajo también de forma estrecha con la dirección de fotografía en las localizaciones, para ver cómo se va a resolver todo técnicamente, cómo va a ser el tratamiento de la luz, qué movimientos de cámara va a haber…
Mi trabajo depende también claramente de producción, porque siempre hay que moverse en los márgenes del presupuesto que se tiene, en las fechas de entrada y salida de los decorados… Y evidentemente hay que coordinarse con otros departamentos. Es necesario entenderse muy bien con vestuario, por ejemplo, para evitar cosas como que se maten los colores del vestuario con las tapicerías. Esto es un trabajo en equipo, es lo bueno que tiene.

En el equipo de rodaje, a veces se habla de diseño de producción y a veces de dirección artística, ¿qué diferencias hay entre esas dos funciones?

Son dos papeles diferentes. En España, normalmente no hay nada más que dirección de arte, es la cabeza máxima de ese departamento. Pero en otros países y en proyectos grandes, en coproducciones europeas y americanas, sí que existe la figura del production designer, que está por encima, supervisa y tiene en mente, además del departamento de arte, otros departamentos como por ejemplo el de vestuario. Diseña la producción en todo su conjunto, como su nombre indica.

Dentro de ese departamento, te has ocupado de muchas tareas y has participado en muchísimos proyectos audiovisuales, ¿de cuál te sientes especialmente satisfecha?

De Solas, sin lugar a dudas. Y de Jaulas. Me ha gustado mucho trabajar con Nicolás Pacheco, ha sido muy creativo y con los pocos recursos que teníamos hemos conseguido un resultado bastante bueno.  Además de esos dos, he tenido la suerte de trabajar en proyectos muy gordos, he visto cómo se monta y se trabaja con medios, y eso también es muy gratificante, se aprende mucho. Hicimos una película, por ejemplo, que se llama Rosa y negro [2009], una coproducción hispano-francesa de Gérard Jugnot, que fue un rodaje increíble. Estaba ambientada en el siglo XVI y pude trabajar con decorados muy distintos a los que normalmente había utilizado.

¿Te resulta más motivador entonces trabajar en el cine de época?

Me gusta el cine de época, pero me interesan todas las películas: las actuales y las de época. Si la historia es buena y me gusta el proyecto, estoy encantada de trabajar.

Y si te planteo la posibilidad de elegir un título de toda la historia del cine en el que te hubiese gustado encargarte de la dirección artística, ¿con cuál te quedarías?

Qué difícil me lo pones. Mira, el otro día volví a ver una película maravillosa en la que me hubiese gustado participar: Los duelistas, la primera que hizo Ridley Scott. Me encanta, me parece una belleza. Pero hay muchas, me encantan Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar, por citar directores españoles.

 

Entrevista publicada originalmente: 20 de Octubre de 2019


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