Ocho lonas de colores en la fachada del Teatro Cervantes de Málaga lanzan un elegante pero contundente grito de protesta: E-S-E-N-C-I-A-L. Juan Antonio Vigar, el director del festival de cine malagueño, se adhirió a finales de noviembre a la reivindicación de que la cultura sea considerada actividad esencial, y los teatros, cines y operas puedan cerrar más tarde que establecimientos comerciales, bares y restaurantes. Esa acción resume, en buena medida, las formas del director malagueño: elegante pero firme, educado pero comprometido.
2020 ha sido un año duro para la cultura. En el caso del Festival de Málaga, el golpe llegó un 11 de marzo: tres días antes de la inauguración del festival y cuatro días antes del decreto de estado de alarma, Vigar tuvo que tomar la “difícil” decisión de aplazar uno de los eventos más importantes para el cine español.
Químico de formación, cuenta que aplica el método científico a su vida personal y profesional: observa, analiza y genera posibles soluciones. En su caso, ha optimizado recursos, celebrando la edición de 2020 durante el desconfinamiento en agosto, digitalizando las secciones de industria y diseminando actividades desde primavera hasta otoño, poniendo el colofón con la sección industrial Spanish Screenings, que ha duplicado sus cifras de participantes y visionados para la compra venta de títulos del cine español por festivales y distribuidores.
Cuenta que, dentro de las circunstancias, la experiencia ha sido “muy satisfactoria” y que la edición de 2021 beberá más de la de 2020 que de la de 2019 y que las lecciones digitales, que permiten optimizar recursos, van ya aprendidas para los años venideros.
¿Cómo valoras el recorrido que ha tenido el festival a lo largo del año?
Aplazar un evento tres días de antes su inicio es una decisión muy difícil. Aunque es un golpe que produce desencanto, inmediatamente nos planteamos cómo celebrar el festival en condiciones de seguridad razonables. Analizamos la situación para recuperar ciertas actividades y, en otra línea más exigente, elaborar protocolos que permitieran garantizar la seguridad de los invitados.
¿Cuándo decidisteis renunciar a la parte más festiva?
Partíamos de un modelo de festival que equilibra programación y eventos sociales. Desde muy pronto, decidimos que la edición se iba a centrar en la exhibición, dejando de lado la parte social. Nuestra alfombra se transformó en un gran photocall, con un eslogan: la alfombra roja no se pisa, se luce. Éramos conscientes de que contábamos con el apoyo de todo el sector y que contaríamos con las mismas películas que en marzo. El 80% se quedó y las nuevas nos dieron muchas alegrías.
“Había un enorme interés en el primer gran encuentro del cine español: el impacto en medios pasó de los 36 millones de euros de 2019 a los 57 de 2020”
La edición acaparó mucha atención…
Había un enorme interés de los medios de comunicación. Éramos conscientes de que estábamos reinventando una cierta nueva normalidad. Hasta agosto, los festivales solo se habían celebrado online y había una voluntad de que lo presencial fuera esencial: era el primer gran encuentro de cine español y en español. El impacto en medios pasó de los 36 millones de euros de 2019 a los 57 de 2020. Ha sido un balance muy satisfactorio, en el que hemos contado con el apoyo y la complicidad de público, industria y prensa. Más que un balance cuantitativo, es un balance vital.
Lo último que ha celebrado el festival ha sido la sección Spanish Screenings, con 108 películas disponibles online para su comercialización: ¿qué éxitos concretos ha cosechado?
En todo el proceso de reflexión sobre la edición, el gran problema de la movilidad venía asociada al área de industria. Así que decidimos que fuera online. En marzo y abril tuvieron lugar el MAFF (Málaga Festival Fund & Co-production Event) y el MWIP (Málaga Work In Progress). Para los Spanish Screenings, el gran mercado oficial del cine español, nos sugirieron que la mejor fecha era noviembre, antes de Ventana Sur en Argentina.
“El gran problema de la movilidad venía asociada al área de industria. Así que decidimos que fuera online”
¿Cómo ha sido el resultado?
El resultado ha sido magnífico, ya que hemos logrado duplicar las cifras: 192 compradores, 45 países, 27 festivales, 13 agentes de venta, 215 empresas, 326 delegados y un total de 820 visionados. Se ha notado que los compradores han estado muy activos en un mayor número de títulos y en cerrar negociaciones. Se han concluido gestiones que ya se empezaron en Cannes. Filmax ha alcanzado acuerdos en territorios de Europa y Estados Unidos; Latido, en territorios de habla germánica, con Ane; Y Netflix ha negociado con un buen número de los screenings. Ha habido muchas más compras de VOD y OTT. Para junio, el objetivo es recuperar lo presencial pero no perder de vista las oportunidades abiertas por el tema online.
¿Qué títulos han tenido más éxito?
Películas como Sentimental (Cesc Gay), Ane (David Pérez Sañudo), El inconveniente (Bernabé Rico), La mancha negra (Enrique García), Las niñas (Pilar Palomero), No matarás (David Victori) y El año de la furia (Rafa Russo).
“El mercado tendrá una parte presencial, pero mucha online. En este formato más híbrido, la industria funciona muy bien”
Celebrar una parte de la programación a lo largo del año y de manera online, ¿qué efectos positivos tiene en cuanto a impacto mediático, interés industrial o la optimización de recursos, como, por ejemplo, la inversión publicitaria en Variety?
El problema era poner la arquitectura, no estábamos mentalizados. Ha habido que hacerlo todo de nuevo. Una vez que ya está hecho, optimizas mucho el empleo de recursos económicos. El objetivo es que la versión de 2021 del mercado tenga una parte presencial, pero mucha online. En este formato más híbrido, la industria funciona muy bien. No es lo mismo plantearse un viaje internacional, con 800 personas de 26 países, que hacerlo online. Simplifica la organización, ahorra económicamente y nos permite cimentar el área de comunicación. No basta con hacer las cosas bien, sino que se conozcan. Variety se manifiesta como un colaborador esencial.
“Para la edición de junio de 2021, el objetivo es recuperar lo presencial pero no perder de vista las oportunidades abiertas por el online”
¿Cómo imaginas esta nueva edición, cuáles van a ser las apuestas?
Soy una persona muy práctica y analítica, porque vengo del mundo de la ciencia. Estudié química, así que aplico el método científico tanto en mi vida, como en mi trabajo. Analizo los proyectos que dirijo, porque siempre hay que estar reformulando los proyectos, ya que terminan perdiendo oxígeno con el tiempo. En este sentido práctico, le traslado a mi equipo que la edición de 2021 no va a ser como la de 2019, sino como la de 2020. A nivel sanitario, vamos a estar en una fase mejor, pero vamos a tener que mantener las medidas de seguridad sanitaria. Si se acelera en lo positivo, iremos añadiendo, pero seremos prácticos y prudentes, en la línea de 2020: un festival amable y seguro.
Tras un año con una reducción drástica de los rodajes, ¿te preocupa la ausencia de material para la programación?
Para nada… al contrario. Al ver que se paraban los rodajes, tomamos la decisión de cambiar las fechas de 2021. En enero de 2021 no íbamos a encontrar material, pero éramos conscientes de que, cuando todo se reactivara, habría mucho material, porque había películas en posproducción y rodajes que iban a empezar muy rápido. Ahora no paramos de recibir propuestas, inscripciones y de hablar con todos los productores. De hecho, estamos empezando a notar cierto colapso del comité de selección y estamos visionando con toda la ilusión del mundo. Las perspectivas son muy interesantes para el año 2021.
Tras su éxito en el Festival de Málaga, Las niñas y El inconveniente han recibido nuevos espaldarazos en el Festival de Almería, los Forqué, los Asecan y otros premios. ¿Está consolidado el festival como lanzadera del cine español?
Claramente. Hemos ido planteando nuestro trabajo buscando un justo equilibrio: género distintos, miradas vocacionales, directores con carreras más consolidadas. Desde hace 6 o 7 años, Málaga se ha convertido en el verdadero foco del nuevo cine español. Las películas más relevantes de nuevos talentos han salido del Festival de Málaga. Hacemos apuestas muy firmes: aquello que nos gusta, sea de quien sea, va a sección oficial. No nos gusta que quede en una sección de segundo nivel. La mirada del comité de selección es sensible a las nuevas propuestas. Las películas que están ganando los premios del festival tienen luego un recorrido de calidad y una presencia muy alta en premios y aspiran a estar en los Goya.
“Siempre he valorado el rigor del cine andaluz y su capacidad para generar historias”
Los festivales de Sevilla, Huelva y Málaga se han unido este año en una plataforma de festivales, Profestivales21: ¿os ha fortalecido esta unión?
Ante una situación como la vivida, teníamos que entender qué ocurría. A raíz de ese análisis, decidimos que deberíamos mantener esas reunión de manera institucionalizada y formal. Así nació Profestivales21, un foro de análisis y una incubadora de ideas y soluciones comunes. Los festivales somos parte del tejido de Andalucía y generadores de transformación del sector. Somos muy importantes, al ser escaparte del cine en momentos tan complicados como una pandemia.
“Los productores andaluces son muy dinámicos a la hora de explorar los caminos de producción, no solo en España, sino en Latinoamérica”
La Academia de Cine de Andalucía se presentó durante el festival: ¿Qué rol cumple el cine andaluz en el panorama nacional?
Siempre he sido una persona que valora el rigor del cine andaluz y su capacidad para generar historias. En el Festival de Málaga, hemos tenido películas de autores con mucho éxito. Andalucía cuenta con mucho talento y productos de nivel competitivo. Los productores andaluces son muy dinámicos a la hora de explorar los caminos de producción, no solo en España, sino en Latinoamérica. La situación del cine andaluz es muy interesante, cuenta con unos mimbres que están cogiendo solidez y fuerza, colaborando a través de iniciativas como la Plataforma del Audiovisual Andaluz o la Academia de Cine de Andalucía. El Festival de Málaga colabora para que se fortalezca y abre sus puertas de par en par al cine andaluz.