Publicado originalmente: 15 Marzo 2023
La Sección Oficial del festival de Málaga avanza con brío en una edición en que, como el año anterior, el cine latino está desplegando sus mejores elementos. El peso del pasado con jovencísimos actores que parecen haber nacido para la interpretación (Lucas Ferro), en Desperté con un sueño; biopics que se salen del canon normativo y aportan un foco diferente con logrados hallazgos cinematográficos, como en Rebelión; historia personales que engloban situaciones generales, la ceguera de todo un país ante las injusticias y las diferencias, en la formidable Saudade Fez Morada; o un verdadero cine de autor que desvela la intriga con meditado sentido narrativo, en Zapatos Rojos.
El listón de la calidad ya estaba alto cuando se llegó a la gran pantalla Empieza el baile y la cineasta Marina Seresesky ha sabido mantenerlo muy elevado con su última película.
Mientras muchas películas presentadas en la Sección han decidido adaptar sus historias al criterio estético y los recursos narrativos imperantes en el cine de autor actual, la cineasta se ha lanzado con Empieza el baile a recuperar la gloriosa comedia de los años 50 y actualizar sus historias.
Este road movie de tres maduros protagonistas que atraviesan físicamente un océano, de Madrid a Buenos Aires, y la cordillera mendocina, con picos y valles, es en realidad un viaje en que transitan, mentalmente, hacia el pasado, entre verdades ocultas y medias mentiras.
Empieza el baile es puro Billy Wilder del s. XXI. Una de las protagonistas, Mercedes Morán, la mitad de una mítica pareja de tango, se asemeja a la mismísima Fedora, la nostalgia que sufren ante su glorioso pasado es igual de intenso que en Crepúsculo de los Dioses, los tres protagonistas de la película recuerdan al magnífico trío de Bésame, tonto. Empieza el baile sustituye las faldas por un vehículo, pero su título bien podría haber sido Con Furgoneta y a lo loco.
Como el gran maestro de la comedia, Marina Seresesky basa su película en tres elementos imprescindibles: el tiempo, los actores y la historia. En comedia todo es cuestión de tempo. Un nanosegundo más tarde en el lanzamiento de la réplica y la frase ya no brilla y pierde su frescura. En una dirección de actores, ya no milimetrada sino más bien cronometrada, todo el guión funciona a la perfección: planos, diálogos y revelaciones se suceden al ritmo de comedia de los años 50.
Los protagonistas, Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale, actúan bajo una química irreprochable y ningún otro actor hubiese podido llevar mejor a pantalla el personaje de Darío Grandinetti. Un actor con un apellido que ya habla por sí solo, un grande del séptimo arte a la altura del mítico Jack Lemmon.
Y para cerrar una impecable comedia, el guión de Marina Seresesky expande su historia para dar nuevos significados: los 60 son los nuevos 40, los recuerdos se conjugan en singular para bailarse en plural o la verdadera medicina de la eterna juventud es el sentido de humor compartido, porque solo se escucha la orquesta de la vida cuando dos manos comienzan a rozarse.
Publicado originalmente: 15 Marzo 2023
Un comentario sobre “Empieza el baile, una luminosa comedia al irresistible estilo de Billy Wilder”