Brillante selección de cortos ha recogido el Festival de Sevilla en su 19ª edición. Quince propuestas bajo universos muy diferentes y estéticas de lo más diversas reúnen a cineastas de un talento innegable y de una exquisita factura final.
Desde la pérdida de un ser querido por una ruptura sentimental o la resignación sobre el futuro personal, hasta la necesidad del duelo, cinco cineastas se lanzan en esta delicada temática con una sentida retención y una sobria elegancia.
Elías Pérez acierta de pleno en Se van sus naves añadiendo un toque social y fantástico a su historia sobre una juventud inmersa en crisis políticas y económicas sucesivas. Gabriel Gómez utiliza con inteligencia la alternancia del color y el blanco y negro en Rehilete. El talentoso cineasta Rafael Martínez Calle borda un entierro, con muy pocas palabras, en una distancia maravillosamente calculada en Velar (palabra con doble significado apoyada por el uso de una vieja cámara fotográfica). Álex Mena y Carmen Jiménez conquistan al espectador con una sublime fotografía en este poético encuentro entre dos generaciones, Antes de nacer, y Fany de la Chica satura de color la pantalla con una nota de afirmación y empoderamiento femenino, en Last Night at Paris Blues.
Ya sea con el simbolismo narrativo de Jorge Castillo y Sandra Romero Acevedo en, respectivamente, Los espantos y El perro de un torero, u optando por la ciencia ficción mejor elaborada de Adonis Macías y Bea Hohenleiter, en Not Found, los cineastas andaluces no se establecen límites en sus creaciones. La selección también incluye En mi piel, de Sándor M. Salas, con inspiradas imágenes de flamenco protagonizadas por la comunidad disca, fuera de competición.
Dos excepcionales cortos también integran la selección al Premio Ocaña, aunque fuera de competición al premio. @Buddhistanqueer: del sari al hábito, de Dani Sánchez-López (Dani Sa-Lo) que, con mucho sentido de humor, se adentra en la lucha por los derechos de la diversidad en India, país aún muy conservador, pese a los recientes avances de los últimos años. Y la sutil Mi vida al principio, de Ana Puentes Margarito, un verdadero momento de comunión con el público ante este magnífico grito de reconocimiento a la propia identidad.
Reconocida es mi idolatría a María Cañas, la digna sucesora de Val de Omar y reina absoluta de la utilización de los archivos. En esta edición del festival vamos a poder disfrutar de su último caramelo visual: Menudo Viaje. El sueño torcido del arte contemporáneo.
Tres flechazos instantáneos de la selección: los protagonistas de La vida entre dos noches, del brillante Antonio Cuesta; la pesadilla metafísica de El Nazareno, de José Luis Pineda, lo que hubiese filmado Alejandro Jodorowsky si hubiese nacido en Andalucía; y Mothertruckers, de Paula Romero, personalmente la mayor revelación de la selección, que mezclando con extrema habilidad ficción y documental, logra llevar al espectador por terrenos insospechados, en todo momento, y siempre sorprendentes.
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