Casi como en Rebeca, de Alfred Hitchcock, anoche soñé que volvía a Sevilla y, hoy, ese anhelo se ha hecho realidad. El ingente trabajo del director del Festival, José Luis Cienfuegos, y el compromiso de todo un equipo sólido y entregado han instalado, en Sevilla, el paraíso del todo el cine de Europa.
Una intensa e inmensa celebración, del 4 al 12 de noviembre de 2022, con los aires de excelencia de Cannes, pero junto a una gran diferencia añadida, la amabilidad y cordialidad andaluza. Están todas y todos los que cuentan y marcan el cine en el viejo continente. La lista de películas seleccionadas parece extraída de las páginas de los manuales de historia del séptimo arte, que se estudiarán en un futuro próximo.
La Sección Oficial es una pléyade de talento. Para que no te pierdas nada de esta impecable selección, ahí van las cuatro temáticas que recorren sus historias.
Cómo ser mujer y no morir en el intento
Por fin, llega a la gran pantalla una de las mejores películas del año y absoluta obra maestra: Holy Spider, de Ali Abbasi. Casi un Zodiac misógino, integrista y machista sobre la investigación de una joven periodista iraní, enfrentada a una sociedad que solo quiere condenar y un sistema que prefiere no ver. Pocas veces se ha mezclado con tanta excelencia el thriller más radical y el cine social mejor y más comprometido. Si el cineasta ya sorprendió con Border (inevitable evitar el juego de palabras), en Holy Spider lo borda literalmente.
Igual de intensidad, lucidez y profundidad en otra de las películas más potentes de la temporada, Saint Omer, de Alice Diop. Un retrato cruzado de una novelista embarazada y una filicida que abandona a su bebé de unos meses para que se ahogo a las orillas del mar. Como era de esperar para esta talentosa cineasta que viene de la no ficción, la historia basada en hechos reales hiela la sangre con su intensidad. Además del despliegue interpretativo de las dos actrices, un verdadero momento de gracia, que pocas veces se ven en la gran pantalla.
Un Petit Frère, segunda película de Léonor Serraille, próxima en el retrato de una familia de inmigrantes en la Europa actual, es una delicia de sensibilidad y verismo, sin idealizaciones ni miserabilismo.
Valeria Bruni Tedeschi, quizás en su película más lograda y sincera, Les Amandiers: los estudiantes del teatro homónimo que revolucionó la escena de los ochenta franceses, bajo la dirección del mítico Patrice Chéreau. En ella aborda los cantos de sirena que el exceso de una juventud eufórica quemaba sin compasión, los acosos que no tienen género o la irrazonable sensación de vivir sin límites, cuando se trabaja y se considera el Arte, con mayúsculas y para la eternidad.
La cineasta letona, Signe Baumane, en My love affair with marriage no se corta un pelo en su descripción del espejismo del amor romántico. Tan bien vendido por la sociedad de espectáculo, pero que olvida que siempre son ellas, las princesas, las que se quedan en casa (o en el castillo, que al final es igual). Vete tú a saber qué estarán haciendo fuera los príncipes en ese momento. Como Rebecca Zlotowski en Los hijos de otros, película que inaugura el festival, no duda en recordarnos con elegancia (y con una sublime Virginie Efira) que, por mucho amor que se invierta en una relación, los hijos ajenos nunca olvidarán a su propia familia.
La diferencia reafirma la diversidad
Fogo fátuo, de João Pedro Rodrigues, destinada a convertirse en película musical erótico-festiva de culto, o Close, segunda obra del belga Lukas Dhont, tras la apoteósica Girl, mantienen el nivel de unas historias en las que cuesta ser considerado diferente por la sociedad.
Como la protagonista de Rodeo, de Lola Quivoron, en un Burdeos alejadísimo de la edulcorada imagen de ciudad Patrimonio de la Humanidad; Vera, de los austriacos Tizza Covi y Rainer Frimmel, que confirma que se puede ser influencer y tener corazón (¿o no?), o las chicas guerreras del perreo en Sonne, de la iraqui-austriaca Kurdwin Ayub, van a hacer las delicias del público más salvaje e inconformista del festival.
El pasado explica el presente
No se puede negar la influencia del Festival de Sevilla vistos los personajes que la visitan. Escritores de la talla de León Tolstói o Luigi Pirandello, faraones y princesas, estadistas y dictadores como Hitler, Stalin, Churchill, Mussolini y hasta el mismísimo Jesucristo estarán en las pantallas sevillanas.
Siete años hemos tenido que esperar para ver lo nuevo de estos cuatro maestros del cine mundial, Fairytale, de Alexander Sokurov. Otros 4 años para lo último del genio de la animación Michel Ocelot, Le pharaon, le sauvage & la princesse; o poder disfrutar del primer film en solitario de Paolo Taviani, Leonora Addio; o A couple, el paso a la ficción, con 92 años, casi seis décadas en activo y más de cuarenta títulos en su filmografía documental, del incombustible Frederick Wiseman. Por cierto, también actor, en el papel de un ginecólogo, en Los hijos de otros.
Radicalmente libres
Pero la seguridad de la maestría de referentes del cine mundial también da paso a la emoción de la sorpresa y el descubrimiento en el Festival de Sevilla. Estamos deseando ver Matadero, primer largometraje en solitario de Santiago Fillol, guionista de Mimosas y Lo que arde de Oliver Laxe. O Siete Jereles, de Pedro G. Romero y Gonzalo García Pelayo (dos de los agitadores cinéfilos más interesantes del panorama español).
Pietro Marcello siempre sorprende. Pese a que Scarlet se sitúa en los años finales de la Primera Guerra Mundial su impresionante modernidad es palpable desde su primer minuto. Como Lav Díaz o Joanna Hogg, en sus respectivas When the waves are gone o The eternal daughter, en su lucha por reinventar los tradicionales géneros de thriller vengativo y gótico psicológico.
Sevilla será una fiesta que comenzará en cuestión de horas. Y nos quedan mil citas por celebrar: la lectura de las nominaciones de los Premios de Cine Europeo que se darán a conocer el 8 de noviembre (entrega el 10 de diciembre en Reykjavík, Islandia), las nuevas olas del cine español… Buen festival a todos/as.
2 comentarios sobre “Claves del Festival de Sevilla: paraíso del cine europeo y el Sundance del cine español”