Un colorido puñetazo al ojo para impactar al espectador. José Luis Ágreda ha diseñado el hermoso cartel del Festival de Huelva bajo la premisa de convertir al espectador en el protagonista de su 48ª edición. Lo hace bajo la sonriente mirada de Luis Buñuel y con un diseño bañado en la luz, la energía y la calidez.
Ágreda, que ya se acercó al icónico cineasta en la película de animación Buñuel en el laberinto de las tortugas (Salvador Simó) como director de arte, recupera de nuevo una figura que, como el propio festival, enlaza el cine europeo y el cine latinoamericano. Un cineasta de transcendencia universal, que, precisamente, visitó el Festival de Huelva en su segunda edición.
¿Cómo ha sido el proceso de trabajo de diseño del cartel con el festival y con su director?
Cuando el director del festival, Manuel H. Martín, me llamó, me hizo muchísima ilusión, porque es un festival al que he ido muchas veces y le tengo un cariño especial a Huelva. Desde el principio, Manuel me pidió calor, color y calidez, así que hemos huido del formato vectorial, de los tonos fríos. Tenía que haber luz y energía, así que le hemos dado un punto distinto. Hemos hablado mucho y barajado varias posibilidades, pero siempre hemos tenido dos puntos de partida: Buñuel y el espectador.
¿Qué representa Buñuel?
Buñuel es un icono del cine iberoamericano. Es una de las grandes figuras del cine mundial, capaz de representar tanto al cine europeo, como al mexicano. Unifica el espíritu del festival. Buñuel es la figura central de mi primera película como director de arte y fue, también, uno de los primeros invitados del festival, en su segunda edición.
¿Y el guiño a los espectadores?
El otro punto de partida era involucrar al espectador. Lo importante no es lo que está rodando, sino que Buñuel nos está haciendo una señal, para introducir al espectador en el festival. El público es el protagonista.
¿Cómo definirías el estilo del cartel?
He intentado que sea mi propio estilo. En eso Manuel H. Martín fue muy claro: me pidió que lo hiciera con mi estilo, recuperando de alguna forma el trabajo en la película de Buñuel en el laberinto de las tortugas. También se buscaba esa calidez, esos colores vibrantes, también relacionados con México. Queríamos evitar esa cosa tan digital que hay en tantos carteles. Aunque sea una pintura digital, queríamos que tuviera esa cercanía, que estuviera pintado como si fuera una tempera, incluso con sus errores.
Es un cartel muy hermoso, que impacta desde su primer vistazo.
Sí, es una imagen contundente: el sol, el gallo, unos colores muy básicos, que tienen ese impacto. Es un puñetazo en el ojo para llamar la atención. Guarda relación con el estilo simplificado con el que experimento últimamente, pero a la vez hay detalles. Buñuel está representado más con un estilo realista que abstracto. Además hay diversos elementos que apuntan a las diferentes etapas de Buñuel: la española (la pierna de Viridiana), la francesa (la caja misteriosa de Belle de jour), la surrealista (la navaja de Un perro andaluz) o la mexicana (el gallo de Los olvidados).
José Luis, me gustaría que conozcamos mejor al autor del cartel. Tu primer paso importante en el mundo del cine fue como director de arte de la película de animación Buñuel en el laberinto de las tortugas.
Yo había trabajado en el mundo del cómic y en la animación apenas había algunas incursiones como freelance diseñando personajes y decorados. Era la primera vez que era el responsable de la dirección de arte y que me incorporaba a un estudio. Me picó el gusanillo y desde entonces, estoy intentando redirigir mi carrera hacia ahí, sin dejar de hacer ilustraciones para literatura infantil y cómics, que son mis otras pasiones. Disfruto mucho del trabajo en equipo y me resulta muy enriquecedor contar con otros artistas. Tras Buñuel, he seguido trabajando en Irlanda con Cartoon Saloon, un estudio con un estilo ético y estético muy claro, que trabaja con las leyendas irlandesas y siempre logra una nominación al Oscar.
Y luego has trabajado para una serie y una película.
Sí, en Viking Skol soy director de arte para la plataforma de Disney y desde hace dos años y medio trabajo en la primera película de animación de Pablo Berger, Robot Dreams. No solo trabajo en la dirección de arte, sino en la supervisión de storyboard con Pablo, lo que está suponiendo un reencuentro con mi faceta de cómic. Pablo se ha puesto las pilas rápidamente y tiene las ideas muy claras. La parte de arte, fondos y diseño de personajes está prácticamente acabada y está trabajando ya el equipo de animación. Está quedando un peliculón. Lo terminaremos a finales de año y estrenaremos el año que viene.
¿Continúas con tus otras facetas?
Desde que empecé este proyecto, me siguen saliendo proyectos, pero estoy tan volcado en la película, que no tengo tiempo de nada. Salió el ofrecimiento del festival y a esto no pude decir que no, porque me hacía mucha ilusión. Es básicamente lo único que he cogido en los dos últimos años. Quiero seguir haciendo cómic e ilustración, pero estoy muy volcado en la película. Ahora mismo tengo varios proyectos de literatura infantil, que recuperaré cuando finalice con la película.
