La cineasta, ganadora del Oso de Oro con Alcarràs, arranca esta noche en Reikjavik con los EFA del Cine Europeo una temporada de premios que le puede llevar hasta los Oscar y a la victoria en los Goya

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10 Dic 2022
Alejandro Ávila
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Alejandro Ávila. Reikjavik

Ocurra lo que ocurra en los Oscar, EFA del Cine Europeo, Goya, Feroz… Carla Simón ya es historia del cine español. Y europeo. La carrera de la profunda y delicada Alcarràs arrancó en la edición más dura de la Berlinale desde la postguerra: la de la pandemia. De manos de Shylaman (El sexto sentido), Simón recibió el preciado Oso de Oro en “mi ciudad talismán”. Una bella estatuilla dorada que ninguna cineasta española había empuñado hasta entonces.

Hacía, además, más de 40 años que una película española no triunfaba en una de las grandes citas cinematográficas internacionales. La última fue La colmena, de Mario Camus. Carla ha aterrizado este fin de semana en Islandia para saber, por fin, si los académicos europeos consagran la gran Alcarrás como la mejor película europea del año. Y como el mejor guion. Se las tendrá que ver con cineasta como Ruben Östlund (y su sardónica El triángulo de la tristeza), Lukas Dhont (y su íntima Close), Ali Abbasi (y su deleznable Holy Spider) o Marie Kreutzer (y su reivindicativa La emperatriz rebelde).

La cineasta catalana llega, pues a Reikjavik, con muchas horas de vuelo y dos semanas de promoción internacional para estar preseleccionada en la categoría de Mejor Película Internacional de los Oscar. “La ruta comenzó hace dos semanas. Desde Barcelona a Los Ángeles. Y desde allí a Nueva York, en ambos casos para hacer un pase para los académicos de los Oscar y para la prensa. Luego volamos a Londres, para hacer screenings para los Bafta. Han sido muchos coloquios antes de llegar a Islandia”, confiesa entre bromas: “Poco a poco nos hemos ido acercando a nuestra zona horaria”.

Simón asegura que las proyecciones “han ido muy bien. A nivel de recepción ha tenido una acogida muy parecida a la que ha tenido aquí. Pensé que era un tema que podía quedar muy lejos, pero me he encontrado a mucha gente que te habla de su zona rural y te relata su infancia con cabras, árboles… incluso cosechando uvas. Creo que he seguido conectado con el público, porque casi todos tenemos un pueblo en nuestra vida“.

Unos premios potentes

De cara a la temporada de premios, Simón considera que los EFA son “especialmente potentes. Es muy bueno tener estas nominaciones, porque te pone en el mapa y te ayuda a recordar la película, ya que Berlín queda muy lejos“. Confiesa que estar preseleccionada a los Oscar no le quita el sueño… más bien le hace soñar. “He soñado que estaba en una habitación con mis productoras y parte del equipo y entraba un hombre, cantaba la lista y no había ninguna película que empezara por la A de Alcarrás. Y yo decía que no estábamos y que no pasaba nada. Creo que ha sido una prueba de cómo me sentiría y la verdad es que no me afecta mucho, ya que lo importante es el viaje”.

Asegura que en su próximo proyecto quiere “romper con ese tono realista al que he sido tan fiel” y concluye que se sintió “muy feliz” cuando cuatro de las cinco nominaciones a mejor dirección fueron para directoras de cine en los Premios Feroz. Incluido el de ella, ya que “significa que estamos llegando a normalizar esta situación de igualdad por la que seguimos peleando. Estamos muy en el camino, hay muchas mujeres haciendo cine y eso está quedando reflejado en los premios”.


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