Arde! es una propuesta interesante, un difícil experimento que, de lo excesivo que es, será imposible de olvidar para quien lo vea. Pertenece a un tipo de cine que cada vez se echa más en falta: aquel donde la falta de medios hace florecer el ingenio

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12 Oct 2022
Marc Sacristán
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Arde! pertenece al proyecto El año de las 10+1 películas de Gonzalo García Pelayo, donde el objetivo era rodar y estrenar 11 películas en 12 meses. Una idea que ha dirigido en su totalidad Gonzalo García Pelayo, con excepción de la película que voy a hablar hoy. Arde! está dirigida y escrita por Paco L. Campano, encargado de montar algunos filmes de este proyecto. En la presentación de la película que hicieron en el festival de Sitges, Rocío Campano (productora) comentó que seguramente sin ese cambio en la dirección no estarían en Sitges presentando la película. Él comentaba que a pesar de ser un encargo, la ha convertido en suya.

El cine de Armando Bó

El propio director vende Arde! como una mezcla entre la serie B más exploitation y el cine de David Lynch, una forma acertada de abordar la tesis de la película. Estamos ante un repaso y homenaje al cine del argentino Armando Bó, más específicamente al sexplotaition que se esparció en la época por Argentina a través del formato VHS y que convirtió a Isabel Sarli en un icono. Algunas de estas cintas, además, contaban con un trabajo de dirección fuera de los estándares, a medias entre la inquietud creativa y los pocos recursos con los que contaban. Algo que ocurre exactamente igual en Arde!.

Nada más comenzar vemos una escena de sexo donde hay más interés artístico que erótico, donde no se ve nada explicito. A través de fotogramas que se van difuminando y fusionando, presenciaremos el nacimiento de la protagonista de esta historia. Una chica sin nombre ni recuerdos, que nos llevará de la mano en este viaje por el cine erótico de los 70 que será difícil de olvidar.

David Lynch no es fácil de emular

Que David Lynch ha servido como inspiración es algo que salta a la vista. Su narrativa es confusa, no tiene un hilo conductor claro y muchas escenas tratan de desconcertar al espectador. Juega con efectos especiales digitales pobres, cambia de formato durante el transcurso de la película e incluye escenas musicales donde la música que suena no encaja con lo que están viendo nuestros ojos. No diré que es fácil conseguir hacer todas estas cosas, pero sí que es factible. Lo que no es fácil es conseguir lo mismo que consigue David Lynch, y esto es algo que Arde! no consigue (del todo).

Usa todos los recursos mencionados pero en ocasiones de forma gratuita, sin un sentido narrativo ni visual. Al final, tienes la sensación de haber visto una amalgama de escenas alucinógenas que tratan de inducirte en un viaje en el que nunca estás inmerso del todo. Momentos sugerentes hay, pero es incapaz de atraparte durante más de unos pocos minutos. Le habría sentado bien desprenderse de cualquier atisbo de narrativa convencional ya que cada vez que intenta contarnos algo con palabras el filme se frena.

Abrazando la serie B

Cuando sí funciona bien es cuando se acerca más a la serie B que al cine surrealista. En estas partes, el largometraje se vuelve mucho más naif, abraza el delirio, volviéndose más divertida y simpática, menos intensa. Cuanto más bizarra es, mejor. Mucho más imprevisible de una forma cómica. La parte más experimental tiene que estar tratando este tema, pero a Paco Campano se le nota mucho más cómodo aquí. Todo fluye mejor cuando estamos en este terreno. Demuestra su experiencia como artista de efectos especiales y el amor que tiene por la serie B.

Rocío Díaz es quien interpreta a la protagonista de esta bizarra historia, siendo una interpretación mucho más corporal que vocal. Las líneas de diálogo que tiene son escasas pero su presencia es constante. Es el núcleo del filme, Paco Campano juega con su cuerpo para crear imágenes bellas, cargadas de erotismo. Ella está fantástica siendo un papel que requiere una gran entrega, exigiendo transmitir mucho con una mirada o un simple gesto.

El resto del reparto está completado prácticamente en su totalidad por los hombres que se quedan hipnotizados con la belleza de la protagonista. Martín Aletta es el más destacable por su tiempo en pantalla y por ser el contrapunto del resto de personajes masculinos. Paco Campano se da el gusto de hacer un homenaje a Eraserhead, no solo por referenciar a una de las escenas más míticas de la película, especialmente gracias al curioso parecido entre Martín Aletta y Jack Nance.

Pienso que Arde! es una película fallida, pero no creo que verla sea perder el tiempo. Solo por sus peculiaridades y por hablar de un tema desconocido del que se ha hablado poco, justifica su visionado. Arde! es una propuesta interesante, un difícil experimento que de lo excesivo que es, será imposible de olvidar para quien lo vea. Pertenece a un tipo de cine que cada vez echo más en falta, aquel donde la falta de medios hace florecer el ingenio.


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