Entrevistamos a la cineasta malagueña Toñi Martín, gran triunfadora en los premios Mk2 Corto Fest: “Mi corto subvierte esa estética que mitifica un determinado modelo de feminidad”

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6 Nov 2019
Alejandro Ávila
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Premio del público, mejor actriz y mejor guion. La  cineasta malagueña Toñi Martín ha recibido un importante espaldarazo para su corto Una mujer feliz en la primera edición del Mk2 Corto Fest. Ha sido la exitosa antesala a un intenso recorrido por festivales y salas de Granada, Madrid, Tarifa y Málaga.

Su corto narrado con un encantador tono de fábula que envuelve, con ese dulce envoltorio, la dura realidad de una mujer que toma el camino de la emancipación. El camino no será fácil y, de manera muy alegórica, sufrirá una enfermedad que la va invisibilizando. Inspirada por Virginia Woolf (Una habitación propia), Martín recurre a la actriz Carmen Baquero, para encontrar un equilibrio entre el drama, el humor y la fábula.

 

¿De dónde parte este cortometraje sobre la emancipación de la mujer?

La idea surgió de la lectura de una obra de Virginia Woolf titulada Una habitación propia. Es un ensayo que le encargaron y en el que debía hablar sobre la literatura hecha por mujeres. En lugar de eso, la autora dedicó sus doscientas páginas a reflexionar sobre la necesidad que tiene cualquier creador -pero especialmente las mujeres porque históricamente han carecido de recursos- de contar con una “habitación propia” para crear . Con esta habitación propia se refería a un espacio físico, pero también a un espacio simbólico -el tiempo, los recursos económicos o materiales, o el propio hecho de que pueda convertirse en una profesión-.

Virginia Woolf reflexionó sobre la necesidad que tiene cualquier creador -pero especialmente las mujeres – de contar con una “habitación propia” para crear

Esta lectura maravillosa me inspiró tres guiones para cortometraje, tres historias que forman parte de un conjunto mayor, y que pretenden tratar desde diferentes ópticas esta idea de un nuevo espacio en el mundo, “una habitación propia” para una mujer que ha roto con sus roles tradicionales y tiene que construirse de nuevo.

¿Y de ahí nace Una mujer feliz?

La primera de estas tres historias es Una mujer feliz, que desde un tono humorístico contiene una crítica bastante corrosiva a una serie de temas que se superponen entre sí: primero, a unas estructuras que han invisibilizado a la mujer más allá de su función como cuidadora, a la vez que paradójicamente se cimentan sobre la base de este modelo para funcionar.

Por otro lado, denuncia un rígido modelo de felicidad basado en necesidades creadas y que en mucha ocasiones acaba deshumanizando; y finalmente, a la dificultad -especialmente para las mujeres por su rol en la familia tradicional- de encontrar el tiempo y el espacio, “la habitación propia”, para atender a sus necesidades. Creo que es un cortometraje donde entran en juego una serie ideas complejas y una crítica que no se agota tras un primer visionado.

 

¿Por qué optaste por invisibilizar visualmente a tu protagonista?

Las artes visuales nos brindan a los creadores y creadoras la maravillosa posibilidad de concretar en un hallazgo visual contundente conceptos abstractos que son difíciles de explicar y transmitir. Es una de los grandes potenciales de la imagen. Este recurso me servía a la perfección para concretar y sintetizar todas estas complicadas ideas.

Primero, la alienación, deshumanización de la protagonista -su extraña enfermedad bien podría aludir metafóricamente a las diferentes fases de una profunda depresión-. También alude a la idea de la invisibilidad estructural a la que la mujer ha sido sometida. Y finalmente hace referencia a la metamorfosis del personaje, la crisis de un modelo tradicional que desaparece, se desvanece, y del que surge algo nuevo.

 

¿Y la invisibilidad de otros personajes?

Para rematar ya de hacer el spoiler de la historia, diré que también la invisibilidad de los otros personajes alude a este proceso de transformación del que habla el corto, un modelo de familia y un modelo de masculinidad, que se desvanece para dejar paso a otro nuevo. De todas formas, también tengo que decir que la riqueza de este tipo de metáforas estriba en que no se agotan en un único significado. Sus significados son múltiples y cada espectador aporta el suyo propio.

 

¿Qué dificultades tuviste para rodar el efecto de evanescencia sin un gran presupuesto?

Nos supuso una planificación previa muy bien estudiada, estructurada y clara para todo el equipo. Cada plano de efectos que grabábamos suponía realizar dos más, es decir, tres planos por cada plano de efectos. En el cine ya sabemos que tiempo es dinero y probablemente nos supuso un día más de rodaje en total el incorporar efectos especiales. Para la postproducción contamos con un gran profesional, Biktor Kero, y para el rodaje con supervisores de su equipo, que hicieron que el trabajo fluyese sin que muriéramos de pánico en el set.

 

Háblanos de Carmen Baquero, la actriz que interpreta a tu protagonista: ¿Por qué la elegiste?

Me gusta muchísimo Carmen Baquero como actriz porque posee un registro muy amplio que es justo lo que yo necesitaba. Por un lado, necesitaba una actriz que se moviera bien en el registro cómico, teatral, de ese modelo de felicidad impostada, sonrisa profident de la protagonista al principio de la historia. Su gestualidad es ideal para este tono. Transmite muy bien todo lo que requiere la historia en un cortometraje en el que el diálogo como tal es escaso.

Además, me hacía falta alguien capaz de transitar rápidamente a un registro más dramático y emotivo como el de las secuencias en el hospital. Finalmente tenía que acabar normalizando, llevando al personaje a una interpretación en un tono mucho más realista.

Durante los ensayos y las charlas con la actriz -que para mí han sido fundamentales- trabajamos los diferentes tonos por bloques. Su trabajo como el de Antonio Navarro, fue también importantísimo a la hora de crear la complicidad con los adolescentes que hacían los personajes de los hijos, Cristhian Morales y Pablo Ojeda.

 Hay varios planos en los que se hace referencia explícita a carteles publicitarios de los 60 usando idéntico vestuario, composición de la imagen, colores

Optas por una potente voz en off: ¿Quién es la actriz y qué nos transmite su tono de fábula infantil?

La actriz es la fantástica Mercedes León. Desde el principio comentaba con ella que ya desde el origen, el guión surgió con su voz -como tú dices, la voz de fábula infantil que todos llevamos en el subconsciente colectivo-. Formalmente me apetecía muchísimo jugar a subvertir determinados elementos de la tradición del audiovisual o incluso de la literatura, para darle una vuelta de tuerca e invertir el mensaje de este tipo de fábulas.

En este sentido, no solamente la voz en off sino también todas las referencias estéticas a las series americanas de los 60 e incluso a la cartelería publicitaria de esta época en la que se mitifica un modelo de feminidad también cumple una idéntica función, la de subvertir todos estos elementos de la tradición literaria o audiovisual dotándolos de un mensaje muy diferente. Hay incluso varios planos en los que se hace referencia explícita a carteles publicitarios de los 60 usando idéntico vestuario, composición de la imagen, colores, etc.

 

¿Qué ha representado para ti haber recibido tantos galardones en el Mk2 Corto Fest?

Supone una gran satisfacción y un impulso muy importante de cara a otros festivales. Estamos iniciando la andadura y el recibir tres premios – los voy a decir otra vez porque me gustan mucho los tres: Guión, Público y Actriz- que además tienen detrás a la fundación AISGE y a un reputadísimo jurado, en un festival que ha llevado a los cortometrajes a las salas de cine de diez ciudades distintas es una fantástica carta de presentación.

 

¿Cuál es tu próximo proyecto?

Mi siguiente proyecto será la segunda parte de esta trilogía que surgió de la lectura de Virginia Woolf. Se lama Antonia, el guión está cerrado y el proyecto en proceso de búsqueda de financiación. Es también un guión complejo y un proyecto ambicioso para el que esperamos contar con diferentes ayudas y financiación privada. Tengo muchísimas ganas de meterle mano al largometraje pero tendrá que esperar un poco porque antes siento la imperiosa necesidad de terminar esta trilogía.


Un comentario sobre “‘Una mujer feliz’: una Virginia Woolf de fábula

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