Fistro, cobarde, pecador. Tres palabras bastan para saber que hablamos de Chiquito de la Calzada, el célebre humorista andaluz que cambió para siempre la cultura popular española en los años 90 y que recibirá ahora su “merecido homenaje” con el documental Chiquito el Grande.
El cineasta Alfonso Sánchez, director de El mundo es nuestro o El mundo es suyo, será el encargado de dirigir esta película, su primer documental, una producción de Mundoficción que cuenta ya con el apoyo de Canal Sur Televisión.
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Con producción de Agus Jiménez y guion de Alfonso Sánchez, Vladi Ráez y Fali Álvarez, Chiquito el Grande se centra en la historia de Gregorio Sánchez, un cantaor de los de atrás, y de cómo se convirtió en Chiquito de la Calzada, el genuino humorista que conquistó a todo un país.
Un recorrido desde los tablaos de la Costa del Sol en el franquismo al incontestable fenómeno televisivo de los 90, que le llevaron también a la gran pantalla, con comedias de éxito como Condemor, el pecador de la pradera, Brácula o Papá Piquillo.
Un vida de trabajo duro
El salto al estrellato de Chiquito, a los 62 años, no le llegó por casualidad, sino que es fruto de toda una vida de trabajo. Se trata de un documental sobre las luces y las sombras del espectáculo, sobre la dignidad humana, sobre el humor frente a la desventura, y especialmente sobre la honestidad de un icono español.
Según afirma el propio Alfonso Sánchez, su obra tiene “la inusitada virtud de llegar a todo el mundo. Porque en ella hay mucho de calle, de sabiduría popular y de poca vergüenza; pero también de deconstrucción del lenguaje, de surrealismo, de lucidez y de vanguardia. El documental, cuenta, rastreará los orígenes de su particular universo”.
Marina Parés, una guionista de Goya
Como Chiquito de la Calzada, Marina Parés es de Málaga. Y el fin de semana pasado la vimos saltar de alegría desde una casa rural en Burgos: a sus 28 años, la guionista andaluza Marina Parés acababa de ganar el Goya de Mejor Guion Adaptado por Ane.
En los Encuentros de Cine de FilmAnd, disponibles en Facebook, Marina nos cuenta cómo se gestó esta historia de conflicto generacional, entre una madre y una hija adolescente, con un conflicto político en el País Vasco de trasfondo. Y, sorpresa, no tiene nada que ver con ETA.
Lo interesante es que Marina y David Pérez Sañudo, coguionista y director de la cinta, han ido rebajando el protagonismo del conflicto político, para hablar de la relación entre una madre y una hija. Algo, que en palabras de Marina, podría ocurrir en cualquier lado: una adolescente que busca la subversión, insertándose en grupos alternativos.
Ane, un mensaje univesral
Y, claro, siendo el País Vasco, la preocupación de la madre es que esa radicalización le lleve a entornos abertzales violentos. Ane cuenta un mensaje universal sobre la ruptura de una madre y una hija, tan bien escrito y llevado a la gran pantalla, que ha merecido tres Premios Goya: para su dos actrices protagonistas, Patricia López Arnaiz y Yone Laspiur, y para para Marina y David, por su guion.
El éxito de Ane demuestra el buen estado de salud del cine vasco y conforma una nueva colaboración entre la cinematografía andaluza y la vasca, como ya ocurrió con La trinchera infinita, el año pasado, o 30 años de oscuridad, el documental que inspiró esta cinta ganadora de dos Goya. Marina Parés prepara ya su siguiente proyecto, La última noche de un Erasmus en Roma. Y desde aquí le deseamos muchísima suerte.
Talento, desde luego, no le falta.
