Disney+ presenta su primer true crime español, dirigido por Olmo Figueredo y Jose Ortuño: la historia que conmocionó a toda España en 2017 y que cuenta el periplo que pasó Patricia Aguilar cuando con tan solo 18 años fue captada por una secta. Solo la lucha incansable de su familia pudo liberarla después de 548 días

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4 Jul 2023
Esther Lopera
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Los padres de Patricia, en un momento de la búsqueda

Disney+ acaba de presentar su primer true crime español: 548 días. Captada por un secta, una sobrecogedora serie que narra durante tres capítulos el caso de Patricia Aguilar, la joven de Elche (Alicante) que en 2017 fue captada por un grupo sectario. Su fuga, la búsqueda incansable por parte de su familia y su rescate son los ejes de esta historia. El caso mantuvo en vilo a la población española y dio lugar al libro Hágase tu voluntad -de la periodista Vanesa Lozano-, en el que se basa la docuserie.

La propuesta de Disney+, producida por La Claqueta PC, llega en un momento en que los documentales sobre crímenes reales se venden como churros en las plataformas. Ante toda la oferta, vale la pena recordar que las pioneras en apostar por este formato fueron Netflix y HBO, con joyas del género como The Staircase, Making a Murderer o Paradise Lost. Luego se fueron subiendo al barco el resto, hasta tal punto que lo que se presentó como un paseo en un barco de vela de repente se ha convertido en el Titanic.

Quizás por esta razón -y por aquello de evitar un naufragio histórico- Disney+ opta por un true crime lleno de luz. Es una bocanada de aire fresco en contraposición a las muchas docuseries que pueblan las parrillas de cadenas públicas y privadas, en los que se evidencia con descaro el tono amarillo chillón y que responden al empeño de exprimir la gallina de los huevos de oro. Y no todo vale. La audiencia es soberana y no se chupa el dedo.

No es baladí que detrás de este proyecto encontremos a dos nombres habituales de la fábrica nacional de true crimes: Olmo Figueredo González-Quevedo, responsable de El Estado contra Pablo Ibar (HBO, 2020); y José Ortuño, quien firma ¿Dónde está Marta? (Netflix, 2021). Dos pesos pesados que ya han marcado su propio estilo y a los que no les tiembla el pulso para crear una nueva tendencia en un mercado explotado. ¿El resultado? Un documental luminoso que coquetea elegantemente con los códigos del thriller y del melodrama.

A continuación, deconstruimos el caso capítulo a capítulo, así que, si no te ha dado tiempo de ver la serie todavía, deja de leer ahora porque vas a morir a spoilers y dale al play. No te preocupes, nosotros seguiremos aquí.

La cercanía de los testimonios

Patricia Aguilar actualmente

El primer capítulo expone La fuga, a través de la voz de Rosa Poveda y Roberto Aguilar, padres de Patricia; y de Noelia Bru, su prima y portavoz de la familia. Los directores plantean desde el principio un relato honesto y cercano, entrevistando a los protagonistas en un plató con un sencillo croma y sin artilugios, más allá del uso de un espejo con el que consiguen que los entrevistados cuenten la historia mirando a cámara, una técnica que puso en boga Errol Morris, padre de los true crimes.

Sorprende que en apenas 20 minutos de metraje aparezca la propia víctima ofreciendo su escalofriante testimonio (por primera vez públicamente). Aquí no hay ni trampa ni cartón. Patricia relata en primera persona cómo Félix Steven Manrique la seduce, cuando tenía tan solo 16 años, a través de las redes y consigue convencerla de que está ante el “Cristo Redentor”, designado para salvar a los elegidos del apocalipsis.

Cuando la adolescente cumple 18 años, roba el dinero de sus padres y se va de casa para reunirse con él, presa de falsas promesas. Empieza aquí una ardua investigación por parte de la familia, orientada a recuperar a una hija que ya no reconocen y que no quiere volver. Patricia llegará a Perú y allí se encontrará a otras dos mujeres peruanas: Paola y Mayi, con dos hijos cada una y con las que deberá compartir su vida y su amor.

Uno de los momentos más escalofriantes es escuchar a Patricia relatar como su captor, aparte de hacerlas cumplir con el “trabajo sexual” a diario, las introduce en su mundo lisérgico a base de lingotazos de ayahuasca. Los responsables recrean acertadamente esta y otras experiencias pesadillescas de la víctima con imágenes animadas.

Por supuesto, en esta historia también está presente el habitual circo mediático que forma parte intrínseca de estos sucesos, un escenario en el que la familia encuentra gran ayuda en los primeros meses de búsqueda, hasta que su propia hija lo utiliza para alejarse más de ella.

Entonar un “mea culpa”

Rosa Poveda, madre de Patricia

Los directores de esta serie muestran un vasto conocimiento sobre los códigos de los true crimes y saben cuándo y cómo ahondar en las causas del suceso, utilizando cliffhungers al final de cada episodio. Una vez expuestas las bases de la secta a través del testimonio de la víctima, el documental explora en su segundo capítulo -llamado El viaje– el por qué. Es aquí donde los padres de Patricia, todo un ejemplo de perseverancia, serán capaces de proclamar un “mea culpa” y ahondar en el hecho que ocurre en el seno familiar y que será el detonante de una pesadilla que dura 548 días.

En este segundo acto, Mayi, la primera esposa de Steven y su madre Olinda Valverde, toman protagonismo, explicando la dura convivencia junto a Patricia y Paola en Perú, mujeres sumisas y a merced de los caprichos esotéricos y denigrantes de Steven Manrique.

Un rescate de película

Momento del rescate de Patricia y el grupo, en Perú

El rescate es el colofón de la docuserie. La voz protagonista se traslada en el último capítulo a la policía de Perú, responsable del rescate de Patricia y del resto del grupo. Figueredo y Ortuño relatan el periplo del cuerpo del DIRINCRI (el cuerpo nacional de investigación criminal de Perú) que trabajó sin descanso en la búsqueda del paradero de Patricia, para dar respuesta a su padre, quien desesperado puso una denuncia en ese país hacia Steven por trata de mujeres y niñas.

Estamos ante 62 minutos frenéticos, que muestran con ritmo los pasos que dieron los policías hasta dar con un personaje diabólico que se muestra en su arresto totalmente fuera de sí, tres mujeres convertidas prácticamente en esclavas, cuatro niños desnutridos y alguna que otra sorpresa.

La figura ausente

Cartel de búsqueda en Perú del líder sectario y las tres mujeres captivadas

Figueredo y Ortuño presentan un trabajo de documentación sin fisuras en el que han conseguido algo que no se antoja fácil: tejer un relato en primera persona, a través de los generosos testimonios de los protagonistas y sin utilizar ni una sola voz en off. Para ilustrarlo, han contado con numeroso material, teniendo acceso completo al sumario judicial, pudiendo utilizar audios y conversaciones originales de Whastapp y Messenger de los protagonistas; además de fotos y vídeos que habían grabado la propia familia y la policía peruana en el rescate.

Solo se echa de menos la voz de Paola, otra de las mujeres que mantenía cautivas Steven. El hecho de que no forme parte de este riguroso trabajo solo puede llevarnos a una triste conclusión: no todo el mundo consigue liberarse de la influencia de un líder espiritual. Tal y como el mismo Figueredo afirma: “más de 400.000 personas en España se ven afectadas de forma directa por todo tipo de grupos coercitivos. Sin embargo, el caso de Patricia Aguilar no es un caso común porque, a diferencia de muchos otros, ella pudo ser recuperada”.


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