Hace un mes que la Asamblea de la Asociación de Escritoras y Escritores Cinematográficos de Andalucía, ASECAN, eligió nueva Presidenta y nueva Junta Directiva. Lourdes Palacios tiene el apoyo y la encomienda para gestionar una etapa que continuará la senda trazada. Aunque no será una etapa ausente de retos, ella tiene por delante dos ambiciosos proyectos: impulsar la Academia del Cine andaluz, un proyecto que ya se ha echado a andar, pero que aún tendrá que cocer a fuego lento, y rediseñar ASECAN una vez que se cree la Academia.
Palacios cambia de registro por primera vez y salta de la sala de máquinas a la primera plana para afrontar ambos retos desde el diálogo, la paciencia y la colaboración constante con su equipo. Periodista, crítica de cine, jefa de prensa de festivales… 20 años de profesión en los que ha sido testigo de la transformación del cine andaluz. Un cine que en su opinión ya se mira de tú a tú con los demás, que es “vibrante y talentoso” aunque ahora le resta la pelea más dura: ser cada vez más visto, “así será cada vez más reclamado y reconocido”.
¿Qué ha cambiado en el cine en las últimas dos décadas?
El cine de entonces y el de ahora parecen dos cosas completamente distintas. Hace 20 años en Andalucía se producían unas pocas películas de ficción al año, tantas como documentales, y sobre todo producciones para televisión. Hace 20 años comenzó esta transformación apoyada en la aparición de las facultades de comunicación en Andalucía y en el surgimiento de Canal Sur, que ahora cumple 30 años. Hace 20 años, empezaba a hacer cortos la Generación CinExin donde estaba Alberto Rodríguez, Santi Amodeo, Paco Baños, Jesús Ponce… es la generación que ahora está haciendo cine y otros productos audiovisuales de calidad en Andalucía.
Solas marcó un antes y un después: una generación empezó a plantearse no irse de Andalucía y producir aquí
Pero, sobre todo, hace 20 años Benito Zambrano dirigió Solas, una película que marcó un antes y un después, que hacía pensar que hacer cine en Andalucía, con capacidad industrial, no era solo un sueño, sino que se podía hacer de verdad. Fue entonces cuando esta generación empezó a plantearse no irse y producir en Andalucía con los recursos que había.
Aquellas primeras películas de estos directores eran audaces y frescas. Y desde entonces han sabido marcar una ruta y construir una industria cinematográfica en Andalucía. Es una industria potente, que produce cine y acoge rodajes de otras cinematografías, en los que además participan equipos técnicos andaluces. El panorama desde hace 20 años ha cambiado muchísimo.
¿Cómo afrontas esta nueva etapa?
Con mucho respeto y con mucha ilusión también. Me siento muy distinta, yo creía que no me iba a afectar tanto, pero la verdad es que no tiene nada que ver estar en la trastienda con ponerse al frente, da vértigo porque te das cuenta de la responsabilidad que asumes y no quieres hacer nada que perjudique a la asociación y lo que estoy intentando es apoyarme en mis compañeros y compañeras de la Junta Directiva y en Javier Paisano, el anterior presidente, para todo. Paisano va a seguir estando con nosotros como director general. Estoy consensuándolo todo, teniendo muy clara la dirección, trabajando con ganas, intentando abrir nuevas vías de colaboración con entidades y patrocinadores . Y por supuesto, ampliando la difusión y el alcance que tiene la asociación y los premios del Cine Andaluz, la plataforma que da visibilidad a nuestro cine.
Por tanto, ¿será una presidencia continuista?
En muchas cosas vamos a continuar el trabajo hecho hasta ahora porque es un proyecto muy bien encarrilado, en el que se ha invertido mucho esfuerzo y en el que tenemos que seguir muchos de los planes que Javier (Paisano) tenía para ASECAN. Hay que seguir reforzando la asociación en el aspecto más profundo, en el aspecto asociativo, aumentar la interlocución con los socios y socias, que sientan que pueden participar más en nuestras actividades y hacer propuestas.
La Academia Andaluza de Cine es un rumor constante que no termina de brotar. ¿Qué papel tendrá ASECAN en su creación?
Javier Paisano arrancó en su último mandato la creación de la futura Academia del Cine y me queda como herencia. Se hará realidad a través del diálogo y reflejando todas las sensibilidades que existen en Andalucía ya que se trata de un sector amplio, diverso y con distintas necesidades.
Para que este proyecto se impulse definitivamente hay que hacer partícipe a todo el sector articulándolo a través de las asociaciones. Desde ASECAN estamos intentando que todo confluya y que todo el mundo participe. Por tanto, aún hay que hablar mucho y hay que ir dando pasos firmes.
Y el papel de ASECAN en la Academia, ¿cuál será?
La Academia será una asociación de profesionales. El plan que tiene ASECAN es hacerla realidad, que se cree, vertebrar a los profesionales para que se constituya y una vez que esté creada, ASECAN no tiene ninguna función más allá de lo que la Asamblea de la Academia decida. El proyecto es que la Academia se haga realidad y formar parte de los trabajos que se están realizando para su constitución. Concluida esta fase, ASECAN se pondrá a disposición de la Academia para lo que pueda necesitar.
El perfil de la nueva ejecutiva es ajeno a la producción audiovisual para que no haya conflicto de intereses a la hora de organizar los premios
¿Qué perfil tiene la nueva ejecutiva?
He buscado que sean fundamentalmente, como dicen nuestras siglas, escritoras y escritores de cine de Andalucía. Críticos, guionistas, investigadores, pensadores de cine, ese perfil primigenio que tenía la asociación. Porque entre otras cosas, debe ser y debe ocurrir que en este mandato surja la Academia. Por otra parte, he buscado que ese perfil sea ajeno a la producción audiovisual para que a la hora de organizar los premios no haya ningún tipo de incompatibilidad o conflicto de intereses.
El reto de la presidenta de ASECAN, ¿cuál es?
Lograr que sean tres años en los que la asociación siga orgullosa de representar al sector y de hacer cosas por él. Yo quiero abrir ASECAN a más conversación con el sector. Los proyectos más inmediatos son los premios y la sede de la Asociación. Vamos a modificar los Estatutos, dando cumplimiento al primer mandato que nos encomendó la Asamblea que eligió a esta nueva Junta Directiva. ASECAN se creó en 1982 en una realidad audiovisual que no tiene nada que ver con la actual y los Estatutos corresponden con aquel momento y necesitan una revisión.
Ya se ha impulsado esa comisión para revisarlos entre miembros de la Junta Directiva, se ha creado otra para revisar las bases de los premios garantizando que siempre sean coherentes con las propuestas de mejora que nos llegan.
Y en esta etapa contaremos por primera vez en la historia de ASECAN con una sede física gracias al apoyo del Ayuntamiento que nos ha cedido un espacio en FIBES para llevar a cabo nuestra labor.
¿ASECAN puede ser una plataforma para nuevos creadores?
Por supuesto, en nuestras actividades, en nuestros premios confluyen los nuevos creadores con los que tienen una veteranía y les encanta intercambiar opiniones e incluso conocerse personalmente, ya que a veces se trabaja a distancia y ni siquiera se conocen.
Cuando la Asociación nace es para hacer encuentros y hablar de cine. Los socios fundadores de Asecan se reunían para hablar de cine, presentar libros sobre cine, hacían seminarios y atraían a cineastas hacia Sevilla para propiciar encuentros entre los estudiantes de Comunicación y los profesionales. Hay cosas que están superadas. Ya no tenemos que traer cineastas de fuera, pero creo que podríamos seguir impulsando estos encuentros con nuestros grandes profesionales para que se comuniquen con los que están empezando ahora.
¿Cuáles crees que son los retos del cine andaluz?
Más allá de la estabilidad financiera, los retos del cine andaluz son los retos del cine en general. Ya se puede ver una película en tantos sitios distintos que el reto está en conquistar todas esas pantallas a las que puedes llevar tu trabajo. El reto es que los y las cineastas andaluzas muestren sus obras y que el público las disfrute, las reclame, las reconozca. Hay que hacer que la audiencia andaluza se ilusione con las obras que se hacen en Andalucía y que lo viva con orgullo. Se hace un cine tremendamente talentoso, vibrante, interesante lleno de temas cercanos en los que podemos sentirnos identificados pero hay que conseguir que la gente acceda a las obras. Si el público mayoritario consume nuestro cine, todo lo demás llega solo: los premios, la financiación, el reconocimiento, el futuro del sector. Lo fundamental es conquistar al público.