Jesús Ponce estrena su quinto largometraje: ‘La primera cita’, una película “seria pero entretenida” protagonizada por una de esas “mujeres fuertes y heridas que abundan en nuestra sociedad”

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5 May 2019
Mª Angeles Robles
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Jesús Ponce acaba de estrenar su último largometraje, La primera cita, una película dura y melancólica pero que, en opinión de su director y guionista, encierra un mensaje de “esperanza” porque es un drama “amable y positivo”, una película “seria pero entretenida”.

La primera cita habla de la memoria, de qué pasa cuando se escapan los recuerdos y olvidamos las caras y los nombres de las personas que nos rodean. La protagonista de la película, Isabel, que encarna Isabel Ampudia, padece alzhéimer. Sin embargo, esta dolorosa enfermedad no es el tema central de la película, sino el detonante de un cambio radical en la vida de los dos protagonistas, una pareja que Ampudia define “como gastada y sin ilusión”.

Dejar de recordar es dejar de vivir

Para Jesús Ponce, “dejar de recordar es dejar de vivir”, pero su película no habla únicamente de la memoria. La primera cita nos habla “del maltrato cotidiano, asumido y aceptado, que está presente en nuestro día a día. Todos hemos escuchado alguna vez eso de ‘es muy bueno porque no me pega’”, apunta Ponce.

El director sevillano se ha propuesto con este trabajo hablar de la incomunicación, “que es muy dolorosa cuando es unidireccional”. La pareja protagonista es “asimétrica” porque “ella es vitalista y él no quiere comunicarse. Él es a, b y c”.

Isabel, la protagonista, representa a una de esas mujeres “fuertes y heridas que abundan en nuestra sociedad”. Ponce asegura que está rodeado de mujeres fuertes y que por eso las “reivindica” aunque piensa que “no es quién para hablar de ellas”.

No obstante, el director explica que no estamos ante un película triste, sí, quizás, “algo melancólica, pero amable y muy positiva y con sentido del humor: es una película entretenida pero con fondo”. Pese a su carácter dramático, La primera cita “no se puede englobar en ningún género porque habla sobre la vida”.

Ponce vuelve a repetir con el equipo con el que ha contado en sus últimas películas, un equipo pequeño pero cohesionado que le ha permitido abordar el trabajo de rodaje en un tiempo récord y con unos medios bastante limitados. Por eso el director y guionista asegura que “sin este equipo de absoluta confianza la película hubiera sido imposible”.

Un reto

Para Isabel Ampudia meterse en la piel de Isabel le ha supuesto, por una parte, “un reto técnico” para el que se ha preparado visitando a enfermos de alzhéimer y hablando con sus médicos y, por otra parte, la necesidad de dejar “fluir al personaje para no incidir demasiado en la enfermedad porque ella está en la fase inicial del alzhéimer y, en realidad, no hace nada, solo confundir a la gente y tener pequeños olvidos”.

El personaje que interpreta es el de la mujer de un militar que siempre ha vivido “una situación de sumisión”. Ella y su marido forman “una de esas parejas gastadas y con poca ilusión que podemos ver a nuestro alrededor”. Por eso, “el personaje sale solo, porque es lo que hay”.

La Isabel de La primera cita es una mujer “alegre y lúcida, que sabe dónde está”, pero que se ha sentido castrada durante años por un marido que no le presta ninguna atención, que la ningunea y que la reprime. Por eso el alzhéimer, comenta Ampudia, “le hace retrotraerse a esa alegría primera, una alegría casi infantil, y por eso mi reto fue ver hasta dónde podía llegar”.

El resto de los personajes secundarios, interpretados por actores como Mercedes Hoyos, Víctor Clavijo, Darío Paso, Juan Carlos Sánchez, Ana Cuesta o Bruto Pomeroy pivotan alrededor de esta pareja que se ve forzada a sumir un vuelco en su vida.

Ampudia asegura que trabajar de nuevo con Ponce ha sido “un placer. Entiendo muy bien lo que él escribe y busco lo que él quiere”, asegura. Coincide con ella su compañero de reparto Sebastián Haro: “Jesús nos conoce y sabe que lo podemos hacer. Él nos abre una puerta y sabe que se la vamos a cerrar”.

Para Ampudia el rodaje fue “fácil, muy corto. Lo teníamos todo claro. Se trata de abrir tu alma a partir del personaje y explorar. Fue muy gratificante. Hubo muchas tomas únicas y todo ayudó, incluso el tiempo porque llovió durante todo el rodaje y el último día hizo sol para acentuar esa escena final llena de esperanza”.

Papel protagonista

Para Haro, que encarna a un militar duro que no sabe expresar sus sentimientos ni entender los de los demás, hacer este papel “de protagonista casi absoluto” ha supuesto “un reto y también un modo de reivindicarse dentro de la profesión. Ha sido decir que puedes enfrentarte a cualquier trabajo. Un examen”.

Haro señala que “la película está muy bien escrita” y destaca “la excelente curva de su personaje”: “un hombre exigente, cuya profesión es mandar, que podría ser un votante de Vox, y que al final llega muy lejos, que se abre e intenta expresar sus sentimientos”.

Para el actor protagonista de La primera cita, “la enfermedad de Isabel es una excusa” porque la película habla, sobre todo, “de la vida y las relaciones humanas. Habla de alguien que está esclavizada en una urbanización militar durante años”.

Haro está convencido de que “algo tiene que pasar en nuestras vidas para saber quiénes somos y dónde estamos y en el caso de Sebastián, la enfermedad de su mujer lo saca de su zona de confort y empieza a darse cuenta de que ella existe a través de los ojos de los demás”.


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