Sola es el título de la ópera prima de José Manuel Rebollo, una experiencia de introspección que abunda en la idea de abrazar la soledad para encontrarnos a nosotros mismos. La protagoniza María Andrómeda

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21 May 2023
Mercedes Utrera
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 Sola es el título de la ópera prima de José Manuel Rebollo, una experiencia de introspección que abunda en la idea de abrazar la soledad para encontrarnos a nosotros mismos, que habla de salud mental pero también de la importancia de la familia o del duelo por la pérdida de un ser querido; temas ya presentes en los más de 15 cortometrajes del realizador y director gaditano.  La película puede verse, desde el día 19 de mayo, en cines del centro de la ciudad de Cádiz, en cines Broadway de Valladolid y en Pequeño Cine Estudio de Madrid.

La película se balancea entre el drama, el terror y la comedia; jugando con los códigos de diversos géneros cinematográficos, ¿cómo has logrado ese equilibrio?

Nace directamente de la esencia del guion que escribí. El personaje principal se encuentra tan mal a nivel anímico que roza la depresión,  y cuando alguien está en ese estado también siente miedo. De ahí nace la mezcla de terror y drama. Respecto a los toques de comedia, creo que eso lo da el retratar la vida misma. No existe la seriedad absoluta, en todo drama siempre hay un toque de humor.

La música, siempre presente a lo largo del metraje, subraya a la perfección los  estados anímicos de los protagonistas. ¿Lo tenías previsto a la hora de escoger al compositor de la banda sonora?

En principio, quería hacer una película llena de silencios. La presencia de la música durante el metraje es algo que vino en la fase de montaje, cuando el montador, Juan Gabriel, me puso las pistas de muestra y me di cuenta de lo bien que encajaban con la historia. Así que hablé con el compositor, que es Willy Sánchez de Cos y  que ya había compuesto música para el documental Palabra de capitán, y me hizo un análisis en el que proponía hacer temas musicales que se relacionasen directamente con cada uno de los tres personajes principales.

 

 

El uso de planos estáticos, ¿es una elección como director o tienen una intencionalidad en la trama?

Lo estático genera tensión, esa es la intención que buscaba. El movimiento puede distraer, pero el plano estático te ayuda a entrar más en la historia y te mantiene en vilo, porque estás pendiente para ver si ocurre algo.

María Andrómeda tiene todo el peso del protagonismo de Sola, actriz con la que ya trabajaste en el cortometraje , premiado en el Notodofilm Fest.

Sola iba a ser mi primer trabajo como director con María Andrómeda, pero en mitad de los ensayos rodamos el corto No me acuerdo de ti. Y al mes de terminar la película, hicimos , que fue el que presentamos al Notodofilmfest porque la película iba a tardar más en salir. De hecho, ha tardado casi tres años. Me quedé encantado tras trabajar con los actores protagonistas de ambos cortos.

En Sola hablas, entre otros temas, de salud mental,  algo que actualmente se está tratando mucho pero que ya habías trabajado en cortometrajes anteriores.

Sí, abordé este aspecto en mi cortometraje Laura (2015). Ya que me lanzo a hacer un proyecto, a juntar un equipo y a poner dinero; tengo que hacer algo que tenga significado. Contar algo que no se haya contado ya o intentar mostrar otro punto de vista. Hay temas menos habituales en cine de los que me apetece hablar porque considero que es necesario generar emociones. El cine no puede mostrar siempre comedias familiares, hay que abordar asuntos que puedan ser tabú y contar historias complejas que no se hayan tratado.

 

¿El salto del corto al largo era una necesidad para ti?

Una necesidad vital. Desde que era pequeño me gustaba el cine y ya sabía que quería ser director, recuerdo que me metía en mi cuarto y jugaba a recrear películas. La ilusión de hacer un largometraje siempre ha estado conmigo.

¿Era importante para ti rodar la película en Cádíz?

Anteriormente, había rodado en Barcelona y Madrid, pero volví a El Puerto de Santa Maria y vi que la Universidad de Cádiz estaba realizando unos cursos sobre producción cinematográfica con Puy Oria y me apunté. Me di cuenta de que en Cádiz había bastante movimiento de temas relacionados con el cine. Y seguí formándome, gracias a Bruto Pomeroy, que es el que lleva la escuela de cine de Cádiz y esta trayendo a grandes personalidades del cine. Sentí que yo también quería poner mi granito de arena en todo esto y formar parte de ello, con actores y técnicos del sector de mi tierra. El equipo de la película es fantástico. Se están moviendo grandes producciones aquí, como la película La Maniobra de la tortuga.  Es muy importante que se cree industria.

El largometraje, escrito por Rebollo durante el confinamiento y rodado en la etapa de desescalada del Covid, es una producción levantada a pulso que no cuenta con ayudas externas. ¿Es duro producir con fondos propios?

Tiré de ahorros, de una campaña de crowdfuding y también tuve la ayuda de mi familia tanto para la producción como para la distribución. Cuando terminé el guion me puse en contacto con la Diputación de Cadiz, que en principio se mostraron interesados, pero finalmente no participaron. Así que opté por sacarla con fondos propios, crear Paraconproducciones, que es mi productora, y hacerlo todo desde cero.

¿Por qué crees que los directores debutantes lo tienen tan difícil?

No tenemos opción de solicitar ayudas o subvenciones, la mayoría están destinadas a grandes productoras. Incluso hay que formarse para saber cumplimentarlas correctamente. Creo que en estas ayudas se debería apoyar más a los debutantes. El proceso normal para hacer una ópera prima es tener un corto multipremiado y que una productora se fije en ti, pero considero que deberían existir unos ojeadores que fuesen a escuelas de cine buscando nuevos talentos, porque cuando yo estaba en la escuela de cine estaba rodeado de gente que tenía muchísimo.

¿Qué consejos le darías a los cortometrajistas que sueñan con dar el paso al largo?

Es un paso natural. Una opción es hacer una producción low cost pero es una vía que a la larga no se sustenta, porque al final acabas rodando con amigos. Yo intenté hacer algo profesional y procurar que todo el equipo cobrase. Lo que hay que pensar es que si a lo largo de tres o cuatro años haces varios cortos de unos 15 minutos, al final es lo mismo que si todo ese tiempo y dinero lo inviertes en hacer un largometraje de una hora pico; que te ayuda a tener más visibilidad. Un corto lo puede hacer cualquiera, incluso con pocos medios. El largo tiene otras exigencias a nivel narrativo, son dos mundos diferentes. En una película es donde se ve la voz del autor, por eso hay que dar el paso.

 

 


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