El Festival Internacional de Cine de Almería (FICAL) ofrece en cada una de sus ediciones un amplio abanico de estrenos, proyecciones y certámenes pero, más allá de eso, también ofrece al público la oportunidad de escuchar a los profesionales de cerca, borrando la sensación de lejanía que da una pantalla, para compartir en las mesas redondas distintas impresiones sobre la vocación, el trabajo, recordar momentos divertidos y otros no tanto, o, en general, sobre la vida en sí misma. Así ha ocurrido este mediodía con al segunda sesión de “Encuentros sobre cine y televisión”, que ha reunido en el Teatro Cervantes a los actores Aura Garrido, Itziar Miranda, Macarena García y Roberto Enríquez, en un coloquio moderado por Luis Alegre.
Un recorrido que ha comenzado evocando ese primer ‘chispazo’ vocacional, que Roberto Enríquez sitúa en la niñez. “Vivía en un barrio suburbial de Valladolid donde no había nada hasta que los salesianos hicieron un centro cultural y social donde hice baloncesto, guitarra y teatro. Ahí vi sentía algo especial, que actuar me hacía sentir como un extraterrestre por esa emoción que sentía en el corazón que se apaciguaba al salir al escenario”. Aura Garrido ha compartido que “me daba miedo a perderme cosas en la toma de decisiones sobre qué quería ser y vi que la interpretación es la forma de tener muchas vidas a través de los personajes. Hice teatro en el colegio e instituto y ya estudian la carrera pase las pruebas de la Escual de Arte Dramático de Madrid”.
Por su parte, Itziar Miranda ha valorado ese momento en tres elementos clave, “mi tía Rosa era actriz, después mi madre, dado que viajábamos mucho por pueblo solía montar una compañía de teatro aficionado y también cuando tenía 8 o 9 años escuché a Fernando Fernán Gómez hablar con tanto amor y tanta pasión de la profesión que yo dije, “quiero dedicarme a lo mismo”. Por último, Macarena García sintió la conexión previa con cantar y bailar en la música y un poco “por los pasos que iba haciendo mi hermano (Javier Ambrossi) cuatro años mayor, desde niña siempre hacía lo que hacía él”, ha compartido entre risas.
Una semilla que después desembocaría en los primeros sueldos y trabajos, Roberto haciendo papel de joven noruego con 21 años en el ‘Hamlet’ de José Luis Gómez y Ana Belén; Aura con cuatro capítulos en ‘Física y Química’ con apenas 19 años, Itziar con 18 años en el capítulo piloto de ‘Periodista’, donde hacía de canguro de los hijos de Belén Rueda; y Macarena con el musical ‘High School Musical’ donde estuvo dos años. Salvo Itziar Miranda, que es una exitosa autora de libros infantiles y juveniles, los actores confesaron no contar con un “plan B” definido por si ese naturaleza intermitente, propia de la profesión, se prolonga en exceso.
Ahondando en las experiencias más personales de los cuatro protagonistas de esta mesa redonda, Roberto Enríquez ha afirmado que sí que se siente presión cuando sabes que se acerca el rodaje de una escena clave, “por el miedo a no estar ese día lo suficientemente dúctil” y del lado positivo ha situado “en la magia que se produce cuando pasan cosas a la hora de hacer una escena” como lo más positivo de su trabajo.
En el caso de Itziar Miranda ha dicho recordar una frase que le dijo Pedra Martínez, “sobre que no me preocupara que iba a tener siempre trabajo más allá de ‘Amar en tiempos revueltos’ y el respeto y cariño que siente de la profesión, por ejemplo cuando iban a verla y ovacionaban su participación en los dos meses que estuvo con una obra en el Teatro Español de Madrid.
Sobre el mismo tema, Aura Garrido se ha definido como “muy perfeccionista, lo que me hace machacarme mucho”, además de confesar que “sufría mucho con lo que le pasaba a los personajes, no porque yo me creyera ser ellos, sino por el nivel en el que llegaba a empatizar”. Como gran momento feliz señala “el trabajar a alguien con quien admiras o ver cómo interpreta que te hace volar la cabeza, como me ocurre con la actriz argentina Martina Gusmán, que cada vez que rodaba con ella era como hacer una masterclass”.
Por último, Macarena García ha afirmado que “esa relación de amor y odio con los nervios previos y con los desafíos es lo que al final ayuda a crecer” y ha situado su momento mágico en la profesión muchos días del rodaje de ‘Blancanieves’, “recuerdo días en los que los ojos se me aguaban, de la belleza de lo que estábamos viviendo y que al final también traspasó la pantalla”.
En la parte final de la mesa redonda ha habido espacio para las risas y muchas, como contando las experiencias más hilarantes vividas en las representaciones teatrales o las situaciones más cómicas que les ha provocado la fama. En definitiva, una amigable charla compartida con el público de FICAL, que ve cómo los actores y actrices que dan vida a sus personajes favoritos comparten con naturalidad todas sus vivencias.