La mejor escena de acción no es nada si le quitas el volumen. Con este ejemplo demuestran la importancia de su trabajo Coco Gollonet, Jorge Marín y Daniel de Zayas, tres profesionales del sonido con una amplia carrera profesional que el pasado 12 de julio participaron en la jornada ‘Mapa sonoro’ del ciclo Los oficios del cine de Filmand.es y la Fundación Cajasol.
Frente a la fotografía o el montaje parece que el sonido es menos conocido y está menos valorado, a veces incluso por la misma dirección del film. Una situación que reivindica Marín, profesional con un premio Goya en su currículum: “El proceso del sonido debe comenzar sobre el guion, algo que solo te permiten hacer algunos directores”, reclama. Un aspecto que matiza su compañero Daniel de Zayas respecto a la elección de las localizaciones: “Nos llevan a la localización técnica, no a la artística, cuando ya está decidido el escenario”, aunque, según afirma, las dificultades para grabar pueden llegar a “tumbar” una localización según la importancia que tenga el sonido para la persona al frente de la película.
Sonorizar un proyecto audiovisual pasa por tres procesos diferentes: el sonido directo, la postproducción y la mezcla. Según Jorge Marín, “el objetivo del equipo de directo es el registro de sonido y salvar todo lo que se pueda, tiene que luchar contra las localizaciones y depende del tipo de película, del reparto. La postproducción y la mezcla se encargan de darle forma y construir una narrativa de sonido”. Marín, con una amplia experiencia en la producción musical, dio el salto al audiovisual en los años noventa junto a Pilar Távora. Ha trabajado con directores como Benito Zambrano o Carlos Saura, entre otros y tiene dos premios Goya, uno por la película de acción andaluza 3 días (Javier Gutiérrez, 2008) y una nominación por su participación en la banda sonora de Solas (Benito Zambrano, 1999).
Los tres profesionales andaluces destacan su formación práctica y autodidacta en el oficio, ya que comenzaron a trabajar en una época en la que no existía la formación reglada en sonido. De hecho, Gollonet comenzó en la sonorización de conciertos. “Me soltaron en la mesa de monitores con Nina Hagen en el escenario”, recuerda. Era el año 1983. Después comenzó a trabajar en Canal Sur, pero su carrera profesional se ha especializado en la grabación en directo. Tras tres décadas en el cine y la televisión se trata de una de las pioneras en Andalucía en un sector, el sonido, en el que la brecha de género es más evidente. Entre sus trabajos más destacados se encuentran el documental Alalá (Remedios Malvárez, 2016) o la serie documental Tierra Azul.
De lo sutil de la conversación a la espectacularidad de las explosiones
En ocasiones parece que el sonido solo se valora o se critica cuando es muy espectacular o cuando falla, pero apenas cuando el trabajo es sutil y sencillo, que no es lo mismo que simple. Para de Zayas existe mucha más cultura general sobre la imagen que sobre el sonido. Además, explica, el cine comercial americano y las series de televisión dobladas acostumbran el oído del público que dificulta, posteriormente, escuchar y valorar los matices de otro tipo de grabación. De Zayas compartió el Goya de 3 Días con Jorge Marín y ha estado nominado en cuatro ocasiones. Se trata de uno de los fijos de Alberto Rodríguez desde El factor Pilgrim (2000) hasta La peste (2017).
Marín, por su parte, lamenta que al sonido “no se le reconoce la dimensión creativa”, y añade que “solo se habla de él cuando suena mal”. Para el sonidista, una película de acción como 3 días plantea mucha dificultad por la cantidad de sonidos, pero no menos que una película sencilla que obliga a un tratamiento diferente en el que entran en juego las emociones. “En una película de acción tienes que conseguir que el público se crea que ve un meteorito o un avión, pero en otro tipo de películas tienes que plasmar en sonidos las emociones de los personajes”. En este sentido Gollonet explica la importancia que para ella tiene captar todos los matices y sonidos posibles, los golpes, la respiración o el ambiente.
Lo digital frente a lo analógico
Además, el sonido es un oficio que ha experimentado una rápida evolución tecnológica en los últimos años. Aunque para de Zaya la tecnología no siempre va a favor. “Todavía seguimos usando micros de los años setenta y objetivos para cámara antiguos, lo analógico está ahí”, afirma.
Aunque no solo es la tecnología lo que capta el sonido. La película El vuelo del tren de Paco Torres (2011) en la que trabajó Gollonet se rodó solo con dos micrófonos por falta de presupuesto. En una escena un chico tocaba la guitarra en la plaza de Dos Hermanas frente a la estación y en el montaje pusieron la grabación en directo porque sonaba mejor que la que grabaron después, porque había tantos arreglos que no calzaba con la imagen. “No por tener un camión lleno de micros se graba mejor, hay que saber hacerlo y a veces menos es más”, afirma Gollonet.