Los amantes de la comedia adulta con toques gamberros están de enhorabuena con el estreno de De perdidos a Río, tercera película como director de Joaquín Mazón, tras Cuerpo de élite y La vida padre,  que cuenta con la producción de Pecado Films y La Claqueta PC

https://filmand.es/wp-content/uploads/2020/09/Captura-de-pantalla-2020-09-13-a-las-11.26.32.png
4 Ago 2023
Mercedes Utrera
the nest

Los amantes de la comedia adulta con toques gamberros están de enhorabuena, hoy se estrena en cines  De perdidos a Río, tercera película como director de Joaquín Mazón, tras Cuerpo de élite y La vida padre,  que cuenta con la producción de Pecado Films, La Claqueta PC y Sony Pictures España. 

La aventura comienza cuando tres colegas, en sus treinta y largos años, tienen que viajar a Río de Janeiro para recoger el cuerpo sin vida de su amigo del instituto, que ha muerto en extrañas circunstancias. Pero al llegar allí nada es lo que parece y todo se complica.

Diversión y risas aseguradas, con un reparto de lujo compuesto por caras habituales de la comedia como Pablo Chiapella, Fran Perea, Carlos Santos, Carlos Areces, Jorge Cremades, Esther Acebo, María Botto y Kira Miró. 

De la película, el rodaje y sus actores y actrices hemos hablado con Joaquín Mazón, director de la cinta, en esta entrevista. 

De perdidos a Río es tu tercera película como director. ¿Qué te llevó a escoger este proyecto?

Una de las cosas más importantes fue que cuando la productora contactó conmigo para ofrecerme la dirección de la película, supe que el actor Pablo Chiapella ya estaba dentro del proyecto. Es amigo mío desde hace mucho años y también hemos trabajado juntos, por lo que para mí esto proyecto suponía un reencuentro. También, fue determinante que me dieran la libertad de poder tocar el guion para hacer que la historia fuese mía. Estos dos puntos fueron determinantes para mí. 

La historia se desarrolla en diversas localizaciones como  Canarias, Lisboa o Río de Janeiro. ¿Cómo fue rodar en esos lugares?

Parece una película sencilla de rodar pero no lo es. Tuvimos que levantar tres preproducciones, fue como hacer tres películas en una. Teníamos un equipo en Canarias, otro en Lisboa y otro en Río de Janeiro; pero las experiencias fueron increíbles. Contamos siempre con grandes profesionales que nos ayudaron mucho, ni el idioma fue un problema. Y eso que no fue fácil. En el caso de Brasil rodamos en la playa de Ipanema, que fue donde terminamos el rodaje un 23 de diciembre,  allí es verano y Navidad, imagínate, que igual rodamos en la playa más concurrida del mundo y, además, en temporada alta. Fue una maravilla. Si la propia película es una aventura y el rodaje también lo fue. 

Seguro que tienes muchas anécdotas del rodaje

Muchísimas. Solo diré que nos advirtieron de que teníamos que tener mucho cuidado en Río de Janeiro al ser temporada alta, porque podría ser peligroso para los turistas. Nos advirtieron de sitios a los que no deberíamos ir o en los que no era aconsejable sacar el teléfono móvil. Pues bien, lo primero que hicieron los actores al llegar fue ir a esos sitios. El resto te lo puedes imaginar…

-Llama mucho la atención el reparto que cuenta con actores cómicos de reconocido prestigio. ¿Cómo fue trabajar los personajes con ellos?

Mi intención principal es que hiciesen piña, que fuesen todos a una;  algo a priori complicado porque cada uno viene de un mundo diferente. Carlos Areces es polifacético y cuenta con una larga trayectoria, Chiapella es muy conocido por su papel en una serie en la que lleva años, Carlos Santos es un actor muy sólido y Fran Perea es un artista que parece que no ha hecho comedia pero es el que tiene más vidas porque lo ha hecho todo: ha sido protagonista en series de televisión, ha llenado estadios, tuvo una época en la que casi no podía salir a la calle, ha hecho mucho teatro… él fue una apuesta personal.

¿Y del reparto femenino?

del elenco femenino podemos decir lo mismo. Kira Miró, María Botto, Esther Acebo… Cada una de ellas ha trabajado con generosidad para construir su personaje volcándose totalmente en el proyecto. Las mujeres siempre son las locas, pero en este caso queremos romper el estereotipo para dar ese papel a los hombres. Lo mejor de la película son los actores y las actrices.

 Se nota una especial complicidad especial entre los actores protagonistas que traspasa la pantalla, parece que son amigos en la vida real. 

La historia va de unos personajes cuarentones que no saben ni por dónde les sopla el aire, para contarla era fundamental crear una armonía entre ellos. Les recomendé salir y compartir momentos fuera del rodaje, y lo hicieron. Solían cenar juntos mucho y echar ratos de ocio en los que conversaban sobre lo que se iba a rodar al día siguiente, cuando llegaban por la mañana al set tenían propuestas increíbles… Tengo la sensación de que han trabajado 24 horas al día en esto, al margen de que se lo hayan pasado muy bien. 

Con tantos grandes nombres entre el elenco actoral, ¿hay algo de improvisación en los diálogos?

El guion había pasado por muchas manos, las tramas estaban bien planteadas pero sería un poco estúpido, teniendo este reparto, no darles libertad. Yo tenía muy claro cuál era la línea de la película y quería potenciar lo mejor de cada uno de los actores, ellos han aportado mucho. De hecho, en casi todas las escenas hay cosas de ellos. Incluso hay una secuencia que no estaba en guion y nos la inventamos en el momento. Realmente me he aprovechado del talento de los actores.

¿Tienes miedo de que alguien se pueda ofender por algún chiste?

Ni me lo planteo porque sería autocensurarme.  Durante todo el rodaje, la frase que más he repetido es:  “¿Y por qué no?” Creo que todo tiene cabida y simplemente se trata de tener tacto a la hora de contarlo. Ese aspecto lo hemos cuidado mucho en De perdidos a Río. La película puede gustar más o menos, pero yo hago siempre lo que creo que es mejor y con la mejor de las intenciones.

La película tiene un ritmo frenético en el que se van sucediendo muchas aventuras y vicisitudes que parecen no tener ni fin ni solución. 

En la historia hay un punto de inflexión en el que todo se vuelve una aventura y eso pedía ritmo. Se plantea un contraste entre la vida monótona y tranquila en Madrid y el inicio de la aventura que lleva a los personajes a viajar a Río en busca del cuerpo de su amigo. La misma trama pedía esa velocidad, porque no paran de sucederles cosas. 

El tono de la película está orientado a un público adulto, algo que dista mucho de la comedia familiar que tan bien está funcionando en taquilla. ¿Consideras que es un riesgo?

En absoluto, actualmente se está tocando poco este género. ¿Por qué no volver a este tipo de producciones hechas para público adulto? Es una comedia gamberra para ir al cine con amigos, echarse unas risas y disfrutarla. Para que te lo pases bien. El objetivo es que pases una hora y media divertida, aunque la historia también tenga un punto de reflexión sobre la amistad y del momento vital que está viviendo cada personaje. Ahora es un buen momento para hacer este tipo de productos, los cines vuelven a llenarse.

Generalmente, vemos tu nombre en los títulos de crédito de producciones audiovisuales de carácter cómico ¿Qué es lo que más te atrae de hacer comedia?

Es algo que me ha surgido de manera natural. Tengo mucho humor negro pero no soy nada gracioso. La vitalidad que tiene la comedia la tengo muy interiorizada. Mi prioridad siempre ha sido contar historias con sentido del humor, ese es el tono que me gusta. 

¿Se está apostando ahora más por el cine de comedia en España?

No lo creo, todo se trata de encontrar la producción adecuada y una historia que te apetezca contar. Quizás tenga más que ver con la pulsión vital que tengas en ese momento que con una moda. Un amigo me contaba el otro día que estaba haciendo una película que tenía a niños como protagonistas, porque es algo que deseaba hacer desde que es padre. No hay modas en esto, se trata de querer transmitir algo y encontrar la historia. 

En esta ocasión la labor de producción recae en La Claqueta PC, Pecado Films y Sony Pictures España. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?

Diferente a lo que estaba acostumbrado después de tanto tiempo trabajando con Fernando Bobaira, pero me dieron una libertad maravillosa. La película era exigente y quería llevarla al límite rodando en Brasil, lo planteé y ellos fueron a muerte con mi idea. 

¿Prefieres hacer cine o televisión?

La televisión me ha dado mucho, he trabajado en series que han sido un éxito pero me gusta mucho el cine porque lo tengo metido en vena. Estoy enamorado del cine. Es cierto que la televisión me gusta mucho pero no sé si estoy hecho para el sistema actual. Para volver a la televisón tendría que ser un proyecto que me gustase mucho. 

En diciembre vuelves a estrenar una nueva película. ¿Nos puedes adelantar algo?

El 1 de diciembre estreno mi próxima película en clave navideña, que se titula La Navidad en sus manos en la que he tenido la suerte de trabajar con Santiago Segura y Ernesto Sevilla. Estamos muy contentos con el resultado y deseando que se estrene en cines. 


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.