La salud del cortometraje en nuestro país da muestras de una fuerte vitalidad y una impresionante visibilidad. Ejemplo de ello, sin ir más lejos, es su presencia en los próximos premios de la Academia de Cine Europeo. De los cinco nominados de este año, dos son españoles: Aqueronte de Manuel Muñoz Rivas y La herida luminosa de Christian Avilés.
Haciéndose eco de la importancia de este formato, el festival de Huelva ha ampliado la sección de Talento Andaluz, añadiendo 6 cortos en competición a los largometrajes. Se completa así un excelente panorama de este género con los habituales apartados de cortometrajes, nacionales e internacionales, de la Sección Oficial y los incluidos en Pantalla Huelva.
Una selección que incluye algunos de los candidatos a los premios Goyas de este año. De nit, de Ona Jané Millà, protagonizado por la inmensa Greta Fernández (Premio Luz de la anterior edición del festival de Huelva); Malegro verte, de Nüll García, en el que resplandece Alba Flores; la joya Paris 70, de Dani Feixas Roca, contándonos una de las mentiras más piadosas que se hayan visto jamás en el cine (y muy firme candidato a estar entre los 5 nominados al Goya); Si me querei, irse, de Sofía Muñoz, con una de las actrices que más nos gusta y que borda literalmente cada uno de sus papeles, Rocío Calvo.
Otros dos cortos de nuestros favoritos han sido incluidos en la sección de Cine y Valores. La loca y el feminista, de Sandra Gallego, y El cacharrico, de Óscar Toribio Carbayo, el más el corto más feel good de la temporada y su infinita creencia en que la tecnología puede que nos haga libres, pero sí nos puede hacer más felices.
Para los amantes del documental disfrutarán de otros de dos de los candidatos Goya 2024. La última bomba cinematográfica de veracidad y denuncia de Mabel Lozano, Ava, o el muy necesario Herederas, de Silvia Venegas.
Un panorama arrebatador que no se acaba ahí. La sutileza y ternura en el tratamiento de los personajes de Mama no quiere ir a la playa, de Ana Belén Barragán; el disfrute inmenso de ver a una inmensa actriz como Mari Paz Sayago (Pompita), o el choque, del que aún no nos hemos recuperado, de Solo un ensayo, de Hugo Sanz, que en 9 minutos utiliza a la perfección los recursos estilísticos del fuera de campo y el sonido, son otras de las muchas sorpresas que nos deparan estos cortos, que dejan tan largo sabor en el gusto cinéfilo.
Otra de las grandes sorpresas han sido Rubio Cobrizo, de la mano del talento creativo de un joven director de cine y escena, Pablo Quijano. Un hábil y sorprendente cineasta que, en solo dos cortometrajes, ha conseguido rodar con María Barranco y ofrecerle uno de sus papeles más intensos y logrados de su larga carrera. Rojo Cobrizo, un puro Caravaggio pop, reproduce las dos míticas e ¿irreconciliables? Españas en una peluquería, en una situación en la que no se anda a medias tintas (ni tintes).
Huelva como tierra de descubrimientos de nuevos territorios, también durante el festival, lo es de nuevos talentos. Olga Navalón, presente en tres de los cortos seleccionados (Cuando las cigarras callen, Las subordinadas del género y La cajera, en este último, irresistiblemente hipnótica) es todo un hallazgo en pantalla. Milimetrada expresión corporal que apoya las réplicas, presencia magnética en cámara y una utilización de su mirada y sus silencios con una maestría digna de elogio. Una joven actriz (que ya nos encantó en Las gentiles), para seguir de muy cerca y que deparará muchas sorpresas al público.
