La compañía sevillana La Claqueta coproduce esta historia sobre los topos de la posguerra, como ya hizo en ’30 años de oscuridad’

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7 May 2018
Redacción filmAnd
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Higuera de la Sierra (Huelva) se convierte en escenario de los topos de la posguerra española. Desde este lunes, se rueda en la localidad onubense La trinchera infinita, la primera película dirigida a tres bandas por  Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga y es un nuevo proyecto de los creadores de Handia, la mulipremiada película de la última edición de los Goya.

Los intérpretes andaluces Antonio de la Torre (AbracadabraTarde para la iraGrupo 7) y Belén Cuesta (La llamadaKiki, el amor se hace)  protagonizan esta historia de la posguerra española: la de los topos que permanecieron ocultos durante más de 30 años en sus casas, por miedos a represalias de la dictadura franquista.

Se trata de una coproducción de la compañía sevillana La Claqueta PC con Irusoin, Moriarti Produkzioak, Trinchera Film AIE y Manny Films (Francia). La Claqueta ya abordó el tema de los topos en su documental de animación 30 años de oscuridad, dirigido por el director onubense Manuel H. Martín. La película combinaba las imágenes documentales y las entrevistas con las de animación, que contaron la voz de Juan Diego y Ana Fernández.

El rodaje tendrá lugar durante ocho semanas entre Andalucía (en localizaciones de Higuera de la Sierra y Paymogo) y Euskadi. La película cuenta con la participación de EITB, Canal Sur, ICAA, Junta de Andalucía y Gobierno Vasco. Cuenta con un presupuesto de tres millones de euros.

Una alegoría del miedo

Con guion de Luiso Berdejo y Jose Mari Goenaga, La trinchera infinita pretende ser una alegoría sobre el miedo. A través de un encierro físico se hablará del encierro psicológico: Sobre el miedo a ser descubierto, el miedo a dar el paso, el miedo a mostrarse tal y como uno es.

La historia de los ‘topos’ conecta con el de muchas otras personas que tuvieron que esconderse en el marco de guerras internacionales. Desde los dos años y medio que se ocultó Anna Frank de los nazis, hasta los más de 25 años que estuvo escondido el soldado japonés Teruo Nekamura tras el final de la II Guerra Mundial.


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