La gran fiesta del cine iberoamericano no podía acabar mejor. Una 49ª edición en la que, casi de forma premonitoria, Cecilia Suárez que recibe el Premio Ciudad de Huelva daba el tono mexicano a un Palmarés impecable.
Valentina o la serenidad, de Ángeles Cruz, se lleva el codiciado Colón de Oro a la mejor película y su actriz principal, Myriam Bravo, hipnótica y espectacular, la Concha de Plata. El cierre de un año, eminentemente con tono español, para su directora que recibió hace unos meses el Premio Honorífico en el festival Zinegoak y que, en el estreno europeo de su película en el festival de Huelva, tras su paso por los festivales de Toronto y Morelia, recibe 4 galardones.
Ángeles Cruz, la actriz, guionista y directora mexicana, que construye sus películas desde y con su comunidad indígena mixteca, nos presenta en Valentina o la serenidad, una mirada íntima y delicada a las profundidades de la pérdida y al poder curativo del amor verdadero. Una cineasta que filma con sentimientos en su mirada, empatía colectiva en sus historias y poesía visual en sus encuadres.
Otra directora y escritora mexicana, Sofía Auza, logra el premio a mejor dirección del festival con Adolfo. Una historia maravillosamente fotografiada en la que, como afirmaba la joven crítica Alejandra Navarro, las personas fugaces son las que nos crean las conexiones más permanentes.
El actor argentino Rodrigo de la Serna por El rapto, de Daniela Goggi ha conquistado el Colón de Plata al mejor actor y el elenco de Penal Cordillera, de Felipe Carmona. Dos impresionantes películas que han sabido acertar en la idea de que el pasado es el tiempo que mejor explica el presente y evita fututos indeseables.
El Colón de Plata Premio Especial del Jurado ha sido para The Buriti Flower, de João Salaviza y Renée Nader, un viaje cinéfilo y antropológico a la más cruda realidad de la “inquietante usurpación de las tierras brasileñas de sus legítimos propietarios”, como ha afirmado el jurado.
El público, masivo y entregado, de las proyecciones del festival ha concedido su premio a La Suprema, de Felipe Holguín, otro de los grandes momentos del certamen al crear un personaje icónico y referente de toda una joven generación.
Power Alley (Levante), de Lillah Halla ha recibido dos premios paralelos, el Premio Camilo a la libertad, de la Asociación Cultura con Orgullo, y el del jurado de la Asociación Andaluza de Mujeres de Medios Audiovisuales (AAMMA). Pese a que la prensa esperaba verla en el palmarés oficial, estas dos asociaciones han sabido apreciar la inmensa creatividad, empoderamiento visual y fascinación narrativa que ejerce la película.
Lillah Halla, la cineasta brasileña que mejor ha sabido utilizar los fundidos en negro en las dos últimas décadas del cine, expande la noción de cinematografía, con una obra que fluye hacía la retina del espectador para instalarse en ella. Retengan este nombre: Lillah Halla. No es la última cineasta a la moda, es el futuro del nuevo cine.
En la sección de Talento Andaluz se ha impuesto Ceres Machado con su magnética Reflejos en una habitación. Alguien que llevaba su mismo apellido escribió “cineasta (o igual era caminante, no recuerdo bien la cita), no hay camino se hace camino al andar y ella no ha podido empezar con mejor pie.
La cineasta reivindica la fragilidad, como Ángeles Cruz la serenidad, en un mundo que solo cree en palabras que acaben en -ción. Una película que afirma que todos podemos ser diferentes en nuestra fuerza, pero somos idénticos en nuestras fragilidades. Gran directora de actores con una espléndida Adriana Ozores y Alejandro Vergara, imponente en la ternura de un personaje inolvidable.
Un espléndido palmarés con firma de cineastas mujeres, como tanto le gusta al festival de Huelva, empoderado con la fuerza de las historias presentadas y con mucho futuro. Esto acaba de empezar. Nos vemos en la 50ª edición.
