Fernando Quiñones con los escritores C.Bousoño (Premino Nobel de Literatura 1977), F. Brines, Caballero Bonald, Galvarino Plaza y Felix Grande organizando el Festival Alcance 71. Foto: Archivo Fundación Quiñones

Quienes han formado parte del festival Alcances repasan su historia y plantean en qué direcciones puede evolucionar en el futuro

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2 Oct 2018
Mª Angeles Robles
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Alcances cumple cincuenta años, aunque durante este tiempo haya sido varios Alcances distintos. Siempre reinventándose, pero siempre fiel a su espíritu, ese que el actual director del festival, Javier Miranda, define como “alejado del glamur” y en permanente desafío. Alcances es un festival de cine sin alfombra roja –ni de ningún otro color–, sin apenas caras conocidas, que siempre ha primado por encima  de todo lo demás “la calidad de la programación y el interés cultural”.

Alcances lo inventó el escritor gaditano Fernando Quiñones a finales de los años sesenta. Cádiz era entonces un desierto cultural, gris, anodino. Quiñones era todo pasión: amante del cine, de la música, de la literatura, de todo aquello que engrandeciera el alma. Amante también de su pequeña ciudad, a la que quería incorporar a los nuevos aires que empezaban a soplar débilmente.

Un espacio de encuentro con la cultura para la gente de Cádiz

Entonces Alcances no era un festival de cine, sino un punto de encuentro con la cultura. Así lo recuerda Enrique del Álamo, director de Área de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz y la persona que quizás ha vivido más de cerca los entresijos y la evolución del festival. Empezó a asistir a Alcances mucho antes de tener ninguna responsabilidad en la gestión de la muestra, “con 16 o 17 años”. “Alcancero” por derecho propio, recuerda cómo Quiñones se inventó esta palabra para definir al “grupo heterogéneo de personas que encontraron en la muestra una oportunidad para ver cine, para escuchar música, para conocer literatura”. Porque, es sus inicios, y en palabras de Quiñones que recupera Del Álamo, “Alcances era una paella en la que el arroz era el cine y lo demás eran los tropezones”. Una paella sabrosa, hecha con amor y cocinada a fuego lento.

El escritor Fernando Quiñones, impulsor del Festival Alcances.

El escritor Fernando Quiñones, impulsor del Festival Alcances.

El cine adquiere protagonismo con la transición

Fernando Quiñones pasa el testigo a José Manuel Marchante en 1979. Los tiempos han cambiado, la Transición está en marcha y el cine cobra peso suficiente dentro del festival como para dar paso a la que fue Muestra Cinematográfica del Atlántico. Para Enrique del Álamo éste fue un paso decisivo, también la “institucionalización del festival por parte del ayuntamiento”, que lo reconoce como un evento “que formaba parte de la programación de la ciudad, que transcendía del ámbito de la cultura”.

Según Del Álamo, Alcances ha sido siempre un festival “en continua crisis”, que ha sabido “dar respuesta a cada tiempo” y que continúa evolucionando con su celebración este año en el espacio del ECCO, que tiene como objetivo  “atraer a un público joven acostumbrado a ver cine en otros formatos que ya tienen poco que ver con las salas de cine”. Pese a los cambios sufridos, para el director de Cultura, Alcances sigue “manteniendo ese aroma de leyenda” que hace que lo recuerde “gente de diversas edades porque fue su aprendizaje del cine”.

El jurado del Alcances de 1997. José Manuel Marchante, José Manuel Benítez Ariza. Victoria Fonseca,y el cineasta jerezano David Gordon.

El jurado del Alcances de 1997. José Manuel Marchante, José Manuel Benítez Ariza, Victoria Fonseca y el cineasta jerezano David Gordon.

Películas fuera de los circuitos comerciales

Para Luis Ben, ‘alcancero’ de pro y técnico de cultura de la Diputación Provincial de Cádiz,  Alcances era “esencialmente un espacio de libertad cultural”. “Veías el cine que no se podía ver en el común de los días, películas tanto fuera de los circuitos comerciales como otras que no se proyectaban en las salas de cine de la ciudad por restricciones que más tenían que ver con la censura que con lo mercantil”, explica.

Él ya era asiduo en los setenta y ha disfrutado del festival a fondo. Además de su indudable valor cultural, Ben destaca el carácter “social” de Alcances como “espacio de encuentro de la ‘progresía’ gaditana” y de “reencuentro otoñal, tras el verano, de los culturetas de la ciudad”. Aunque admite que “puede que sea la nostalgia y la añoranza porque ambas embellecen los recuerdos”, Luis Ben opina que “fueron tiempos mejores”.

 

Necesidad de cambio: relanzamiento de la vida cultural de la ciudad

Para este experimentado gestor cultural, Alcances se encuentra “en un momento crítico, entendida la crisis como la necesidad de un cambio, de la búsqueda de un nuevo rumbo” porque, acentúa, “los festivales de cine de gran formato ya copan los espacios culturales disponibles y el cine documental posee ya una gran oferta desde numerosas ciudades. Existe una gran competencia en este aspecto”. Ben considera viable un festival que, en cierto modo, volviera a las raíces, un Alcances “multicultural, en el sentido de más disciplinas creativas aparte del cine, y que constituya un momento de relanzamiento de la vida cultural de la ciudad ante un nuevo curso, un reencuentro de quienes amamos la cultura”.

Ramón Fernández Barba es de la misma generación que el alcalde de Cádiz, José María González Santos (Kichi), con quien compartió promoción en la Universidad de Cádiz, y representa al espectador gaditano que aprendió a ver cine con Alcances, “y también con Campus Cinema”, puntualiza. Empezó a ir al festival en los años noventa, cuando era estudiante universitario. Para él, Alcances representaba “una oportunidad para ver películas que nunca venían a Cádiz” y guarda “grandes recuerdos de sesiones hasta la madrugada en el teatro Falla cuando tenía 18 ó 19 años”. Ramón, como muchos gaditanos, vivió “como una pérdida que se lo llevaran a los multicines Al-Ándalus”. “El Falla era muy mágico como cine de madrugada”, asegura.

También se incorpora en esa época como espectador del festival el director de cine gaditano José Manuel Serrano Cueto, que veía “cuatro películas diarias en el Falla, y alguna vez incluso en la sesión golfa”. Para él, el festival  “ha significado uno de los pilares” de su “pasión por el cine”. En Alcances descubrió “películas maravillosas y otras muy raras”, que, sin embargo, le “han dejado huella de alguna manera”.

La actriz gaditana Ana López Segovia.

La actriz gaditana Ana López Segovia.

Sin apoyos suficientes

Serrano asegura que el paso de Alcances al documental no lo vio “claro nunca” ni tampoco lo ve “claro hoy” porque duda de que en Cádiz “haya tanto público amante del documental como para llenar las salas de un festival”, aunque admite que desde que se fue a estudiar y vivir fuera ha perdido “un poco el contacto con Alcances”. Para el cineasta gaditano “un festival con cincuenta años debía de haber mantenido cierta entidad”. “No tiene los apoyos suficientes, siendo uno de los más antiguos de Andalucía, y no trasciende más allá de lo local”, se lamenta. Serrano cree que “la culpa es de la falta de apoyos, no de la organización que trabaja a destajo por levantar una muestra cada año con cuatro duros”.

José Manuel Serrano Cueto, que presenta este año en Alcances su documental Caballas –“un homenaje a mi padre y a todos esos pescadores mayores que han tenido al mar como su segunda casa”, según explica–, piensa “sinceramente que Alcances debería volver a ser lo que fue y no un festival especializado en documentales”. “Y me tiro piedras sobre mi propio tejado porque he presentado allí dos”, añade.

La actriz Ana López Segovia tiene recuerdos “vagos” del festival, “películas sueltas”. Aunque asegura que son “recuerdos maravillosos” porque el festival “era una oportunidad, en una pequeña ciudad, de asomarse a otra forma de hacer cine, y sobre todo de verlo en versión original”, cosa que para ella “es absolutamente imprescindible”. También ha disfrutado de Alcances en su etapa de festival de cine documental, “aunque ya menos porque vivía fuera”.

La actriz gaditana recuerda que ha presentado varias galas de Alcances. Lo vivió como una “experiencia maravillosa”, sobre todo porque tuvo “la oportunidad de conocer a la increíble Hanna Schygulla”. “Hace tres años, repetí como presentadora con Alejandra López Segovia y Teresa Quintero y también lo pasamos fenomenal, grabamos unos vídeos muy divertidos y, como siempre, volvimos a disfrutar del público del Falla, que es lo mejor”, comenta.

Ana opina que la decantación de Alcances por el cine  documental “limita un poco el público, pero a la vez la especialización le permite ser un referente en ese tipo de cine fuera de la ciudad. Por otra parte, está bien dar a conocer el cine documental entre personas que normalmente no ven este tipo de trabajos”. López Segovia asegura que la “labor divulgativa es innegable” y cree que el cine documental “lo merece porque hay trabajos de enorme calidad, y además es un arte que está evolucionando y creciendo mucho”.

Alcances mira al futuro con brío y sin certezas, como siempre ha hecho a lo largo de su medio siglo de historia. El reto principal lo define el director de la muestra, Javier Miranda, ‘alcancero’ desde muy joven, entregado al festival desde que “un amigo lo invitó a ver Mephisto allá por el año 82”. Miranda se plantea “la batalla de enganchar a las nuevas generaciones, que no van al cine ni a los festivales ni a nada”, y demostrar que “el documental no es tan ‘serio’ como dicen”. El director artístico del festival  cree que este año va a ser un punto de inflexión con la incorporación de todas las actividades a un espacio único: “Esto va a permitir “que las cosas fluyan”, asegura.

Foto de portada: Fernando Quiñones con los escritores C.Bousoño (Premino Nobel de Literatura 1977), F. Brines, Caballero Bonald, Galvarino Plaza y Felix Grande organizando el Festival Alcance 71. Foto: Archivo Fundación Quiñones


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