Sin la Venia

El largometraje tiende puentes entre ficción y documental para lograr un pacto social contra el machismo

11 Abr 2018
Ignacio Gutiérrez
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La clave del relato es la conexión de cinco actrices con sus personajes. El objetivo: mostrar que la violencia machista no son casos aislados. Se trata del largometraje SinLaVenia dirigido por  Julio Fraga (La grieta, Seis y medio) y protagonizado por María José Castañeda, Elena María de Cara, Magaly Fernández, Cristina Rojas y Celia Vioque.

“Mi personaje tenía casi sesenta años, estaba muy lejos de mí, y Julio nos dijo que no habría caracterización, solo un acercamiento emocional”, recuerda Vioque. “Pero cuando veo el resultado, no me veo en la pantalla, no me veo a mí”. El planteamiento de SinLaVenia supone un experimento que mezcla lo personal, el documental y la ficción: “Yo no quería sacar a ninguna mujer maltratada”, explica a filmAnd el director Julio Fraga, “quería que las cinco actrices se metieran en el papel de cinco mujeres maltratadas y nos contaran sus similitudes con ellas y cómo han afrontado la interpretación”.

El resultado: un proceso complejo de rodar, en palabras de Fraga, que para las actrices ha sido enriquecedor y positivo. “Fue muy revelador y doloroso”, confiesa la actriz Cristina Rojas. “Normalmente estoy absolutamente convencida de que nunca me pasaría nada así, de que denunciaría siempre, pero al ver lo mucho que me parecía al personaje me di cuenta de que todo esto me podría haber ocurrido también”.

Un momento del rodaje de 'Sin la venia'

Un momento del rodaje de ‘Sin la venia’

“Era raro el día que no llorábamos todos”, recuerda Fraga. “En la posproducción intentamos que el largometraje fuese fácil de asimilar teniendo en cuenta los tiempos de respiración y de reflexión del espectador”.

Para Magaly Fernández, el papel se ha afrontado con amor y delicadeza. Interpreta a una niña, quizás una de las historias más sensibilizadoras. “No haber perdido la calidez de mi niña interior me ha ayudado mucho así como las diferentes conexiones que tengo con el personaje: ambas venimos de una educación patriarcal, tradicional, somos soñadoras y creemos en un modelo de príncipe azul desde la libertad para amar”, añade la actriz.

Celia Vioque durante una escena de 'Sin la venia'

Celia Vioque durante una escena de ‘Sin la venia’

Un pacto social y político

Este proyecto desarrollado durante diez años y autofinanciado surgió de la necesidad del equipo de hablar sobre la violencia machista. “Toda la sociedad y los partidos políticos sin excluir a ninguno debemos comprometernos para acabar con esta lacra: no es solo maltrato, es un problema social”, reclama el director.

En este sentido, el guion escrito por Miguel Zurita ha pasado una auditoría de género que, según explica Fraga, evita que se meta la pata en un micromachismo o algo que pueda herir la sensibilidad. “La verdad es que nos ha dado mucha seguridad a la hora de rodarlo”.

Cristina Rojas durante su coreografía

Cristina Rojas durante su coreografía

Baile como liberación

Cada historia incluye una coreografía en cinco espacios naturales, que en palabras del director reflejan “momentos de exaltación de la libertad de la mujer”. Para Elena de Cara fue un reto. “Intenté trabajar desde las emociones por las que pasa mi personaje y desde la intuición corporal fui marcando los movimientos con la ayuda de la coreógrafa Raquel Madrid”. Para la actriz, el baile complementa al personaje, transmite la represión que sufrió y cómo se enfrentó a ello y consiguió liberarse. “Queríamos que fueran coreografías muy naturales”, comenta Fraga. “Las actrices bailan desde ellas mismas, como cada una baila”.

 

Elena de Cara en una escena del filme

Elena de Cara en una escena del filme

El cine como herramienta de cambio

“El cine es un arma transformadora muy importante”, asegura María Castañeda: “Puede hacer de espejo en una sociedad, que en este sentido está bastante enferma y puede hacernos ver nuestros propios defectos a través de la visión de otros personajes”. Para la actriz, en el cine es necesario trabajar dos aspectos: “Por un lado, introducir la violencia machista en la ficción o el documental, y por otro, repensar la propia industria cinematográfica para deshacer el patriarcado del funcionamiento de la industria en sí y dar lugar a otras formas de gestión y de infraestructuras muchísimo más justas, sobre todo para las mujeres.”

Magaly Fernández en una escena de 'Sin la venia'

Magaly Fernández en una escena de ‘SinLaVenia’

Por su parte, para Fraga “es el momento de parar la industria durante el tiempo que sea necesario y decir: a partir de ahora todo debe ser igualitario. Con los partidos políticos también debe ser igual”.

Actualmente SinLaVenia está presentándose a festivales nacionales e internaciones. “Tenemos muchas ganas de estar en los festivales de Sevilla y de Huelva, que son los dos sitios donde hemos rodado y de donde somos”, explica el directo Julio Fraga. Después comenzará una fase de distribución por escuelas. “Todos coincidimos en que creemos que la educación es la principal herramienta para acabar con la violencia machista”, concluye Celia Vioque.


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