Julio Vergne durante un rodaje.

Julio Vergne comenzó a trabajar como fotógrafo de rodajes hace casi veinte años y hoy es un foto-fija de referencia en la industria del cine español

13 Mar 2018
Ignacio Gutiérrez
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El objetivo de su cámara ha inmortalizado el crecimiento del cine andaluz desde hace casi veinte años. Pero se define como una persona afortunada que trabaja en lo que le gusta: el cine y la fotografía. Desde que Julio Vergne (Sevilla, 1973) comenzó a trabajar como fotógrafo de rodajes en el año 1999 hasta ahora, Vergne se ha consolidado como un foto-fija de referencia y ha estado presente en rodajes como La isla mínima (2014) o La peste (2017). En esta entrevista nos explica en qué consiste el trabajo de foto-fija, sus inicios profesionales y cómo ve desde su perspectiva el futuro del cine andaluz.

 

¿Qué es la foto-fija y por qué es necesaria en un rodaje?

La foto-fija es la imagen de la promoción de la película. Contamos un guion en fotografías, pero también hacemos el making off, cómo se rodó, los días complicados, los decorados… De todas esas fotos sale el cartel. Ahora, con las redes sociales vemos algo más de futuro, porque teníamos los días contados. En las redes se publica una especie de diario desde que se empieza a rodar hasta que se estrena la película. Antiguamente, cuando ibas al cine, todas las fotos que veías en la sala salían del foto-fija, también las fotos de promoción de revistas como Fotogramas o Cinemanía.

Fotografía del rodaje de 'La peste' de Julio Vergne.

Fotografía del rodaje de ‘La peste’ de Julio Vergne.

Has hablado de redes sociales, ¿las nuevas tecnologías han cambiado la función del foto-fija?

Cada proyecto tiene una dirección de marketing y esa persona lo lleva todo. Sí es verdad que como todo el mundo ahorra, te toca hacer el making y el  foto-fija y ahí se pierde… El gran cambio que hemos tenido los foto-fijas es que antes te decían que si llegabas a tener cien fotos buenas habías contado una película y eso creo que es muy difícil; te daban dos o tres carretes y te lo pensabas antes de tirar. Hoy en día, con la tecnología digital, te piden ochenta fotos buenas a la semana. Hacemos una barbaridad de fotos y trabajamos el doble.

 

¿Cómo empezaste en esta profesión? No parece accesible a cualquiera.

Empecé hace casi veinte años, en 1999. Tenía un familiar en Madrid que trabajaba en el mundo del cine. Me preguntó qué sabía hacer y le respondí que fotografías. Yo quería ser fotógrafo. “Hay una serie ahora, te metes de meritorio y empiezas a hacer foto-fija”, me dijo. Empecé en una serie de Fernando Colomo, Famosos y familia. Después me vine a Sevilla y conocí a Ana Rosa Diego, que estaba en Letra M. Entré con ellos en producción y empecé a venderme como foto-fija. Trabajé en muchos cortos. Mi primera película fue Cuando todo esté en orden (César Martínez, 2002) y después Padre Coraje (Benito Zambrano, 2002), que fue mi primer proyecto grande. El foto-fija en Sevilla era Luis Castilla, así que me puse a trabajar con él de ayudante. Empecé a irme a Madrid, pero tuve la suerte de compaginar con la gente de aquí: Paco Baños, Ana Rosa Diego… Mi gran crecimiento fue cuando empecé a hacer todo mi trabajo con Letra M y cuando Manuela Ocón confió en mí. Ese grupo de productores apostaron por mí, y la verdad es que estoy muy agradecido.

Julio Vergne, foto-fija de referencia del cine andaluz. Autor: Julio Vergne.

Julio Vergne, foto-fija de referencia del cine andaluz. Autor: Julio Vergne.

¿Qué han significado para ti estos veinte años de profesión?

Siempre me ha gustado el cine. Cuando fui de pequeño a ver un rodaje de mi tío en Sevilla, me dije: me encantaría vivir del cine. Parecía una cosa imposible. El cine es un trabajo muy duro, me siento orgulloso y me da vida. He conocido a muchísima gente, he ido a muchos lugares y me siento un afortunado porque puedo seguir viviendo del cine. Tampoco es un camino de rosas: es duro, te tienes que ir tres meses fuera de casa o trabajar dos meses de noche. Me considero un trabajador más, pero trabajo de lo que me gusta.

 

¿Qué buscas en un rodaje? Quiero decir, ¿cómo te planteas el enfoque artístico al trabajar como foto-fija?

Cuando me meto en un rodaje busco el cartel. Mi ilusión es conseguir la foto que cuente la película. Mi meta es tomar una fotografía que no necesite diseño, que el diseñador la vea y diga: tenemos el cartel, como pasó en La Isla Mínima. Lo he conseguido algunas veces.  En el making off busco la parte humana de los actores, del director y del equipo técnico.

Fotografía de Julio Vergne durante un rodaje.

Fotografía de Julio Vergne durante un rodaje.

 ¿Tienes libertad en un rodaje para trabajar? ¿Cómo es la relación con la dirección del rodaje?

A mí me da las indicaciones el director de marketing, aunque también te adaptas al director. Un foto-fija está para contar la historia de ese momento mágico que es el cine, desde que se empieza a rodar hasta que se para todo. Yo capto ese momento, la cantidad de personas que trabajan para que el motor funcione, maquillaje, dirección de fotografía, sonido, dirección de arte, los actores y actrices…  Para mí es un premio cuando ven una foto y me dicen que no me han visto. El foto-fija tiene que ser el fantasma del rodaje, tiene que estar en todos los lados pero que nadie le vea.

 

¿Y qué haces para no estorbar durante el rodaje?

El secreto es saber estar en un rodaje. Tienes que tener mucho respeto a las personas de dirección, para que sepan que estás solo para hacer la foto sin molestar. Debes estar callado y que nadie te vea en el set y también tienes que coordinarte con la dirección de fotografía, porque el foto-fija saca una toma que tiene que ser  lo más parecido posible a la fotografía de la película. Después está el making off, que es el trabajo más personal del foto-fija. Si hago making puedo hacer lo que me da la gana, si hago un plano intento basarme en los planos de la película.

 

¿Qué dificultades puedes encontrar en tu trabajo en un rodaje?

La isla mínina fue un rodaje duro, pero más duro fue el de La peste. También After (Alberto Rodríguez, 2014), que fueron seis semanas de noche, incluido un verano. Pero en realidad, la principal dificultad que me puedo encontrar es que no me dejen trabajar cuando existe mucha presión por el tiempo del rodaje, cuando empiezan y ya van tarde. En esos casos es muy difícil, porque necesitas tu tiempo. En La peste, por ejemplo, no había luz, el director de fotografía decidió iluminar con velas, me tuve que comprar nuevo equipo, la lente…

Fotografía del rodaje de 'La isla mínima' de Julio Vergne.

Fotografía de Julio Vergne del rodaje de ‘La isla mínima’.

¿De qué trabajo te sientes más orgulloso?

En La isla mínima hay una imagen que me gusta mucho. Estábamos en un terreno muy seco. Me fui lejos para que se viera a toda esa cantidad de gente metida en un llano inmenso como un desierto. Tengo muchísimos buenos recuerdos en rodajes. Los mejores momentos que he pasado han sido con los compañeros. En La isla mínima, por ejemplo, como fue un rodaje tan duro estábamos muy unidos, el final fue muy bonito. También, en ¿Por qué se frotan las patitas? (Álvaro Begines, 2006), donde el equipo se unió muchísimo y disfruté mucho. Llevo casi veinte años trabajando, los mejores recuerdos quizás son los de los cortos con Paco Baños, con Ana Rosa Diego, con Letra M… Lo recuerdo como un momento muy bonito.

 

En tus años como profesional has visto el crecimiento del cine hecho en Andalucía, ¿cómo lo has vivido?  

Soy un afortunado. He tenido la suerte de trabajar con Alberto Rodríguez, con Santi Amodeo, con Ana Rosa Diego, con Benito Zambrano, con Paco Baños, que va a sacar su segunda película; directores que están ahora ahí. Hoy siguen contentos con mi trabajo y espero que lo sigan estando mucho más tiempo. El día que no estén contentos seguiré superagradecido por todo, porque esto es así, nunca se sabe si te van a volver a llamar.

El fotógrafo Julio Vergne durante un rodaje.

El fotógrafo Julio Vergne durante un rodaje.

¿Cómo ves el futuro del audiovisual andaluz?

Hay muchísimas más productoras y todas están trabajando. La industria está creciendo gracias a unos productores que saben hacer su trabajo. Tenemos el festival de Sevilla, el de Málaga, o proyectos como el festival de Cortos por Caracoles que empezó como algo hecho con cariño y es un festival que me encanta. Está Asecan o Filmand, por ejemplo. Hace quince años no existía nada de esto. Defiendo el cine andaluz, pero también defiendo el cine. Si Madrid hubiera cerrado las puertas, ¿qué hubiera sido de todos nosotros? Lo importante es el cine. Lo bueno y lo que me gusta es que no me tengo que ir tanto tiempo fuera. Antes, si querías hacer cine, tenías que irte a Madrid.


4 comentarios sobre “Julio Vergne: “El foto-fija es el fantasma del rodaje”

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