Alfonso Sánchez y Alberto López presentan ‘El mundo es suyo’, ahora con Fali y Rafi, dos pijazos sevillanos. “Es una sátira sobre España y el modelo patriarcal”

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18 Abr 2018
Néstor Cenizo
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Más sevillanía y más enterismo. Ese es el resultado del salto de liga de los compadres, Alfonso Sánchez y Alberto López, El Cabesa y El Culebra en El mundo es nuestro, Rafi y Fali, en El mundo es suyo, que han presentado este miércoles en el Festival de Málaga. Lo han vuelto a hacer. Han pasado seis años desde que se llevaron la Biznaga de Plata al Premio del Público. No hemos cambiado tanto, sólo es que somos algo más mayores y manejamos más parné, podrían decir.

La historia de los compadres Fali y Rafi es un despiporre que parte de un improbable yacimiento petrolífero en Bollullos, y pasa por unas descomunales cigalas, camellos, políticos de distinto partido y mismo interés, rusos, las 3.000 Viviendas, feministas, la auténtica Virgen de la Macarena y taxistas contra Cabify. Todo para que Rafi llegue a la comunión de su hijo, a tiempo y con el traje que vistió Alfonso XIII.

A los personajes ya los conocemos: Fali y Rafi son dos pijazos sevillanos de pulserita de España, farloperos, bético y sevillista, y leales hasta el tuétano. “En este país se premia antes la lealtad que el talento. La lealtad es el hilo invisible que une este país. Donde hay lealtad hay un español“, dicen justo antes de que suene Alta suciedad, en un monólogo que pretende ser el paralelo de la escena inicial de El mundo es nuestro.

De Youtube a los cines

Con aquella película de 2012 Alfonso Sánchez y Alberto López pasaron de arrasar muchísimo en Youtube a debutar con arte y gracia en el cine. Quizá el salto no fuera tanto de público: 100.000 personas vieron la película en las salas, y 3,4 millones de visitas tiene su vídeo más visto en Youtube, Eso es así. Sus personajes, fiel reflejo de los prototipos originales, fueron uno de los primeros fenómenos virales en este país.

En todo caso, el salto sí lo fue por presupuesto: 600.000 euros costó el debut cinematográfico de El Cabesa y El Culebra, dos chandaleros que atracaban un banco con un capirote en la cabeza. Gran parte del dinero para su primera película lo juntaron vía crowdfunding, entonces en pañales. “Apadrina un tieso”, se llamó su campaña. Hoy, Sánchez y López juegan en la liga mayor y han vuelto a dar un salto parecido. Como recordó Sánchez, que es quien dirige, ha jugado hasta Warner Bros. “Entras allí y lo primero que ves es la foto gigante de Casablanca. Como la que tiene cualquiera en casa… pero es que estos son los que la han hecho”.

Cartel de ‘El mundo es suyo’ en las calles de Málaga.

Precisamente porque no querían exponerse al ahogamiento financiero de El mundo es nuestro han pasado seis años, “hasta que hemos conseguido una financiación estándar, que permitiera que todo el mundo cobrara su sueldo, que fuera llevadera y que eso enganchara con que pudiéramos hacer la película que queríamos hacer y con el espíritu de El mundo es nuestro“. “Lo que no podíamos traer es el factor sorpresa”, ha añadido Alberto López. Para la aventura han llegado a convencer hasta a un inversor chino.

El resultado se nota en la calidad técnica de la película. López ha aclarado que tienen un concepto del trabajo “muy disciplinado”, aunque eso no evita imprevistos: una escena clave, rodada a 40 grados en un descampado junto al río Guadalquivir estuvo a punto de chafarla un solitario gaitero irlandés en busca de inspiración. En esta ocasión han rodado también en Las 3.000 Viviendas: “Era tan sencillo como ir y hablar con la gente, y se abrieron totalmente. Para ellos fue un día de fiesta”.

La comedia como excusa

El recorrido por la Sevilla de Fali y Rafi da para reírse de todos, desde el fútbol moderno hasta del proyecto de hacer una Feria de Abril todo el año, con una ermita del Rocío para que participe la Iglesia… y cerca de Toledo. “En El mundo es nuestro tratamos de contar una historia de los desheredados, en esta contamos la pata más tradicional, el lado más conservador”, comentó Sánchez, guionista y director: “Es una sátira sobre España y el modelo patriarcal”. Dice Sánchez que busca su inspiración en Rafael Azcona, siempre presente en su mesita de noche.

Como debe ocurrir con las comedias, la trama de El mundo es suyo da más o menos lo mismo, porque es una excusa para hablar de nosotros. Por el cine ya han pasado El Culebra, El Cabesa, Rafi y Fali. Faltan los de la litrona y las rastas. Sus personajes tienen ya diez años, pero siguen siendo reconocibles. Bajas a la plaza o al bar y ahí están. Hay muchos Culebra. Hay muchos Fali. Alfonso Sánchez lo ha advertido este miércoles: “Si el público quiere próxima, habrá próxima. ¡Mira para todo lo que da España!”.


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