Aunque tiene también una gran experiencia ante la cámara, nos acercamos a Mercedes Hoyos en su faceta de dobladora, para conocerla mejor antes de su participación en Los Oficios del Cine.

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5 Mar 2019
Juan Antonio Bermúdez
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Los seguidores de Bola de Dragón, la conocen en las redes sociales como “la madre de Goku”, por su voz y su responsabilidad en los doblajes al español de las últimas adaptaciones audiovisuales de este popularísimo anime. Pero la sevillana Mercedes Hoyos ha hecho muchas más cosas en el mundo de la interpretación tanto delante de la cámara como en la penumbra de la sala de doblaje.

Hemos podido verla en series como Cuéntame o Amar es para siempre, entre otras muchas aventuras televisivas. Y en películas como Techo y comida (Juan Miguel del Castillo, 2015) o Todo saldrá bien (Jesús Ponce, 2017), cinta esta última por la que consiguió el Premio ASECAN Interpretación Femenina.

Y hemos podido escuchar su voz, además de en animaciones como Bola de Dragón, complementando en las versiones españolas la figura de actrices legendarias como Joan Fontaine o Marylin Monroe y de estrellas del Hollywood contemporáneo como Gwyneth Paltrow o Jamie Lee Curtis. En esta entrevista, nos centraremos en su faceta como actriz de doblaje, que es la razón por la que participará el lunes 11 en la primera jornada de la nueva temporada de nuestro ciclo Los Oficios del Cine. La asistencia a esta actividad que FilmAnd organiza en colaboración con la Fundación Cajasol es gratuita y solo hay que inscribirse en este formulario.

Mercedes Hoyos recoge el Premio ASECAN Interpretación Femenina por su papel en 'Todo saldrá bien'

Mercedes Hoyos recoge el Premio ASECAN Interpretación Femenina por su papel en ‘Todo saldrá bien’

¿Cómo llegaste al mundo del doblaje?

Pues porque siempre he sido muy inquieta y me ha gustado mucho formarme continuamente. Vi un anuncio en un periódico en el que se publicitaba un curso de doblaje y pensé que nunca estaba de más para una actriz aprender técnicas de doblaje. Hice el curso y, antes de terminarlo, ya me empezaron a encargar pequeños trabajos. Se me daba bien y además en ese momento, hace unos 30 años, en Sevilla éramos muy pocos en ese oficio. Yo estaba trabajando en TVE por las mañanas y empecé a compaginarlo con los doblajes, dedicándole las tardes. Y poco después, cuando se creó Canal Sur, empezamos a tener más trabajo porque la cadena encargaba doblajes propios, algo que ya no hace.

 

De todas formas ¿era algo que te había llamado la atención antes?, ¿tenías una cierta vocación?

Bueno, siempre me han gustado mucho las voces, me fijaba mucho desde pequeña en las voces de las series que me gustaban, como La casa de la pradera. Y también me ha gustado cantar, que tiene cierta relación.

 

Has doblado cientos de películas y series, pero ¿te sientes especialmente orgullosa de algún trabajo en concreto?, ¿alguno te ha resultado más gratificante?

Hombre, es imposible destacar uno. Han sido gratificantes muchas cosas. Doblar actrices maravillosas de la época del blanco y negro, por ejemplo, como Joan Fontaine o Marylin Monroe, para mí fue una tremenda ilusión. Aprendes nada más que de verlas trabajar, de estudiar cómo lo hacen. Y también tengo muy buena experiencia con las series de animación, nos divertimos mucho, lo pasamos muy bien doblándolas. A mí me ha tocado por ejemplo ser la Olivia de Popeye, y eso fue muy divertido. Y Dragon Ball, por supuesto, también me ha dado muchas satisfacciones.

 

Bola de Dragón ha supuesto en cierto modo un hito para el doblaje de animación en Andalucía, ¿no?

Sí, hace 25 años se había doblado en Andalucía la serie en una primera etapa, pero luego estuvo veinte años sin doblarse nada más y hace cinco conseguimos recuperar ese doblaje. En la primera película de Dragon Ball que se dobló aquí, llevé yo toda la producción, los ajustes del guion, la dirección… Tuve que volver a buscar a los actores. Algunos, por desgracia, ya no estaban y otros habían seguido su carrera por otro lado, habían crecido mucho y estaban muy ocupados: Manolo Solo, Ana Fernández, Mariano Peña…

Es un proyecto al que muchos le tenemos un cariño especial. Yo me propuse, en la medida de lo posible, respetar el reparto que estaba desde los inicios. Fue una labor de investigación y un trabajo de producción muy complicados. Y todo lo que tiene que ver con Bola de Dragón lo sigue siendo, porque ahora, por ejemplo, cuando grabamos Bola de dragon Super, que se emite en Boing, la producción es laboriosa, pueden ser más de sesenta personajes en cada capítulo de veinte minutos, y hay que ir contando con actores que están al mismo tiempo en otros trabajos, en sitios diferentes…

Pero merece la pena porque el público está encantado con el doblaje. Y ahora, la última película (Dragon Ball Super: Broly) ha supuesto un pelotazo, está siendo un acontecimiento. Los seguidores me llaman en las redes “la madre de Dragon Ball”.

En el doblaje actual, para grabar ¿deben estar juntos todos los actores que participan en la misma escena o se trabaja por separado?

Desde que se trabaja en digital es diferente. Los actores, a veces nos encontramos y a veces no. A veces un actor tiene solo disponible un día y ahí graba todas las escenas que puede de su personaje. A eso se le llama grabar “por banda” o “por pista”. Pero la parte más divertida del trabajo es cuando nos juntamos todos los actores que intervenimos en una escena y podemos grabarla juntos. A veces nos hartamos de reír. En ese sentido, es un trabajo gratificante y bonito.

 

No sé si tú, como actriz de imagen, has vivido la experiencia de ver alguno de los personajes que has interpretado ante la cámara doblado a otro idioma, con la voz de otra actriz…

Me ha pasado cuando he hecho alguna coproducción de FORTA  y me han doblado al catalán. Es lo único que recuerdo, ahora mismo. Y es algo sorprendente, claro. Te resulta extraño.

 

¿Y llegas a conocer a las actrices a las que doblas?

No es fácil, porque al ser extranjeras es muy raro que coincida con alguna de ellas. Lo que sí me ha pasado, por ejemplo, es enseñarle nuestra versión doblada al director de la película. Me ocurrió con El payaso (Selton Mello, 2011), una película que estuvo seleccionada para los Oscar por Brasil. Yo había dirigido el doblaje de esa película y cuando estuvo en España el director, que era el protagonista también, vio la versión española y dijo que le encantó, que le habían gustado mucho las voces.

Los directores suelen entender que el doblaje es bueno para la distribución de la película. Y también es verdad que le ponemos mucho cuidado, yo soy muy perfeccionista. Intentamos que quede lo mejor posible. Intentamos pegarnos el máximo a la cara, poner la voz que más le cuadre a cada personaje.

 

Trabajar con la voz, sin que se te vea, ¿te permite más registros diferentes que hacerlo como intérprete de imagen?

En mi caso, como actriz de imagen creo que también soy bastante camaleónica. He hecho personajes muy diferentes entre sí y muy diferentes con respecto a mi apariencia normal. Pero claro, en el doblaje esas diferencias pueden ser mucho mayores: puedo doblar a niñas, a niños, a ancianas o a una mujer negra muy grande, a personajes que no tienen nada que ver con mi físico.

 

Y estar acostumbrada a una mayor diversidad de registros en las voces imagino que también te ha servido para los papeles ante la cámara…

Claro, el tener ese registro tan amplio de voces me ha ayudado mucho también en general como actriz. Yo puedo manejar la voz con un click, puedo pasar de un acento a otro, del andaluz al castellano… Y pasarla de aguda a grave. Además en el doblaje he aprendido también de la interpretación de imagen, de estar con la actriz repitiendo cada gesto, cada suspiro, cada toma de aire, el movimiento de los ojos… Aprendes un montón cuando doblas a actrices buenas, yo he aprendido mucho de las actrices a las que les he puesto voz.

Mercedes Hoyos en la alfombra roja del Festival de Málaga

Mercedes Hoyos en la alfombra roja del Festival de Málaga

¿Tienes algún referente en el campo del doblaje, alguien que consideres un modelo?

Muchísimos. Hay actores y actrices maravillosos en este mundo. Hay muchos que me fascinan. Por ejemplo, tuve la suerte de trabajar con Pepe Mediavilla, que se acaba de ir hace poco. Doblamos una peli los dos juntos, como protagonistas. Con él además hice muy buenas migas, nos llevamos muy bien. Su hija es una crack, Julia Mediavilla. Y con Camilo García, que es otro tótem del mundo de doblaje en Barcelona.

 

Cómo espectadora, ¿prefieres la versión original o la doblada?

Yo suelo ver las películas en versión original, porque me encanta escuchar a las actrices con su voz. Pero también me encanta escuchar el trabajo de otros compañeros de doblaje. Y a veces hay películas que ganan con el doblaje, porque si tienen muchos diálogos y no conoces el idioma en algunas es imposible seguir los subtítulos, te pierdes.

Yo entiendo que hay gente que puede ver matices importantes en la versión original que se puedan perder en el doblaje, eso es un capítulo aparte que habría que hablar con tranquilidad, pero desde luego en lo que no tengo ninguna duda es en la animación. La voz, en la animación, es creación. Esa creación se hace en cada país adaptándola a la cultura propia y en España se hace muy bien. La animación siempre la veo doblada, me gusta ver el trabajo de mis compañeros españoles, me llega más que el trabajo de gente que tiene otra manera de interpretar y de sentir.

 

¿Y hay alguna actriz a la que te gustaría doblar aunque no se haya dado el caso todavía?

A todas a las que admiro. Pero a algunas, como por ejemplo a Meryl Streep, ya no la puedo doblar, porque tienen sus voces asignadas en Madrid y en Barcelona, que es donde se dobla la mayoría de las películas que se distribuyen.

 

¿Cómo es en el contexto andaluz el nivel profesional del doblaje? ¿Se puede trabajar con continuidad como doblador o dobladora en Andalucía?

Al menos en Sevilla, ahora mismo, sí. Yo tengo muchos compañeros que se dedican solo al doblaje y viven de su trabajo. Siempre ha habido gente que ha vivido solo del doblaje, pero desde hace cinco o seis años ese grupo de personas se ha ampliado. Hay más estudios, más productoras, y eso permite que se asuman más proyectos.
A mí me ofrecieron irme a Madrid, pero soy de piñón fijo y me quise quedar. Seguramente, pago el tributo de no estar en Madrid, tanto como actriz de imagen como de doblaje, pero también he ganado otras cosas.

 

¿El hecho de que la producción audiovisual andaluza haya despegado y en este momento viva una cierta pujanza beneficia también al doblaje?

Yo diría que no tiene mucho que ver. Ten en cuenta que el doblaje trabaja casi siempre sobre producción extranjera, salvo en algunas ocasiones películas propias de animación o cuando le ponemos voz a un documental. Lo que sí ha influido tanto en Andalucía como en general es la llegada de las plataformas. Hay más series, más contenidos que doblar y eso sí se nota, hay más material susceptible de ser doblado.


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