Ver el listado completo de los 32º Premios Goya
Isabel Coixet y su melodrama de una mujer apasionada por la lectura que abre una librería en un huraño pueblo de la costa inglesa, han conquistado este año los premios principales de unos Goya sobre los que sobrevoló de forma continua la reivindicación feminista: La librería queda así como Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guion de esta edición. En los 32 años de historia de estos premios, es la tercera vez que una película dirigida por una mujer consigue el galardón más importante; solo lo habían logrado hasta ahora Icíar Bollaín, con Te doy mis ojos en 2004 y la misma Coixet, con La vida secreta de las palabras, en 2006.
Pero si el balance de 2018 se hace por cantidad, la gran triunfadora de la noche fue sin duda Handia, la historia del gigante vasco contada de forma muy poética por Jon Garaño y Aitor Arregi, ganadora de diez galardones.
El cine andaluz estuvo presente sobre todo en un nombre, el de la malagueña Adelfa Calvo, Goya a la Mejor Actriz de Reparto por El autor. El filme de Manuel Martín Cuenca partía con nueve nominaciones pero finalmente solo consiguió este y el de Actor Protagonista para Javier Gutiérrez, muy esperado. Por otro lado, el premio a la Mejor Actriz Protagonista fue para Nathalie Poza por otra coproducción andaluza, No sé decir adiós.
Otra de las grandes favoritas de la noche, el melodrama familiar Verano 1993, consiguió también tres premios: Mejor Dirección Novel para la debutante Carla Simón, Mejor Actor de Reparto para David Verdaguer y Mejor Actriz Revelación para Bruna Cusí.
El conocido posthumor de los presentadores, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes, funcionó solo en momentos puntuales, mejorando cuando se apoyó en escenas grabadas, como las protagonizadas por el crítico Carlos Boyero o por unas divertidas musas interpretadas por Miren Ibarguren y Mariam Hernández que iban soplándole al oído grandes ideas a los cineastas Isabel Coixet, Juan Antonio Bayona o José Luis Cuerda.
Mariano Barroso, vicepresidente de la Academia, y Nora Navas, vicepresidenta segunda, ofrecieron el discurso oficial, ya que la Presidenta, Yvonne Blake, está aún convaleciente de un ictus. Y en sus palabras, recordaron una reivindicación que por desgracia casi podría definirse ya como tradicional en este acto, la de la bajada del IVA del cine, que pese a las muchas declaraciones ministeriales sigue siendo la única manifestación artística cargada aún con el 21%.
Entre los recuerdos más especiales de la noche, quedará claramente el largo aplauso dedicado a Reyes Abades, fallecido hace solo unos días y protagonista en muchas otras entregas de los Premios de la Academia. De hecho, estaba nominado por dos películas también este año, aunque finalmente el premio en su categoría, Efectos Especiales, fue para Jon Serrano y David Heras, por Handia, dejando en cualquier caso a Abades como uno de los grandes nombres de la historia de los Goya con nueve premios.
CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) repartió en la alfombra roja unos abanicos de ese mismo color con la leyenda “#+mujeres” y este complemento se convirtió en otro de los protagonistas de la noche, ya que varias de las premiadas los lucieron al subir al escenario y otros muchos asistentes los agitaban al aplaudir desde sus asientos.
Pero la reivindicación feminista no quedó solo en ese gesto. Algunas de las participantes en la ceremonia lo apoyaron con datos muy contundentes, como los que aportó sobre el escenario la artista Pepa Charro, conocida como La Terremoto de Alcorcón: “A la gente se le llena la boca con la injusticia y la desigualdad entre hombres y mujeres y no están informados. De 135 nominados solo hay 30 mujeres. Y casi la mitad están nominadas como actriz, que ahí ya sería raro nominar a un hombre”. O con esperanzadas arengas como la de Nathalie Poza al recoger su premio: “Si hay alguna chavala que quiera dedicarse a esto ahí fuera, salta, abraza tus heridas y conviértelas en arte”.