Tiene un mensaje y un objetivo: la liberación de las mujeres en Marruecos y Oriente Medio. Comenzó a dibujar para liberar su enfado y hoy, sus viñetas y su activismo feminista buscan normalizar los tabúes sobre el cuerpo y alientan a otras mujeres marroquíes a dedicarse al arte.
Hasta el 11 de abril, Zainab Fasiki, de 24 años y natural de Fez, presenta en Sevilla, en el CICUS (Calle Madre de Dios, 1), la exposición Hshouma, que posteriormente podrá verse en el Festival de Cine Africano de Tarifa y Tánger (FCAT) del 26 de abril al 4 de mayo.
‘Hshouma’ significa un tabú. Algo de lo que no se debe hablar. En sus ilustraciones y viñetas Fasiki presenta y trasgrede algunos de los silencios más arraigados en la sociedad marroquí: la educación sexual, la igualdad de género, la violencia, la discriminación o la libertad.
El cómic transgresor tiende a ser minoritario y se enfrenta a ciertas resistencias sociales. “Para ser artista famoso y tener éxito en Marruecos se necesitan buenos contactos, que solo tienen determinada parte de la sociedad”, según comenta la autora que estudió Ingeniería Mecánica y nunca se había imaginado vivir del arte. Autodidacta, esta artista, mujer, marroquí y feminista no necesitó ningún contacto, las redes sociales le permitieron publicar y difundir su trabajo.
“Como el mensaje era muy fuerte, la gente empezó a compartirlo, para bien y para mal, porque en Marruecos siempre que alguien habla de sexo, en seguida se hace famoso”, lamenta la autora. En su país, según explica, hay tanta gente que la odia como gente la sigue y apoya la obra de esta artista que trata de expresarse en los límites culturales impuestos por su entorno.
Presión en Marruecos
No obstante, la presión que sufre Fasiki no es censura política. “En Marruecos, como artista, solo es ilegal hablar mal de la familia real y hacer propaganda prosaharaui”, comenta. “Lo que yo hago no es ilegal, pero la sociedad lo juzga de un modo injusto”. Irónicamente, Fasiki se pregunta cómo el hecho de dibujar puede resultar “perturbador” o ser un crimen para los demás. Su primer cómic, llamado Omor (Cosas) explora las dificultades de la vida de una mujer en Marruecos y denuncia las desigualdades de género a través de jóvenes marroquíes.
Fasiki es consciente de que su obra suscita odio hacia ella por lo que hace y, especialmente, porque lo hace una mujer. “Hay varios hombres artistas en Marruecos que pueden dibujar a mujeres desnudas en su obra, pero nadie los ataca”, señala. “No vamos a ser un país conservador siempre, en algún momento Marruecos tendrá que aceptar que haya una liberación de la mujer”.
Formación y motivación para mujeres artistas marroquíes
Paralelo a su trabajo como artista, Fasiki desarrolla su activismo feminista a través del proyecto Women Power, una iniciativa con la que intenta promover los derechos de las mujeres artistas en Marruecos. Un día al mes, en distintos lugares del país, se reúnen con futuras mujeres artistas que quieren empezar sus carreras, pero que no se atreven o no saben cómo formarse.
“Lo hago porque cuando empecé me sentía sola y también tenía miedo y estaba un poco perdida”, recuerda. “Quiero ayudar para que tengan todo el apoyo posible, si no es así, se les está quitando la voz a muchísimas mujeres que por miedo y por falta de recursos no podrían llegar a desarrollarse como artistas”.
Fasiki comenzó a publicar en el 2014, con 19 años, en la revista Skefkef, un colectivo que publica las obras de varios artistas marroquíes. “Es la revista del país que llega a más gente y que habla de tabúes políticos y sexuales”, comenta la autora. No obstante, era la única mujer en un grupo de trabajo de hombres y la única que hablaba de determinados tabúes, lo que también derivó en algún conflicto hacia ella, según explica.
Para Zainab Fasiki esta revista cumple una función social en el país. “Tiene mucho éxito con las nuevas generaciones porque es rompedora y habla de temáticas que han sido y son tabú”, aclara. “La gente está cansada, sobre todo las nuevas generaciones, que encuentran en esta revista un recurso para hablar de temas que no se tratan normalmente”.
Respecto a cómo el arte y el cómic pueden influir en la sociedad Fasiki explica que “Marruecos es un país muy visual”, donde “tienen muchísimo éxito, la televisión y el cine, pero donde sin embargo no sé lee mucho”. Así, la imagen puede ser un vehículo atraer la atención de la gente.
Fasiki ve su arte como una forma de educación, porque asegura que son temáticas que tanto en la escuela como en las familias, son temáticas de las que no se hablan. Ella, a través de su obra intenta cerrar esta laguna que genera vacíos de información. Se siente satisfecha por su trabajo, no por ser famosa, sino porque existe un público que la escucha, que comparte su trabajo y que utiliza las redes sociales para difundir sus mensajes.
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