Ayer pudimos conocer la nueva filosofía del festival de Sevilla con la entrevista a su director, Manuel Cristóbal. Un evento cinematográfico que abraza a toda la ciudad, abierta a todos los cines europeos y con una clara defensa de lo mejor del cine andaluz.
Por eso hoy vamos a repasar las películas imprescindibles del festival. Las que dejarán huella, sorprenderán y nos confirman que la fortaleza del cine del viejo continente está más en forma que nunca.
Sección Oficial
Uno de los indudables flechazos de toda la programación es la película de animación Flow, una de las imprescindibles del año; la película belga Julia keeps quiet no se le queda a la zaga; otro choque visual y narrativo de la temporada es Vida en pausa, cine griego en estado puro que no deja indiferente; y Un hombre libre, de Laura Hojman, recuperando la memoria de Agustín Gómez Arcos, el mejor escritor exiliado que habló de España desde el otro lado de la frontera.
Selección EFA
La carrera hacia los Oscars a mejor película internacional está este año más reñida que nunca. Nuestra candidata, Segundo Premio, luchando para entrar en las preseleccionadas cuenta con una competencia de altura. La representante alemana (que ya cuenta con 22 nominaciones y 4 Oscars a mejor película internacional), La semilla de la higuera sagrada, una verdadera joya del director iraní Mohammad Rasoulof, es una de las mejores situadas junto a Emilia Pérez, de Jacques Audiard.
Sin embargo, no debemos de perder de vista La tutoría (Armand), la impactante sorpresa noruega; Vermiglio, de la cineasta italiana Maura Delpero o The girl with the needle, del director danés Magnus von Horn (incluida en la Sección Oficial).
Las nuevas olas, Rampa y Alumbramiento
Tres secciones llenas de sorpresas que rompen formatos y salen de los caminos trillados del cine convencional. En Las nuevas olas estamos deseando ver el estreno del tercer largometraje de Hermes Paralluelo, Las muertes de Chantyorinti, en un cine más cercano a la experiencia de todos los sentidos con un trabajo que se aproxima a las instalaciones visuales o Bogancloch, del siempre imaginativo Ben Rivers y nos volveremos a dejar llevar por la imaginativa reconstrucción familiar de Kuyka-Before summer’s end, de Kostis Charamountanis.
Hanami, de Denise Fernandes, posiblemente, tenga una de las mejores fotografías de todo el festival; la impresionante Canción de Sima, de Roya Sadat, nos recuerda a qué velocidad se pueden perder las libertades, casi sin darnos cuenta y Emilie Girardin nos propone una inteligente y lograda reflexión de cómo construir nuevos modelos familiares en One dances, the other doesn’t.
Cine Andaluz
Hemos dejado lo mejor para el final, el cine andaluz en uno de sus años más antológicos a nivel cinematográfico, ya sea en corto, largo, ficción, animación o no ficción.
Cuarentena, El cambio de rueda, Homework, La fuerza, Las Pardas, Mierda para mamá o Tumbas vecinas son de esos impecables cortometrajes que te dejan unas ganas tremendas de que se conviertan en una serie de 10 capítulos.
La no ficción andaluza de esta cosecha es una de las mejores de los últimos años: ya sea recuperando una necesaria revisión de nuestra memoria con Atín Aya. Retrato de un silencio, Caja de resistencia, Los restos del pasar (solo el cine puede vencer a la muerte) o con un concierto para caballos en Roma desde una perspectiva feminista como De caballos y guitarras, la imaginación y la creatividad andaluza muestra que no tiene límites.
Por su parte, la ficción nos ha regalado unas joyas que se imprimen en la retina del espectador. Los últimos románticos, Por donde pasa el silencio, Rita o la perla de Elena Manrique, Fin de fiesta (casi una versión de un Parásitos de las buenas intenciones) son perfectos ejemplos de que el cine andaluz sabe contar asuntos muy locales que resuenan a nivel internacional. Un cine muy femenino plural, perfectamente apegado al aire de los tiempos.
Buen festival a todos/as. Empezamos.