Casi con seguridad (y eso que el Festival de Málaga acaba de comenzar), ‘La visita y un jardín secreto’ se convertirá en una de las mejores sorpresas de su 25ª edición. Una película visceralmente hipnótica.   

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20 Mar 2022
Carlos Loureda
the nest

Quien produce una de los tesoros ocultos del último y mejor cine español, This Film is About Me, tiene que ser alguien forzosamente interesante. De aquella impresionante película, injustamente pasada demasiado desapercibida, todavía se recuerda su adorable e inquietante protagonista, Renata, ese contraste entre lo que era y donde estaba, y alguna frase que aún resuena ‘‘¿qué hacemos con la nieve? Dejar que se derrita’’.

Por ello, la primera realización, esta vez tras la cámara, de esa productora, Irene M. Borrego, elevó con brío el hype de la cinefilia más aventurera y arriesgada. El resultado no dejará indiferente a nadie y, casi con seguridad (y eso que el Festival de Málaga acaba de comenzar), se convertirá en una de las mejores sorpresas de su 25ª edición. La visita y un jardín secreto es, sin lugar a dudas, visceralmente hipnótica.

Isabel Santaló es una artista de los años 50 y 60, ya anciana y desde hace mucho tiempo olvidada por todos, público, crítica y hasta su propia familia. Y con tanta, o más, personalidad que Renata… Lo que podía haberse quedado en el típico retrato y recuperación de una pintora desconocida, o una previsible hagiografía de su figura y persona, no tiene nada que ver, con lo que creado para la gran pantalla Irene M. Borrego.

Una obra sin tapujos, enseñando costuras y aristas, que explora los límites de la representación y la presentación de la protagonista. Trascendiendo del personaje hasta temáticas que explosionan cuando se abordan: la dificultad de ser artista y mujer en España (en los años 50 y ahora también), la necesidad e imposibilidad de la transmisión del verdadero arte (como si ello tuviese un manual de empleo definido con antelación), los prejuicios de una sociedad frente a un ser creativo que desborda el marco establecido, los riesgos de abandonar un destino trazado por la familia y arriesgarse a vivir su propia existencia (al fin y al cabo, mejor dejar derretir la nieve porque nunca podremos mantenerla perpetuamente congelada).

Un trío de personajes, presentes, rodeada a la artista: una tía, una sobrina y, uno ausente, la voz de Antonio López que la frecuentó en su época. Una puerta dorada, sellada a cal y canto, que puede contener una obra de importancia vital para una página de nuestra historia del arte de las últimas décadas del franquismo. La fragilidad física frente a la extrema fuerza moral de una protagonista, que no se deja engatusar por nadie, salvo quizás por su gato. Una figura animal, casi totémica, que la directora transforma en guardián del posible tesoro y verdadero gobernante de lugar…

Todos estos ingredientes habitan esta bellísima, y hasta repleta de suspense, no ficción: La visita y un jardín secreto. En la magnífica escuadra de directoras españolas ha nacido una nueva estrella: Irene M. Borrego.

Documentales/Largometrajes Sección Oficial del 25º Festival de Málaga

Título original: La visita y un jardín secreto. Dirección: Irene M. Borrego. Reparto: Isabel Santaló, Antonio López, Fernanda Suárez, Amelia Martínez Callejo. Guión: Irene M. Borrego y Manuel Muñoz Rivas. Fotografía: Rita Noriega y Javier Calvo. País: España y Portugal, 2022. Duración: 65 minutos. Distribución: Begin Again Films

Sinopsis: Poco se sabe de la misteriosa figura de Isabel Santaló, una artista anciana, hoy olvidada. Pero, de tanto en cuanto, algunas visitas aparecen en su casa. A través de ellas, y de la voz de Antonio López, el único pintor de su generación que la recuerda, se perfila una película poliédrica que sorpresivamente se transforma. Una película sobre la memoria y el olvido, sobre el arte y el proceso creativo, sobre qué significa ser mujer y una artista.


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