Flow ha sido la gran sensación de este año en el festival de Annecy, al conquistar cuatro de sus premios más importantes (mejor música, del público, especial del jurado y de la Fundación GAN a la distribución) y lograr ser incluida, una animación (género habitualmente olvidado en las secciones oficiales de los grandes festivales) y sin diálogos, en la sección Un Certain Regard de Cannes y, maravillosa sorpresa, en la categoría de Mejor Largometraje de los Premios EFA del Cine Europeo.
La odisea de un gato en un mundo devastado por una imparable y catastrófica inundación ya nos hipnotizó meses atrás, pero el cine y la realidad tienen la extraña capacidad de mezclarse en el calendario de un lúcido programador que quiere afirmar que el séptimo arte, en muchas ocasiones, puede ser premonitorio.
Flow ya no se ve ahora como se vio meses atrás. Durante 80 minutos el gato protagonista de la película cambiará su manera de reaccionar, de reflexionar y de la relacionarse con los otros animales, pocos, que han sobrevivido a esta subida de aguas que parece no tener fin.
Si en un principio el miedo y la desesperación se ampara de su ánimo, según avanza la trama, el gato descubrirá que sólo en colaboración con los otros animales, aunque sean enemigos inmemoriales de su especie, podrá lograr sobrevivir al desastre que está atravesando.
Gints Zilbalodis, el cineasta letón multipremiado por su ópera prima de 2019, Away, concibe en su segunda obra, Flow, un mundo próximo al del juego de aventuras Stray, pero únicamente poblado por algunos animales. Una horda de perros, una bandada de grandes aves o algunos lémures al que añade aptitudes y comportamientos humanos, que sirve en bandeja la comparación con nuestro actuar humano en sociedad.
Flow hipnotiza con unos paisajes alucinantes, una acción sin respiro, la ausencia de una voz en off que en muchas otras películas no añade nada y aquí se evita con toda razón, o la utilización de una inspirada banda sonora que se fusiona al ritmo de la narración hacen de ella no solo la joya europea de animación del año, sino también una de las propuestas más interesantes de esta edición del festival de Sevilla.