Esta película hay que vérsela sí o sí. Esto es como Los Gremlins en Navidad, Tiburón en Verano y Ben Hur en Semana Santa. Llega el Orgullo y hay que ver… Pride. Y ahora más que nunca.
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En tiempos convulsos, la fuerza está en la unión, en la solidaridad de todos y todas contra las fuerzas oscuras: la intolerancia y el fascismo.
Así que a bailar. Con Pride, la deliciosa película británica, basada en hechos reales, en la que un grupo de urbanitas londinenses recaudan fondos para los mineros en huelga contra la temible Margaret Thatcher.
¿Y tenemos algo parecido en el cine español? Te estoy amando locamente, la película de Alejandro Marín sobre el nacimiento del movimiento LGTBQI+ en Andalucía. Por cierto, con el apoyo de los llamados curas obreros.
Una feel good movie en toda regla, en la que descubrimos a Omar Banana (ya lo conocíamos de Paquita Salas), La Dani y Alex de la Croix, Alba Flores lo daba todo y, por supuesto, Jesús Carroza volvía estar estupendo.
Otro talentazo andaluz que ha abordado la temática LGTBIQ+ con sutileza y un nivel artístico tan elevado que se estrenó en San Sebastián, ha estado nominada en los Goya y en los Carmen.
Se llama Sandra Romero y su película Por donde pasa el silencio ha sido, sin duda, uno de los debuts más emocionantes de los últimos años. Sandra es de Écija y ambienta la película en la Semana Santa de su pueblo.
Es la historia de tres hermanos en la que el protagonista, Antonio, es gay, pero eso no es el centro de la trama. Por donde pasa el silencio ganó el Premio a Mejor Película del Festival LesGaiCineMad de Madrid en la que su directora, Sandra, reivindicó que el cine LGTB sea así: “El público quiere verse en el cine sin que sus tramas giren alrededor de su sexualidad, porque también tiene sus propias vidas, ideas y dramas”.
Y si hablamos de dramas. También tenemos que hablar de dramarrachas. Un género inventado por Pablo Tocino, para hablar de algo que no es ni comedia, ni drama, ni tampoco dramedia: Una perra andaluza. Es la actitud de sus protagonistas, personajes del colectivo LGTBI, con un triángulo formado por deseo, soledad y amistad. Gente normal y corriente… con problemas normales y corrientes.
La primera temporada sorprendió tanto que Filmin no ha querido perderse la fiesta de su segunda temporada, estrenada hace apenas una semana.