El Festival de Cine Africano (FCAT) nació en Tarifa en 2004 de la mano de la ONG Al Tarab con el sueño de tender un puente cultural en el Estrecho de Gibraltar y tener el cine como motor principal. En sus comienzos celebró unas primeras muestras de cine en Tarifa para fijarse como festival tres años después, en 2007. Más tarde, el oleaje llevó la cita tierra adentro, hasta Córdoba entre 2012 y 2015, para devolverlo a Tarifa más crecido en 2016, poner una pica en Tánger y enarbolar la hermosa bandera de festival intercontinental y transfronterizo.
A punto de abrir su próxima edición, que se celebra entre el 27 de abril y el 5 de mayo de este año, el FCAT volverá a tener lugar en dos continentes y dos mundos para celebrar su 15 cumpleaños convertido en el festival de referencia de los cines de África en el mundo hispanohablante.
A pesar de haber crecido, sufrido y aprendido en el camino, el ritmo subterráneo de este festival sigue siendo exactamente el mismo: tomarse la realidad de África en serio. Estas 15 ediciones han sido y siguen siendo un reflejo de la vitalidad y la realidad poliédrica de un continente donde se interrelacionan con fluidez sus diversos contextos y formas de vida.
A través de casi un millar de películas a lo largo de esta década y media -que el festival se ha encargado de subtitular al castellano y con ello conformar su fondo fílmico- se ha mostrado al continente vecino en blanco y negro y en color, a través de la ficción y de documentales que nos han mostrado todo: el colonialismo, las guerras, el salafismo y el yihadismo, las dictaduras, democracias e independencias, las diásporas, las culturas, el amor, el desamor, las ciudades, los pueblos y las inquietudes de la sociedad.
Desde el feminismo al cine gay, pasando por el activismo político o la memoria sentimental, el FCAT ha ido mucho más allá del cine de derechos humanos siendo espejo de una sopa de identidades. Una mirada a África en cuatro direcciones, alejada de las blancas alturas y sin condescendencia alguna.
En unos años en los que festivales como Berlín o Cannes programan cine africano, este último en su próxima edición tendrá una película egipcia en competición y tres filmes africanos en la sección Una cierta mirada, Tarifa y Tánger volverán a disfrutar de la fiesta de la diversidad que es el FCAT, un hecho que siempre caracterizó a nuestra tierra invitando a todos a subir a este tren multicultural. Este año se conseguirá con más de ochenta películas y otras tantas actividades paralelas; con más directoras que nunca y con una mirada a la afrodescendencia y a la diáspora de nuestros artistas, cineastas, dramaturgos y músicos, así como a los afrodescendientes europeos.
También habrá un homenaje a los 15 años del FCAT donde se exhibirán otras tantas películas premiadas, tanto por el jurado como por el público, en distintas ediciones del festival. Un puñado de películas representativas del alma de este festival que a lo largo de su camino ha querido mostrar películas con las que los creadores siguen tejiendo la narrativa, el imaginario, la identidad cultural de un continente poliédrico que crece imparable y que reclama su justo lugar en el mundo.
También habrá un ciclo en torno a la figura del cineasta marroquí Ahmed Bouanani (1938-2011), que ofrecerá al público español la oportunidad de descubrir por primera vez una amplia retrospectiva dedicada a uno de los cineastas marroquíes más vanguardistas, pero que paradójicamente ha quedado olvidado en la historia del cine de Marruecos. Y asimismo, se rendirá un especial homenaje en esta 15 edición a Djibril Diop Mambéty por los 20 años de su fallecimiento; a Nelson y Winnie Mandela, al primero en el centenario de su nacimiento y a la que fue su esposa por su reciente desaparición; a Hugh Masekela, que también acaba de marcharse y que compuso la música de la película Mandela, hijo de África, padre de una nación; y a Idrissa Ouedraogo que dio el último suspiro el pasado mes de febrero.
De nuevo será una propuesta inclusiva e interracial con el cine de calidad por bandera. Una cita para recordarnos que además de Oriente y Occidente existe el Sur, África y que el FCAT cree en el cine como utopía igualitaria. Porque no conocer ni entender la cultura africana es no conocernos ni entendernos a nosotros mismos.
Ellos son parte de nosotros y nosotros parte de ellos.