El 4 de diciembre se estrena ‘El verano que vivimos, un drama romántico para disfrutar con los cinco sentidos. Rodada en Jerez por Carlos Sedes (Fariña), cuenta con producción de La Claqueta y el protagonismo de Javier Rey y Blanca Suárez

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27 Oct 2020
Alejandro Ávila
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Un tono dorado envuelve a Javier Rey y Blanca Suárez en sus aventuras entre viñedos jerezanos. La pátina ocre cumple una doble función: nos retrotrae a la etapa dorada de sus protagonistas, Gonzalo y Lucía, y funde en un solo tono las tierras albarizas de las vides, el color de sus vinos, el cielo y las tostadas pieles meridionales.

Ambientado en el Jerez de los años 50, El verano que vivimos lleva la firma de Carlos Sedes, un director habitual de las producciones en serie de Bambú, como Velvet, pero también de Fariña.

Tiene el drama romántico de la primera, pero, definitivamente, también esa violencia contenida de la serie de los narcos gallegos que lanzó a Javier Rey a la fama. A Bambú, le han acompañado en esta aventura Atresmedia, Warner, la productora andaluza La Claqueta (La trinchera infinita) y ha contado también con apoyo técnico de la Andalucía Film Commission y la Jerez Film Office.

Una afinada dirección de actores

Sedes logra orquestar una dirección de actores muy afinada, no solo entre el trío protagonista, Rey, Suárez y Pablo Molinero, sino un excelente reparto de secundarios andaluces como Adelfa Calvo, Joaquín Núñez, María Espejo o Manuel Morón, entre otros.

Quizás la clave esté en las palabras de este último: “Es cine como se hacía antes. Hemos tenido tiempo para crear, probar y ensayar. Estamos muy agradecidos a los productores, a Jerez y a sus gentes, por habernos brindado esta experiencia tan bonita, hermosa, cálida y humana”.

Cómo olvidar El verano que vivimos

La película arranca en los años 90, con una becaria de un periódico gallego que busca a un misterioso lector que todos los años, por septiembre, época de vendimia, envía una esquela dedicada a Lucía. “Querida Lucía, cómo olvidar aquel verano que vivimos”. Así es como Lucía (Guiomar Puerta) descubre la tormentosa historia de amor de Gonzalo y Lucía en aquel verano de 1958 en Jerez.

“La historia transcurre en dos tiempos: los años 90 (de la investigación de la periodista) y el color cálido con todo lo que tenía que ver con Andalucía y la historia de amor. Nos parecía que esta tierra tenía mucho que ver con ese amarillo de la tierra albariza y de las bodegas”, destaca el director.

Javier Rey, un gallego andaluz

Javier Rey considera que lo vivido durante el rodaje, en el verano de 2019, “más que una película, ha sido una experiencia. Me quedo con el faro (de Trafalgar), la carrera por las viñas de noche, ir en moto con Pablo (Molinero) o en coche con Blanca (Suárez), las comidas con la familia y ese ensayo en el que empezaron a cantar flamenco y yo, como buen gallego en Jerez, me quedé con los vellos de punta”.

Rey ha rodado tres largometrajes en Andalucía, el último, este verano (La casa del caracol de Macarena Astorga) y el primero, Sin fin, de los hermanos Alenda, con el que ganó la Biznaga de Plata a Mejor Actor en el Festival de Málaga. El actor gallego destaca que “me da muy buena suerte rodar aquí, la amabilidad y la facilidad con la que se rueda aquí. Me gusta lo profesional que es la gente que se dedica al cine aquí. Siempre salen buenos proyectos”.

El equipo de ‘El verano que vivimos’

Jerez, la lejana brisa del Atlántico

“Eso que no ves ni hueles es la brisa del Atlántico”. Así recibe Hernán a Gonzalo entre los viñedos jerezanos, tratando de hacerle captar la esencia del lugar por todos los sentidos: desde el olor del lejano océano al sabor del palomino fino, pasando por el tacto de la albariza, la visión de su coqueto casco histórico o el musical sonido del flamenco en el tabanco El Pasaje.

Ante la cámara de Sedes, entre sus protagonistas, desfilan los mayores tesoros de Jerez: desde la Casa Petra de la Riva al Alcázar, pasando por la calle Ancha o la Plaza de la Asunción, la Catedral o el palacio de la plaza Rafael Rivero. Sin olvidarnos, por supuesto, de sus bodegas, como la de González Byass donde se ha celebrado el encuentro de prensa… que para eso, las familias protagonistas son acomodados linajes vinateros.

El cine, un lugar seguro

Adelfa Calvo, ganadora de una Concha de Plata y un Asecan del Cine Andaluz por El autor (Manuel Martín Cuenca), ha aprovechado la ocasión para defender la apuesta por la cultura de la película, demostrando que “la cultura, el cine, el teatro… es un lugar seguro. No podía estar rodada en un lugar mejor que nuestra tierra. Ese verano que vivimos no lo vamos a olvidar nunca”.

Como nunca olvidó Gonzalo a Lucía, no solo a través de sus esquelas, sino de las cúpulas de unas bodegas que dibujaban el redondeado símbolo del infinito, pues “el tiempo no se puede detener, solo atrapar”… por unos instantes. Un amor eterno que se desvanece entre los dedos como tierra albariza.


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