Cortos Por Caracoles, uno de los festivales de cine más peculiares de Andalucía, celebra esta semana su 15º aniversario con una edición especial que recogerá una selección de las obras que han podido verse en las catorce ediciones anteriores. “Son obras, premiadas o no, pero que han dejado huella en el festival, que nuestros espectadores nos recuerdan”, explica Laura Redondo, una de sus coordinadoras.
La actriz Mari Paz Sayago recoge el Caracol de Honor 2016. Foto: Laura Cebrino
El Certamen de Cortometrajes Por Caracoles nació vinculado a una pequeña escuela de teatro y guion, alojada en la Sala El Cachorro, un espacio cultural y gastronómico emplazado en el corazón de Triana. Lo que empezó como una humilde muestra que servía sobre todo para exhibir los cortos rodados por los alumnos de esa escuela, ha ido creciendo con el paso de los años hasta convertirse en un festival de alcance internacional.
El nombre del festival anuncia su característica principal: su vínculo con los caracoles como típica tapa presente en muchos bares andaluces. De la recaudación en tapas de caracoles que se sirven durante los días de proyecciones sale la dotación económica del premio principal del certamen: el Premio al Mejor Cortometraje Por Caracoles.
Pero esta no es su única característica curiosa: las proyecciones son al aire libre, a partir de las 22:00 h., fieles al cine de verano, otro ritual sureño de gran tradición. Y en las últimas ediciones las bases del concurso han excluido a aquellas obras en las que aparecen armas de fuego, en lo que, según sus organizadores, “quiere ser un guiño pacifista y una llamada de atención a la sobrerrepresentación que estas armas tienen en el audiovisual”. Por último, como otra peculiaridad, el certamen trianero también tiene una vinculación muy especial con el flamenco y suele cerrar cada edición con una actuación, como no podía ser de otra manera, “por caracoles”, mítico palo con el que no se atreven muchos cantaores o músicos. Entre los intérpretes que han participado en el festival, destaca, por ejemplo, Gualberto, que en la edición de 2014 ofreció un maravilloso concierto de sitar en la gala de clausura.
El músico Gualberto durante su actuación en la clausura de 2014. Foto: Angelina Delgado
El crecimiento del nivel del festival se refleja en la programación de los últimos años, por la que han pasado algunos de los cortos internacionales más destacados y premiados, como por ejemplo Meu amigo Nietzsche (Fáuston Da Silva, Brasil, 2012) o Beach Flags (Sarah Saidan, Francia-Irán, 2015), así como algunas obras españolas nominadas al Goya (Os meninos do río, España-Portugal, Javier Macipe, 2014) o a los Premios del Cine Europeo (El adiós, Clara Roquet, 2015).
Estos cuatro títulos y otros muchos más podrán verse del 29 de junio al 1 de julio en una 15ª edición que en este caso será no competitiva, pero que sí tendrá un galardón muy especial, un Premio Para el Público que se sorteará el último día entre los espectadores, que año tras año han ido llenando el Patio de la Sala El Cachorro, con una media de asistencia de mil personas en cada edición.
Un momento de las proyecciones de 2013. Foto: Laura Zorrilla
Y por supuesto, además de muy buenos cortos sin armas de fuego, también estarán muy presentes los grandes protagonistas del festival: los caracoles. Pero que no se preocupen los vegetarianos o los que tienen un paladar poco receptivo a este manjar gastronómico: también se podrán tomar muchas otras cosas en el ambigú de Cortos Por Caracoles 2017.
Toda la programación del XV Certamen de Cortometrajes Por Caracoles puede encontrarse en su web: www.cortosporcaracoles.com.
