La relación del audiovisual con Andalucía se funda en las primeras proyecciones del cinematógrafo en Sevilla y Málaga en septiembre de 1896, pocos meses después de su presentación en París, y en las vistas que los operadores enviados por los Lumière filmaron en esos primeros años en varias ciudades andaluzas.
Atraídos por su patrimonio cultural, su diversidad paisajística y sus excelentes condiciones climáticas, miles de rodajes han elegido la geografía andaluza como plató natural. Y sin embargo, durante todo el siglo XX, la producción propia fue muy escasa y discontinua.
Con notables y aisladas excepciones, en esos primeros cien años de cine, el indiscutible talento audiovisual andaluz necesitó emigrar para brillar y sobrevivir.
Pero, por muy pedregoso que fuera, los pioneros trazaron un camino que encontró en 1999 un desvío decisivo: él éxito de Solas. En febrero de 2017, coincidiendo con la salida de filmAnd, se han cumplido justamente dieciocho años de su galardonado estreno en la Berlinale y ese tramo, que en una vida humana marca la mayoría de edad, se nos aparece como un símbolo maravilloso que da sentido a todo lo que ha venido después.
El segundo punto de giro en el guion de esta historia podríamos encontrarlo sin duda en los diez Goya conseguidos por La isla mínima en 2015. Ese reconocimiento unánime y sin precedentes confirma la visibilidad de una apuesta por la permanencia del talento creador en Andalucía, algo compatible con su desarrollo y con la búsqueda enriquecedora de alianzas foráneas.
En estos últimos años, Andalucía ha demostrado competencia suficiente para contar y contarse mediante el audiovisual. Creemos que el sector tiene la oportunidad histórica de dar a conocer lo que ya aporta y lo que es capaz de aportar en términos económicos, de creación de empleo, de creatividad, de proyección de nuestra imagen y de generación de identidad.
Lo tenemos todo: buenas ideas, un extraordinario marco natural y prestigiosos equipos artísticos y técnicos. Si Andalucía y España apuestan con rotundidad por el audiovisual como uno de sus principales sectores estratégicos, estamos seguros de que no se equivocarán.
Esa apuesta alude a la implicación de todos los que, de una u otra manera formamos parte del sector desde distintas responsabilidades: la distribución, la exhibición, la producción, la dirección, la interpretación, las diferentes disciplinas técnicas, la programación, el periodismo, la crítica, la historia, la enseñanza… Y requiere de tres elementos fundamentales: decisión, estrategia e inversión.
En esa corriente viva del audiovisual, filmAnd quiere sumar y sumarse con una vocación catalizadora que multiplique las acciones de los demás agentes del sector, ayude a darles visibilidad y contribuya a su dinamización.
Nacemos por lo tanto como un medio de comunicación pero aspiramos a desarrollar poco a poco otras funciones potenciales que también nos definan como plataforma de formación, canal de exhibición de nuevos formatos y espacio de dinamización.
Nos interesa de manera especial el cine andaluz pero creemos que estos dos conceptos vinculados deben entenderse hoy ya en un sentido amplio. Tomamos el vocablo “cine” en alusión a una experiencia integradora en la que pueden y deben caber otros discursos audiovisuales: de las webseries a los videojuegos, pasando por muchos otros formatos televisivos y de Internet. Asumimos lo andaluz con una doble referencia al territorio y las personas: a lo que se produce en la Comunidad Autónoma Andaluza y al trabajo de los andaluces en cualquier lugar del mundo.
Yendo aún más allá, nuestra verdadera vocación es hablar de cine y otros audiovisuales desde Andalucía para el mundo. Y contar mejor para contar más.
