Tras su muerte, Fernando Ruiz Vergara dejó decenas de bocetos de películas que nunca pudo realizar. El cineasta andaluz sólo había dirigido un documental, Rocío, desgarrador, fascinante y maldito tras su censura judicial en los primeros años de la democracia en España. Desde entonces, sus proyectos permanecieron latentes en la imaginación y en el deseo.
En Caja de resistencia, Concha Barquero Artés y Alejandro Alvarado Jódar fabulan con aquellos proyectos soñados para llevarlos al cine desde el presente “como un gesto de resistencia”.
Producido por Azhar Media, Alvarquero y Blablabla Media con el apoyo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y Canal Sur Televisión, el largometraje se estrena en la 69o Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), del 18 al 26 de octubre, como parte de Tiempo de Historia, sección competitiva fundamental para la no-ficción en España que funciona como un termómetro de las problemáticas del presente y las huellas del pasado.
El propósito de esta película ibérica, filmada entre Andalucía y Portugal, es claro: retomar las películas inacabadas del cineasta censurado como acto de justicia tras su asesinato artístico. Con guion y dirección de Concha Barquero Artés, Alejandro Alvarado Jódar a partir del legado de Fernando Ruiz Vergara y producción ejecutiva de Sara Sánchez García, José Manuel Rodríguez, Concha Barquero Artés, Hemi Fortes Criado y Filipe Araújo, Caja de resistencia llega a Valladolid tras haber sido seleccionada en prestigiosos espacios de la industria como Docs-in-Progress Cannes Docs, ZINEBI Networking y el European Coproduction del Festival de Cine Europeo de Sevilla.
“En 2010 conocimos a Fernando Ruiz Vergara en la aldea portuguesa donde se había exiliado después de la censura de su única película, Rocío. Este documental sobre la romería más popular de la península ibérica desmontaba las relaciones entre el poder religioso, político y económico en Andalucía. Rocío fue secuestrada y censurada judicialmente en los primeros años de la democracia por señalar a uno de los autores de los crímenes fascistas tras el golpe militar de 1936”, explican sus directores, quienes recuerdan que en la actualidad la versión original de la cinta, guionizada por Ana Vila, continúa prohibida en España, por lo que conviven varias versiones desde que fuera
estrenada en 1981. Ruiz Vergara, que nunca más logró hacer otra película, falleció un año después de aquel encuentro, dejando atrás numerosos guiones, notas deslavazadas y bocetos de películas que quedaron para siempre en su imaginación.
El legado soñado
“Aquellos proyectos inacabados parecían hablarnos directamente, sus planteamientos nos resultaban todavía vigentes. Pronto empezó a cobrar fuerza en nosotros un impulso, retomar las películas soñadas por el cineasta”, prosiguen ambos cineastas e investigadores, quienes desde los 2000 forman un tándem creativo que opera desde Andalucía. A lo largo de su trayectoria han explorado las posibilidades de distintos medios, como la televisión cultural o el documental de creación, en el que se han especializado. En sus películas, con el material de archivo como principal herramienta de experimentación, bucean en temas como la ausencia, la memoria, la historia o la política.
Sus obras han sido programadas y premiadas en festivales (Mar de Plata, DocLisboa, É tudo Verdade, EMAF, Documenta Madrid, Zinebi, Punto de Vista, FICX) y centros de arte de referencia internacional (Kunstmuseum Bonn, MNCARS, CCCB, Arteleku). Su primera película, el largometraje Pepe el andaluz (2012), aborda una historia familiar para hablar de heridas, secretos y amor. Desde hace más de una década están inmersos en una investigación académica y cinematográfica sobre la obra del cineasta Fernando Ruiz Vergara, que ya les llevó en 2021 a rodar su cortometraje Descartes.
Historia de un rebelde
“La trayectoria vital de Fernando dibujaba el perfil de un rebelde”, puntualizan Concha Barquero Artés y Alejandro Alvarado Jódar. De origen humilde, huyó siendo adolescente de la dictadura franquista para trabajar en el norte de Europa como obrero en fábricas, camarero o pintor. Al cine llega de manera autodidacta, aprendiendo de las cooperativas cinematográficas en la ebullición cultural y política de la Lisboa de la Revolución de los Claveles.
“Como la vida de Fernando, Caja de resistencia es una película ibérica que desentierra historias silenciadas como la herida abierta de la dictadura franquista, los proyectos políticos frustrados tras las transiciones en Portugal y España o las consecuencias de las políticas neoliberales en el Sur de Europa.
Como un acto de invocación y arqueología, siempre la imaginamos como una película subterránea, que nace bajo tierra y pugna por salir a la superficie”, confiesan antes de señalar que sus particulares fabulaciones sobre el cine inacabado de Ruiz Vergara son “tentativas, piezas de un proyecto en curso”. Un inventario sobre mundos posibles que surgen de aquello que no pudo ser.
La película tendrá su estreno mundial en la 69ª SEMINCI con la presencia de parte de su equipo, entre ellos los propios directores.