Un homenaje al pueblo iraní. El popular periodista radiofónico Javier Tolentino cruza al otro lado del charco artístico para rodar su primera película, Un blues para Teherán. Tras más de veinte años dirigiendo el programa de cine El séptimo vicio, que se emite en Radio 3, Tolentino se embarca en la aventura de su ópera prima. Lo hace en un país, Irán, del que adora su cinematografía, su arte y sus gentes.
“Quiero contar la historia del pueblo iraní, de la cotidianidad de sus vidas, de los que pescan en el Caspio y te venden sus arroces, para tender puentes y abrir un diálogo a un país misterioso sobre el que nosotros, los occidentales, levantamos ciertos estigmas y prejuicios”, afirma Tolentino.
Un blues para Teherán, que se encuentra en su fase final de micromecenazgo (crowdfunding), está protagonizada por Erfan, un joven “bufo e irónico”, que, según su director, es “la metáfora perfecta de todo un país, perdido y dividido entre sus dogmas y sus ansias de progreso”.
En su viaje por el país asiático, el periodista encontró a personajes como Mehraein, Bahman, Golmehr, Asghar, Army, Yasi o Meysam, que con sus historias fragmentadas construyen la realidad y la historia de un pueblo en el que la modernidad y la tradición conviven en eterna tensión.
“Un blues para Teherán no es una película épica ni política, sino un viaje que derribará estereotipos construidos sobre la sociedad iraní”, aclara Tolentino. Se trata de de visibilizar uno de los pueblos “más hospitalarios del mundo. Más allá de los burkas, terroristas y el clero radical que a menudo nos muestran los medios de comunicación”.
El periodista, un amante declarado de Irán, ha viajado numerosas veces al país. “No recuerdo cuándo comenzó mi fascinación por Irán. Mis viajes me han hecho admirar a sus grandes poetas, su música y su cine”.
Los secretos mejor guardados de la humanidad
Según el especialista en cine, “el país esconde algunos de los secretos mejor guardados de la humanidad, sobre todo en lo que a la música y la palabra se refiere. Todo en Irán desborda poesía, los iraníes la canta, la escriben o la danzan. Cineastas como Abbas Kiarostami abrieron nuevos senderos por los que transitar”.
Los talleres que Kiarostami (Copia certificada, El sabor de las cerezas) impartió en España le terminaron llevando a la idea de “dirigir esta película como forma de aproximarme a un pueblo al que adoro y del poco se conoce más allá del folklore mediático”.
La película está producida por Quatre Films y la productora de Luis Miñarro, Eddie Saeta.
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