La serie estadounidense del año se antoja de fácil ingesta pero difícil digestión, porque la familia de esta historia se meterá en tu corazón y no saldrá en un buen tiempo. El drama está servido.

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20 Abr 2017
Esther Lopera
the nest

Vivimos en la era de las series y quizás por la masiva oferta que ofrecen las distintas plataformas nos resulta cada vez más difícil escoger, visualizar y discernir entre un material bueno, muy bueno o excelente.  El poso de las series en nuestro corazón es cada vez menor, pues el olvido acecha en el play de la siguiente. ¿Cuántas horas invertimos viendo series? La respuesta es una locura. Una locura placentera y adictiva. Bienvenidos a la droga del nuevo siglo. Si eres un yonqui de las series, no puedes perderte el nuevo material que ha llegado de los Estados Unidos: This is us, una producción que sí deja poso.

This is Us se estrenó en la cadena norteamericana NBC a finales del 2016 y está pasando desapercibida en España (emitida desde febrero en Fox Life), a pesar de romper los esquemas de las audiencias yanquis y contar con tres nominaciones a los Globos de Oro. Se trata de un producto que no descubre nada nuevo pero que despierta todo en el espectador. Y es que, a priori, una serie dramática que explica la historia de una familia-tipo americana, con los problemas habituales y sus conflictos existenciales, da pereza, sobre todo si se nos escapa el principal detalle del argumento: sus caminos se cruzan y sus historias se entrelazan de maneras muy curiosas, reproduciendo un drama agridulce que sorprende capítulo a capítulo. Y ahí está la flor de su secreto.

Trozos de una vida, a veces truncada, en 60 minutos de metraje y 18 capítulos, que descubren poco a poco el interior de unos personajes profundos, llenos de matices y magistralmente interpretados por un reparto encabezado por Mandy Moore, Milo Ventimiglia (Héroes, Gilmore Girls), Sterling K. Brown (The People v. O.J. Simpson: American Crime Story), Justin Hartley y Chrissy Metz. Si bien el plantel es de lujo, esa no es la única razón por la que todo el mundo –no solo los yonquis- debería disfrutar de ella. La cualidad diferencial se sustenta en un equilibrio entre la historia y la forma en que se va destapando en cada capítulo, es decir, el montaje. Dan Fogelman, el guionista de Crazy, Stupid, Love, es quién está detrás de la narrativa y consigue atrapar al espectador desde el piloto, revelando los detalles de los personajes emplazados en diferentes décadas, un truco que le permite mostrar la evolución de sus perfiles a través de los años y dar sentido al presente de sus vidas, planteando a su vez ciertos interrogantes que se convierten en el señuelo del espectador. El opiáceo de nuestro cerebro.

Mientras te vas enganchando irremediablemente, se da cita el amor en todas sus formas: el amor propio y el amor hacia el prójimo: hacia la familia, los padres y los hermanos; hacia la amistad, hacia la pareja. Pero también el miedo, el odio y el rencor, la envidia, la enfermedad y la muerte. La vida, en estado puro, en el marco de las costumbres de la sociedad estadounidense.

Y, como en la vida, en esta serie la banda sonora es imprescindible, algo que apreciarán aquellos que unen irremediablemente los recuerdos, buenos o malos, a una canción. De acuerdo con las diferentes décadas que abarca la narrativa, la selección cuenta con temas icono de los estilos propios de los años 70, 80, 90 y 2000, que tienen la función de ayudar a situar al espectador en el tiempo. Así, la banda sonora bucea entre el folk, el pop, el jazz y el rock, uniendo temas de Nick Drake, Madonna, Jefferson Airplane, Van Morrisson o John Coltrane, entre muchos otros. Mención especial merece el capítulo piloto, en el que suena en su momento más emotivo “Death with Dignity”, un tema del cantautor y músico estadounidense Sufjan Stevens, quien curiosamente compuso el disco que incluye esta canción para superar la trágica muerte de su madre. Cuidado: nada es gratuito en esta serie y esto no es un spoiler.

Con todo, This is us se antoja como un producto imprescindible, de fácil ingesta pero difícil digestión, porque la familia de esta historia se meterá en tu corazón y no saldrá en un buen tiempo. Los amantes de la insuperable y dolorosa A dos metros bajo tierra (HBO, 2001) recordarán qué se siente al vivir durante 18 capítulos en el seno de una familia estadounidense. Prepara tu paquete de clínex, escoge a tu partner in crime y repite en cada capítulo: “Dale al play, que tengo ganas de llorar”. El drama está servido.

Como regalo final, os dejamos la banda sonora de This is Us en este enlace de Spotify.

 


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