Además de denunciar la brecha de género en el cine, en FILMAND intentamos contribuir a que se reduzca. Y creemos que darle visibilidad a las mujeres que trabajan en las diferentes áreas del cine andaluz, en concreto, es una buena forma de hacerlo. Hoy, os presentamos a Diana Sagrista, Juliana Montañés, Lala Obrero y Laura Alvea.

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16 Nov 2017
Juan Antonio Bermúdez
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La brecha de género en el cine es escandalosa. Ya lo venimos documentando y denunciando en muchos contenidos de FILMAND (como por ejemplo este). Pero, más allá de su constatación, también nos proponemos contribuir en la medida de lo posible a ir aminorándola. Creemos que darle visibilidad a las mujeres que trabajan en el cine andaluz, en concreto, es una buena forma de hacerlo. Y por eso, retomando la serie de artículos que publicamos hace unos meses con el título genérico de “Dírectoras andaluzas con mucho futuro (y mucho presente)”, continuamos ahora con otra serie en la que iremos presentando a algunas de las mujeres andaluzas que trabajan en distintas tareas y funciones de la industria audiovisual. Esta es nuestra primera entrega.

 

Diana Sagrista 
Un gran ejemplo de la versatilidad y la capacidad de adaptación que tienen los cineastas andaluces podemos encontrarlo en la carrera de la sonidista Diana Sagrista. A medio camino entre Estados Unidos y España, ha desarrollado una carrera brillante y que apunta muy alto que le ha llevado a participar ya, pese a su juventud, en más de 30 proyectos. Sus comienzos en el audiovisual están ligados, como en muchos otros casos, a la televisión (en la serie Padre Medina, para Canal Sur) y los cortos (Nuestras estrategias, 2009; 70 m², 2010). Pero pronto se fue haciendo también un hueco en el departamento de sonido de largometrajes como After (2009) o el documental Bécquer desconocido (2010). Otros documentales como La Roca (2011) o El camino más largo (2016) y ficciones como Carmina y amén (2014, que le supuso una nominación en los ASECAN) o Ánimas (pendiente de estreno) marcan ya su consolidación en puestos de responsabilidad relacionados siempre con el diseño y la edición de sonido. Pero su integración continua en el mundo del audiovisual le está llegando también con su aportación a producciones extranjeras como la estadounidense Eugenia and John (2016) o la india Monsoon Mangoes (2016). Junto a su carrera profesional como sonidista en el audiovisual, también es muy interesante su trabajo en el estudio de grabación Punta Paloma, en Tarifa (Cádiz) y su iniciativa de producción a través de Ulula Films, con la que ha participado, entre otros proyectos, en el premiado largo A cambio de nada (2015).

 

Juliana Montañés
La malagueña Juliana Montañés también es un buen ejemplo del talento andaluz emigrado. Se formó en la especialidad de montaje en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) y ha desarrollado gran parte de su carrera en Cataluña. Tras trabajar en varios cortos y en documentales como Hollywood contra Franco (2008) y Jaime Gil de Biedma, retrato de un poeta (2010), su trabajo empezó a llamar la atención sobre todo en Caracremada (2010), filme que se  estrenó en el Festival de Venecia. Su hasta ahora mayor éxito llegó de la mano del director Carlos Marqués-Marcet, en la reconocida 10.000 kilómetros (multipremiada en el Festival de Málaga y ganadora del Goya a la Mejor Dirección Novel), que le valió una nominación en la categoría de montaje en los Premios Gaudí. Y recientemente ha vuelto a trabajar con este mismo director en su segundo largo, Tierra firme, que acaba de llegar a los cines, además de encargarse del montaje de los documentales Las Sinsombrero (2015, con coproducción malagueña) y El jardín de las flores del melocotonero (2016), y de numerosos trabajos de postproducción en el campo de la publicidad.

 

Lala Obrero 
Desde una formación y una profesión tan aparentemente alejada como la farmacia, la cordobesa Lala Obrero dio el salto al audiovisual en 1988, cuando empezó a trabajar como regidora en la histórica serie de televisión Juncal, rodada en Andalucía  y protagonizada por Paco Rabal. Desde entonces, ha ido encadenando medio centenar de proyectos para cine y televisión, en diferentes tareas pero sobre todo ligada al departamento de arte. Así, entre sus trabajos como directora artística destacan los largometrajes A puerta fría (por este último recibió un premio ASECAN en 2013) y La isla (2014). Y como responsable de decorados o en otras tareas de producción, ha estado en títulos ya históricos del cine andaluz como Solas (1999), Fugitivas (2000), Polígono Sur (2003) o La voz dormida (2002). Una de sus cintas más recientes es Señor, dame paciencia (2017), estrenada este mismo año. Y también en fechas muy cercanas ha trabajado como localizadora en la exitosa serie Allí abajo.

 

Laura Alvea
La sevillana Laura Alvea es una de las directoras de cásting y ayundantes de dirección más cotizadas del audiovisual andaluz actual, además de tener ya también una interesante carrera como directora de varios cortos y de dos largos, The Extraordinary Tale (2013) y Ánimas (pendiente de estreno en 2018), en los que comparte esta tarea en ambos casos con Jose F. Ortuño. Con estudios de interpretación, ha trabajado como ayudante de dirección en Juan de los muertos (2011), El mundo es nuestro (2012), Carmina o revienta (2012), Carmina y amén (2014), Asesinos inocentes (2015), Kiki, el amor se hace (2016) o El autor (2017), entre otros muchos títulos. Y ha sido responsable de casting de películas como Grupo 7 (2012), Los niños salvajes (2012) o La isla mínima (2015). Estas mismas tareas las ha asumido también en series de televisión como Treintañeros, Año 400 o Allí abajo.

 


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