Desde su conservador retrato como “pecadora” a su revisión feminista como líder intelectual del cristianismo, la figura de María Magdalena ha sido llevada al cine en múltiples ocasiones. Revisamos siete de ellas.

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18 Abr 2019
Juan Antonio Bermúdez
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Nacida a orillas del lago Tiberiades, en la aldea de Magdala, de la que deriva su sobrenombre, María Magdalena es la mujer que más veces se nombra en los evangelios canónicos (por delante incluso de la otra María, madre de Jesús). Cuentan que estuvo en el Gólgota durante la crucifixión, que asistió a la sepultura y que fue también testigo de la resurrección. Los evangelios apócrifos y otros relatos aceptados en muchos casos por la ortodoxia católica contemporánea confirman su cercanía al mesías y parece incuestionable para muchos teólogos su papel, junto al de otras mujeres, en la continuidad y la primera expansión del cristianismo.

Sin embargo, la condición de “pecadora” de la Magdalena, asociada a su comportamiento sexual, la ha estigmatizado sobre todo desde que en el año 591 el papa Gregorio Magno la señalara como prostituta arrepentida, identificándola con otras mujeres citadas de forma genérica en la Biblia. Tanto es así que, aunque se le ha venerado desde hace siglos en muchos lugares, solo es santa en el calendario romano desde hace dos años. En junio de 2016, Francisco I accedió a esta reclamación histórica de ciertas corrientes feministas del cristianismo.

Resulta cautivador seguir su rastro en cualquier manifestación cultural. Pero como en FilmAnd hablamos sobre todo de cine vamos a acercarnos a siete actrices e interpretaciones que le dieron vida en este medio: siete vidas prestadas y posibles para un personaje fascinante.

Constance Crawley (Mary Magdalene, Arthur Maude, EE.UU., 1914)
La de Jesucristo es una de las primeras historias complejas que se llevaron al cine y la que más se adaptó desde el momento en el que el nuevo medio empezó a desarrollar su potencial narrativo. La inmensa mayoría del público la conocía de antemano y por lo tanto le era mucho más fácil seguirla en la pantalla. Como personaje secundario, María Magdalena ya aparecía en algunas de esas adaptaciones pioneras, entre ellas en la monumental Vida y pasión de Jesucristo (Lucien Nonguet y Ferdinand Zecca, 1902).

Esta otra película de Arthur Maude fue la primera que tomó como personaje principal a María Magdalena, aunque lo introduce en una trama bastante libre con respecto a las referencias religiosas previas. Siguiendo una obra de Maurice Maeterlinck, principal exponente del teatro simbolista, sitúa la acción en Cafarnaúm, a orillas del mar de Galilea, dos años antes de la crucifixión de Cristo. María Magdalena es aquí una joven noble, amante de un general romano, que cambia su vida cuando conoce a Jesús y sigue sus enseñanzas. De aspecto juvenil, Constance Crawley, la actriz que la interpretó, tenía 44 años cuando rodó la película y ya estaba enferma de tuberculosis, dolencia por la que terminaría falleciendo menos de un lustro después.

 

Medea de Novara (María Magdalena, pecadora de Magdala, Miguel Contreras Torres, México, 1945)

 

 

 

 

 

 

 

 

En plena Época Dorada del cine mexicano, uno de sus directores principales, Miguel Contreras Torres asumió una de las producciones más costosas y curiosas: esta biografía de la Magdalena que pone el acento desde su título en la condición “pecadora” del personaje, presentándola al estilo de una clásica femme fatale, cruel y frívola. Justo antes de iniciar su camino de redención tras la senda de Jesús, la veremos azotar a uno de sus esclavos por haber roto un jarrón. Gran parte del extravagante encanto del filme está en su protagonista, Medea de Novara, seudónimo de Hermine Kindle Flutcher, una actriz nacida en Liechtenstein que había conocido a Contreras Torres en Hollywood y luego se había casado con él. Sus angulosos rasgos teutones, su acento marcadamente alemán y su porte hierático la convirtieron en una Magdalena única en su peculiar exotismo.

 

Carmen Sevilla (Rey de Reyes / King of Kings, Nicholas Ray, EE.UU., 1961)


Entre su registro juvenil más folclórico y la madurez televisiva de su carrera, se olvida en muchas ocasiones que Carmen Sevilla ha tenido una trayectoria cinematográfica diversa y notable, especialmente en los años 50 y 60. Fue así una de las actrices españolas pioneras a la hora de participar con cierto peso en las superproducciones que Hollywood rodó en España en esa época. Y una buena muestra es su papel de María Magdalena en este clásico que las televisiones reponen siempre en Semana Santa. Para el recuerdo queda, entre otras escenas, aquella en la que Carmen-Magdalena huye de una multitud enfervorecida que quiere lapidarla por adúltera y Jesús la defiende con una de las sentencias más famosas del cristianismo: “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.

 

Yvonne Elliman (Jeuscristo Superstar/Jesus Christ Superstar, Norman Jewison, EE.UU., 1973)
Si la pecadora de Magdala a la que había dado vida Medea de Novara nos había parecido exótica, la Magdalena de Jesucristo Superstar la supera con creces en este punto. Yvonne Elliman nació en Honolulú (Hawai), con ascendencia irlandesa por parte de padre y japonesa por parte de madre. Con independencia de su indudable talento vocal, ese mestizaje de genes y rasgos la hizo ideal para convertirse en uno de los principales iconos de esta cumbre de la contracultura de masas (asumo la contradicción de la expresión). Y de hecho Elliman es uno de los pocos intérpretes que participó tanto en el disco conceptual que dio origen a todo como en el musical de Broadway y posteriormente en la película de Jewison. Por lo demás, esta María Magdalena está abiertamente enamorada de Jesús, al que le dedica una de las canciones más hermosas y populares de la obra: “I Don’t Know How to Love Him”.

 

Barbara Hershey (La última tentación de Cristo / The Last Temptation of Christ, Martin Scorsese, EE.UU., 1988)

Como en el referente, la novela homónima de Nikos Kazantzakis, Scorsese fabula con lo que hubiese podido pasar si Jesús (interpretado de forma memorable por Willem Dafoe) hubiera optado en el último momento por no asumir su sacrificio y hubiera llevado una vida corriente. Lo vemos así descender de la cruz y casarse con María Magdalena, a la que da vida una polifacética y prolífica Barbara Hershey que en aquellos años era considerada una de las mejores actrices de Hollywood. En el empeño de humanizar de forma radical a todos los personajes, María de Magdala aparece aquí fiel a esa tradición que la señala de forma explícita como prostituta.

 

 

P.J. Harvey (El libro de la vida / The Book of Life, Hal Hartley, 1998)

Hal Hartley, abanderado del cine independiente estadounidense, sitúa a Jesucristo en el último día del siglo XX, al filo del milenio, en esta cinta que hace hábiles equilibrios entre la comedia y el relato apocalíptico. En veinticuatro horas trascendentales para la humanidad, Jesús y su ayudante Magdalena deberán combatir al Demonio, desafiar la ira de Dios y decidir qué almas deben salvarse. Entre las numerosas películas que han jugado con el anacronismo de traer a Jesús de Nazaret a la actualidad, consideramos que esta es especialmente curiosa y pertinente para esta lista, aunque solo sea por el llamativo detalle de contar con la rockera P.J. Harvey como una Magdalena contemporánea, muy presente en la acción y con un magnetismo tan descabellado como poético.

 

Rooney Mara (María Magdalena / Mary Magadalene, Garth Davis, Reino Unido, 2018)

En sintonía con una revisión feminista de la figura, el joven director australiano Garth Davis trata de romper en este filme con los prejuicios que como hemos visto se le han atribuido a lo largo de la historia a María de Magdala, especialmente con la idea que subyace bajo la icónica Magdalena penitente, que purga un pasado pecaminoso. Encarnada por Rooney Mara, María Magdalena es aquí una joven activa e inteligente que rompe con su entorno para sumarse a un movimiento social en el que cree. Gran parte de la crítica le reprochó a la película cierta pesadez formal, pero creemos que el intento de acercarse al personaje desde ángulos nuevos y de mostrar el origen del cristianismo desde una inédita mirada femenina merece de sobra su visionado.


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