Pedro Rodríguez ‘Pedrati

Pedro Rodríguez ‘Pedrati’ suma tres premios Goya por su trabajo como maquillador de efectos especiales. Tras su visita a la Escuela de Cine de Cádiz, nos revela los secretos de su apasionante trabajo

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13 Dic 2018
Mª Angeles Robles
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Pedro Rodríguez ‘Pedrati’ es uno de los maquilladores de efectos especiales más reconocidos del panorama cinematográfico actual. Pese a su juventud, este bilbaíno de nacimiento y madrileño de adopción ha desarrollado una larga trayectoria profesional avalada por tres premios Goya al mejor maquillaje y peluquería por su trabajo en Balada triste de trompeta (2011), Las brujas de Zugarramurdi (2014) y Musarañas (2015).

Autodidacta, apasionado de su trabajo y artista imaginativo, dentro de su profesión ha tocado todos los palos: anuncios, series y cine. Además, transmite a otros su experiencia en cursos como el que hace unas semanas impartió en la Escuela de Cine de la Universidad de Cádiz. Con todo esto, aún saca tiempo para conseguir que los hijos de sus amigos triunfen en las fiestas escolares con los maquillajes más realistas. Su sueño: trabajar fuera de España. Su último trabajo: el encantador papá-elfo que protagoniza el spot navideño de este año de El Corte Inglés.

 

Podemos comenzar haciendo recuento de tu trayectoria. ¿Cómo empezaste en esta profesión?

Soy completamente autodidacta. Desde los ocho años me gusta esto. En los ochenta, cuando empecé a interesarme por el maquillaje de efectos especiales, no había nada absolutamente, ni cursos de maquillaje, ni libros ni nada. Aprendí buscando, investigando… Ahora hay miles de vídeos en Internet. Yo los veo todos. Como en todas las profesiones que tienen un componente de superación, tienes que estar aprendiendo continuamente. No conozco a nadie en esta profesión que a los veintitantos años o a los treinta diga de repente que se va a dedicar a esto. O te gusta desde pequeño o no hay manera. Ocurre lo mismo con la música o la pintura. Son profesiones que las tienes dentro. Y puede que vengas del dibujo o de la escultura y acabes en esto, pero siempre tienes que venir de algo. Hay mucha gente que viene del maquillaje, por ejemplo.

 

Un ejemplo del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’.

Un ejemplo del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’.

¿Y tú? ¿Cuál ha sido para ti ese punto de arranque?

Yo siempre he dibujado. Es fundamental. Creo que desde niño ya quería dedicarme a esta profesión aunque también tuve un grupo de música y dibujé cómics. Ahora lo que más hago es escultura, que es lo que más me sirve. Todas esas disciplinas van juntas.

 

Pese a los resultados deslumbrantes que vemos en pantalla, el maquillaje artístico sigue siendo una de las profesiones más artesanales del cine, aunque el avance de los efectos especiales digitales es evidente, ¿no te parece?

Sí, hay nuevos aspectos y nuevas herramientas, como la impresora 3D, los programas de escultura por ordenador… Son herramientas nuevas. Antes la gente hacía agujeros en la pared con un berbiquí y salió el taladro. Serías tonto si no usaras el taladro eléctrico que lo hace más rápido y con menos esfuerzo. El entretenimiento audiovisual tiene que engañar al espectador con una imagen en una pantalla y en ese entorno lo digital funciona perfectamente y avanza a mucha velocidad. Mi profesión ha variado mucho desde los ochenta, cuando aparecieron muchos trucos de magia hechos con maquillaje que antes no existían. Creo que todavía sigue habiendo espacio para lo nuestro, pero hay que admitir que es menor que hace años.

 

Sin embargo hay directores que sigue prefiriendo el maquillaje de efectos especiales…

Sí. Directores como Guillermo del Toro. Él  mezcla efectos físicos con efectos digitales, pero claro, eso implica dinero. Implica decir: “mira, para este plano quiero físico, quiero que haya tal movimiento”…

Escena de 'Balada triste de trompeta' con la que Un ejemplo del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’ gano un Goya.

Escena de ‘Balada triste de trompeta’ con la que Un ejemplo del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’ que ganó un Goya.

Y eso implica mayor presupuesto…

Depende. Es mucho más caro mover algo muy grande y muy pesado solo con físico. Pero creo que todo depende del proyecto. Pienso que ahora mismo está demostrado que lo mejor es la mezcla de efectos físico y digitales. Pero depende, hay cosas que funcionan mucho mejor en digital.

 

Tú estás al frente de una empresa, Pedro Rodríguez Estudio, con la que te va bien. Llevas veinte años en esto. Supongo que tendrás un equipo consolidado.

Funciono por proyectos, sigo siendo autónomo. Si el proyecto es pequeño lo hago yo solo y si es más grande llamo a colaboradores. Tengo compañeros que son de los mejores escultores de España. Pero soy realista, la industria española es pequeña. Mi profesión viene de Hollywood, que es una industria gigante hasta extremos que no nos podemos imaginar. Yo no me quejo porque tengo trabajo en España. Vamos trabajando, pero tenemos que hacer cursos, trabajos para museos… Nos salimos del ámbito audiovisual porque hay que trabajar todos los meses. Ahora mismo habrá en Madrid unos sesenta proyectos que necesiten maquillaje entre películas, series, web series, telediarios, moda, pues igual solo tres necesitan maquillaje de efectos especiales.

 

Bueno, tres Goyas en este panorama está más que bien. Es para sentirse orgulloso.

Sí, está muy bien. He tenido la maravillosa suerte de que Álex de la Iglesia haya querido contar conmigo en más de una ocasión. Suele usar el tipo de trabajo que yo realizo y, además, es un director taquillero.

una muestra del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’

una muestra del trabajo de Pedro Rodríguez ‘Pedrati’

¿Cómo es tu relación con Álex de la Iglesia? ¿Cómo es vuestro proceso de trabajo?

Antes preparábamos todo más. Ahora ya nos entendemos mejor, no hace falta hacer tantos bocetos. Hay una familiaridad que te permite no tener que intercambiar tanta información.

 

Los Goya, el reconocimiento a tu trabajo, ¿ha influido en algo en tu forma de trabajar? ¿Te ha dado pistas para seguir un camino determinado?

No. Yo me vine a buscarme la vida a Madrid desde Bilbao. Quería dedicarme a esto desde siempre y sé que aquí ya no se puede crecer más. Tampoco es malo, no me falta trabajo. En España hay unos nueve talleres de efectos especiales. A mí lo que me interesaría, porque me apetece crecer y quiero hacer cada vez cosas más complicadas, es mirar fuera de España. No tiene que ser Hollywood o Londres. No tiene que ser el mercado anglosajón. En África y en India se están haciendo películas y anuncios. Imagínate el mercado.

 

Cuéntanos cómo es el proceso de trabajo cuando te ofrecen un proyecto.

Con una película el proceso es el mismo para mí y para los demás departamentos. Se hace una lectura de guion en la que se pone en común qué ocurre en cada escena y qué hace falta. En mi caso, por ejemplo, si a un personaje le cortan el cuello hay que delimitar si sale sangre o no, cómo es la herida, etcétera. Luego hablas con el director para saber cómo quiere ver esa escena y después llega el director de producción a preguntarte cuánto cuesta, y ahí empiezan las discusiones (risas). En nuestra profesión se trabaja con unos tiempos que no son los adecuados. Además de hacerlo bien, tienes que hacerlo muy deprisa.

 

¿Lo haces tú personalmente todo?

Claro. Nosotros lo hacemos absolutamente todo. La escultura, la creación de las prótesis, el pegado de las prótesis y, al final del día, el desmaquillado. Todo hay que hacerlo muy deprisa. Le estás quitando horas de sueño al actor y te las estás quitando a ti. Hay que tener en cuenta que hemos tenido sesiones de maquillaje de seis horas.

Escena de 'Errementari' una película de Paul Urkijo.

Escena de ‘Errementari’ una película de Paul Urkijo.

¿Cuál, por ejemplo?

Pues mira, en una película que no es muy conocida, pero que ya la tienes en Netflix. Errementari de Paul Urkijo. Yo me metí en el proyecto porque está protagonizada por dos personajes fantásticos, dos demonios, y esto no ocurre en España nunca. Pagaría por hacer algo así. Desde El laberinto del fauno, con unas grandes diferencias de presupuesto, no había habido otro proyecto tan fantástico, con tanto énfasis en los efectos especiales de maquillaje. Nos metimos de cabeza. El actor, era Eneko Sagardoy, que hace de gigante y requería un maquillaje de cuerpo entero.

 

¿Cuál dirías que ha sido tu principal reto en estos años?

Errementari. Teníamos personajes con zancos, con robótica en la barriga. Ha sido lo más complicado. Yo nunca había hecho un traje de cuerpo entero. Cuando hice Balada de trompeta, Álex dijo: “Quiero un agujero aquí” (se señala la mandíbula), y tampoco lo había hecho nunca. Tuve que idear una dentadura que encajara para que cuando el personaje hablase con el agujero en la cara, el movimiento resultase natural. Mi trabajo está en constante evolución, cada vez quiero hacer cosas más complicadas.

 

¿Crees que está suficientemente reconocida la profesión del maquillador de efectos especiales?

Reconocido, ¿en cuanto a qué? Si hablamos de dinero… no sé cómo valorarlo. Los técnicos, que saben lo que cuesta y ven el trabajo que hay detrás, intuirán el valor y también lo valorarán. Otros no. En Goyas, sí. Te dan premios, pero en presupuesto… la industria es la que es. No nos vamos a hacer ricos con esta profesión. Se trata de hacerlo bien.

 

¿Y los actores? ¿Entienden la importancia de tu trabajo?

Los actores están acostumbrados a hacer su trabajo con la cara descubierta porque es su herramienta y comprendo que el maquillaje es algo con lo que no tienen por qué disfrutar. Hay algunos que sí. Mira a Joaquín Reyes, se dedica a la comedia y utiliza estas prótesis a favor de la comedia. España en una industria pequeña y no se dan casos de actores como Eddie Murphy o Jim Carrey que diseñan sus ideas de maquillaje con su maquillador y tienen sus propios maquilladores.

 

Pero debe ser incómodo…

¡Qué va! Lo hacemos todo para que no pese, para que sea suave. Yo pruebo en mí todo lo que hago para ver cómo funciona. Si un actor me dice “me pica” quiero saber si es psicológico o si es verdad. Todos los materiales que se utilizan son seguros y están muy testados. Incómodas son las lentillas, pero cuento con un oftalmólogo para colocarlas. El ojo es algo muy delicado y no corro riesgos.

 

¿Con quién te apetece trabajar?

Bueno, he cumplido un sueño que era trabajar con Álex de la Iglesia. Además, me encantaría trabajar con Rob Zombie, porque me encanta su cine. Y en cuanto a españoles, con Almodóvar o Amenábar… Sé que trabajan con dinero y de vez en cuando usan maquillaje de efectos. Soy fan del cine de terror y del western. Y por puro disfrute, me encantaría volver a trabajar con Paul Urkijo.

 

No sé si has participado alguna vez en un proyecto andaluz. ¿Te gustaría?

Hombre claro, todos los proyectos me gustan. No he trabajado nunca en Andalucía pero, por favor, llamadme. Con el maravilloso clima que tenéis…


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