Las cenizas de Paquita Rico son depositadas en la capilla de la Esperanza de Triana de Sevilla, su ciudad natal. La familia prepara un responso y una ceremonia de colocación de los restos en la más estricta intimidad.

https://filmand.es/wp-content/uploads/2019/12/bulnes.jpg
11 Jul 2017
Amalia Bulnes
the nest

Faltan apenas unas horas para que las cenizas de Francisca Rico Martínez sean depositadas en el columbario de la capilla de la Esperanza de Triana de Sevilla, en el barrio donde nació y donde falleció la actriz y cantante el domingo 9 de julio, a los 87 años. Hasta ese momento, años de silencio, pesados como una losa, lamiosos como relojes blandos en un cuadro de Dalí. Paquita Rico, que no tuvo hijos, había vuelto a Sevilla desde Madrid hace unos seis años y vivía, en silencio, en una casa del mismo barrio donde nació, tan discreta que a veces parecía haberse marchado ya. Hoy recuerdan como si fuera ayer lo que ayer era el olvido: películas, premios, una belleza de leyenda y una bandera del cine andaluz antes de que este concepto existiera: el cine andaluz.
Con Paquita Rico se ha ido uno de los rostros más conocidos del cine de la posguerra, dejando cintas históricas, como El balcón de la luna, dirigida por Luis Saslavsky, que reunió por primera y última vez en una película a las tres grandes artistas de la época: Paquita Rico, Lola Flores y Carmen Sevilla.
Carmen Sevilla, Lola Flores y Paquita Rico, en 'El balcón de la luna'.

Carmen Sevilla, Lola Flores y Paquita Rico, en ‘El balcón de la luna’.

Sin embargo, hay otros títulos que van a marcar para siempre esta biografía con pasajes que bien podrían confundirse con el guión de cualquiera de sus películas: la niña pobre, hija de un vendedor ambulante, a la que llega a envidiar la mismísima Ava Gardner: “Tú sí que eres guapa”, dicen que le dijo el animal más bello del mundo. Eran tiempos de estraperlo, de tonadilleras y héroes embutidos en traje de torero y de metraje de cine en cajas de lata. Eran tiempos de exaltación nacional, de pan y circo en blanco y negro.
‘Debla, la virgen gitana’
Y en esos tiempos, dos películas que situarían a Paquita Rico en el lugar más destacado de las artes musicales e interpretativas de toda una época, de un momento del cine español que sirve para explicar un país: hablamos en primer lugar de Debla, la virgen gitana, protagonizada junto al galán Alfredo Mayo. Con este largometraje, poca gente lo sabe, obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival cinematográfico de Cannes, que la consagró popularmente.
Pero el verdadero fervor popular le llegaría con un papel con el que tocó cada una de las fibras de este país emocionalmente en pañales: Dónde vas Alfonso XII. El papel de la aristócrata adolescente, tan bella como enferma, predestinada a ser la reina de España por su romance con su primo carnal Alfonso (después Alfonso XII), pero con el destino truncado a causa de una muerte prematura, rompió todas las previsiones y fue un éxito comercial que terminó por encumbrarla.
Junto a Vicente Parra, en un fotograma de la película 'Dónde vas Alfonso XII'.

Junto a Vicente Parra, en un fotograma de la película ‘Dónde vas Alfonso XII’.

Así las cosas, esta mujer cuya vida de leyenda se confunde con la de sus personajes, se casa en 1960 con el torero Juan Ordóñez, Juan de la Palma, matrimonio que terminó en tragedia tras el suicidio de su marido. Elegante y discreta, a lo largo de su dilatada carrera cinematográfica tocó tanto el género dramático como las comedias. De este último pertenece El Cid Cabreador (1983), bajo la dirección de Angelino Fons, en la que encarnó a doña Urraca.
También se adentró en el mundo del teatro, logrando éxitos como Bodas de sangre (1962) en el madrileño teatro Bellas Artes a las órdenes de José Tamayo.  Su última aportación teatral tuvo lugar a primeros de agosto de 1988, con el título De Madrid al cielo…. A partir de ahí, un rosario de pequeñas colaboraciones: fue reclamada para ser colaboradora de Encarna Sánchez en su programa radiofónico Directamente Encarna durante los ochenta, y una década más tarde participó en las series de televisión ‘Hostal Royal Manzanares’ y ‘Manos a la obra’….
Hasta que a finales de los noventa dio un paso hacia adelante, o hacia atrás, según se mire, pero sin punto de retorno, y regresó a Sevilla. Aquí han transcurrido hasta el domingo esos años de silencio, con discretas excepciones como la celebración de un homenaje y la colocación de un azulejo en la calle donde nació. Silencio y calma a los 87 años para la actriz que hizo enmudecer a un país con una muerte anticipada, la de la Dalia de Sevilla, que fue la muerte de un personaje pero el nacimiento de una estrella.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.